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“Ferrer es un ‘pitbull”

El número dos del equipo checo analiza sus posibilidades ante España en la final

Juan José Mateo

A veces, las apariencias engañan. El checo Radek Stepanek (Karvina, 1978), puede tener 33 años y poco pelo, pero sigue teniendo mucho del tenista que llegó a ser el número ocho del mundo (hoy es el 37) gracias a sus reflejos felinos en la red. Perjudicado por un circuito que ha decidido la desaparición de las pistas más rápidas, en la final de la Copa Davis que enfrentará a la República Checa con España desde el viernes contará con una superficie supersónica y hecha a su medida. Por mucho que Tomas Berdych luzca el dorsal del número seis, Steps será el líder de su equipo en los individuales y en el dobles.

Pregunta. Algunos rivales le describen como el demonio: en la pista, usted salta, grita, saca la lengua, se pavonea, dicen. ¿Se equivocan?

Respuesta. Mi actitud no tiene nada que ver con mis oponentes. Compito con el corazón, con mis emociones y mis sentimientos. Eso no lo voy a cambiar nunca. Lo intenté una vez: perdí 6-0 y 6-1. Yo soy así. A mí hay cosas de los otros que tampoco me gustan, pero respeto a mis rivales. Cada persona es diferente. Esta es mi forma natural de jugar, cada cuerpo tiene su lenguaje propio. Nunca me acercaré a nadie para quejarme de lo que hace. Por eso el tenis es tan grande y único: cada jugador es distinto, cada partido es diferente, ningún día de la semana se parece a otro.

P. En una entrevista con este diario, Ivan Lendl le describió como “un tenista especial”.

R. Me calienta el corazón que una leyenda así, el tenista que trajo el profesionalismo al tenis, diga eso de mí. Conozco a Ivan. Sé que las palabras no vuelan de su boca, que es callado, que lo que dice lo siente. Un honor.

“Soy de una generación diferente, pasada, de una en la que el tenis era más creativo”

P. ¿Pero por qué es especial usted?

R. Porque volear es mi estilo natural de juego. Compito así desde que era un niño. Soy de una generación diferente a la mayoría de los tenistas de ahora, soy de una generación pasada, de una en la que se hacían las cosas de otra forma. Entonces el tenis era más creativo, la gente subía a la red, usaba mucho más el saque-volea. Había pistas mucho más rápidas que las de ahora, que permiten a los jugadores de fondo tener mucho más tiempo para jugar desde ahí. Mi tenis es destruir el ritmo de los contrarios, cargar contra la red. Ahí es donde me siento cómodo. Hago mucho daño con eso.

P. ¿Qué hubiera pasado si usted jugara hace 20 años?

R. Es duro contestar eso. Hay que adaptarse siempre. Cuando empecé, el tenis era más rápido. La evolución de este deporte me ha obligado a mejorar mi juego desde la línea de fondo, mi movilidad, porque todo se ha vuelto muy físico. Ahora, los tenistas son grandes atletas. Trabajan mucho fuera de la pista: son más fuertes, más rápidos, tienen más resistencia que antes. He tenido que adaptar mi juego y mi cuerpo a esas condiciones. Hasta ahora, he conseguido hacerlo. Me llena de orgullo.

P. Usted es un tenista de tacto. Berdych, de rompe y rasga. ¿Qué golpe le robaría?

R. Su derecha. Es un golpe asesino. Cuando está enchufado, puede tirar ganadores desde cualquier sitio, con cualquier tipo de pelota, esté donde esté. Es su mayor arma. Desde que volví a la Davis, en 2007, soy consciente del potencial que tiene este equipo, con Tomas \[Berdych\] y conmigo. Desde entonces, compito para ganar la Davis.

P. En 2009, perdieron la final contra España. Ahí estaba Nadal. ¿Qué pierde España sin él?

R. Rafa es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Es triste que lleve seis meses fuera del circuito. Sin Rafa, a España le va a faltar una personalidad diferente, un tío grande que siempre se apuesta su corazón cuando se trata de la Davis. Los checos, en cualquier caso, tenemos nuestros problemas, debemos centrarnos en nuestro equipo. Debemos asegurarnos de estar sanos, listos para luchar por la corona. España, con o sin Nadal, no es lo mismo.

“Nadal le ha eclipsado, pero Ferrer es un tenista fantástico en una racha increible”

P. Defina a Ferrer en una palabra.

R. Pitbull.

P. ¿Eso sintió cuando perdió usted contra él en la final de 2009 tras ir dominando por dos sets a cero?

R. Al principio de aquel partido le destruí. Fue mi mejor encuentro sobre tierra… pero nunca se fue del partido, siempre se quedó a la par conmigo, hasta el último peloteo. Fue una batalla increíble. Un combate de boxeo. Le gusta defender, crear desde el fondo. A mí me gusta crear arriba. Fue entretenido. Desafortunado: perdí. Ferrer no te da ningún punto gratis. Te hace trabajar por todos. Te asegura siempre batallas duras, independientemente de la superficie. Rafa ha eclipsado durante estos años su gran carrera, pero es un tenista fantástico, como ha demostrado ganando siete títulos en 2012 y con la racha increíble que está viviendo. Diría que es una estrella silenciosa. Todos los capitanes españoles siempre han sabido que David les va a dar el ciento por ciento, que es consistente, porque, increíblemente, siempre, constantemente, ha ido sumando puntos para España durante estos años.

P. Berdych y usted probablemente se repartirán los cinco puntos de la eliminatoria. ¿Qué piensa su padre, entrenador de tenis?

R. De niño tenía dos opciones: o ir a la pista con mi padre o a la biblioteca con mi madre. Creo que todo el mundo sabe qué elegí: mi padre me lo enseñó todo.

P. ¿No le interesaron los libros?

R. Nunca leí mucho, nunca fui un gran aficionado a los libros. Después de entrenarme, solo era capaz de leer dos o tres páginas antes de que se me cerraran los ojos y me quedara dormido. Mi madre, cuando era un adolescente, me habló de muchos libros que debía leer, trabajaba en una biblioteca. Como cualquier buen hijo, le dije: “Claro mamá, lo haré”. Ahora puedo decir que nunca lo hice…

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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