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Juan José Mateo
Corretja sigue el partido entre Ferrer y Berdych.
Corretja sigue el partido entre Ferrer y Berdych.Clive Brunskill (Getty )

Àlex Corretja (Barcelona, 1974) tiene los ojos rojos. España acaba de perder la final de la Copa Davis contra la República Checa (3-2). Tras ver derrotados a los suyos en la orilla, el seleccionador no ha podido evitar las lágrimas, aunque ya piensa en 2013.

Pregunta. ¿Ha llorado mucho?

Respuesta. Sí, es verdad. Estaban mis hijas, que se volvieron a casa con mis padres. Al despedirme de ellas me ha dado mucha pena y se me ha juntado con todo. El equipo se tiene que dar cuenta de que puede seguir creciendo, de que tiene que aspirar a ganar en cualquier lugar del mundo y en cualquier superficie, siendo consciente de que hay equipos muy buenos, de que cuando jugamos fuera hay equipos de calidad muy grande que nos dificultan las cosas. En un año en el que menos David [Ferrer] han jugado tenistas que prácticamente no habían jugado nunca, llegar a la final es un año muy positivo, pero… España no se puede conformar. Estamos con la conciencia muy tranquila, pero yo no soy capitán para perder. Si perdemos, que sea como aquí: dando la cara.

P. ¿Qué le ha sorprendido?

R. Lo que más me molesta de toda la eliminatoria es que estábamos donde yo creía que íbamos a estar. Firmaba, imaginaba, soñaba que llegaríamos con 2-2 al Almagro-Stepanek. Pensé que el partido del viernes contra Berdych le iba a ayudar, que le iba a dar tranquilidad de salir el domingo y pegarle a la pelota perfecta. Por eso me quedo tan tocado. Ha pasado exactamente lo que había pensado en mis cálculos internos. Nico era la persona ideal para ganar a Stepanek. Si no le ganaba él, según mi parecer, no teníamos a nadie más en el equipo que le ganara. Me quedo muy tranquilo. Mañana volvería a hacer lo mismo. Quizás nos ha faltado un poquito de experiencia.

P. Dicen que a Verdasco le cambió la vida ganar el punto decisivo en 2008. ¿Le pasará lo mismo a Almagro por no lograrlo?

R. Sí que se dice eso y es cierto, para un lado y para el otro. Es una derrota que le tiene que hacer crecer. Tiene que darse cuenta del talento que tiene, del tenis que puede desplegar, y confiar más en él mismo. Yo confío en él. Tiene que seguir aprendiendo, pero puede aportar todavía mucho. Sigo pensando que puede jugar en cualquier superficie, da igual que sea rápida o no. Ante Stepanek, le costó encarar el partido probablemente más difícil de su carrera. Necesita más experiencia. Sigue aprendiendo. Tenísticamente estaba capacitado para jugar mejor. Era un partido con más responsabilidad, normal.

P. ¿El equipo también ha de crecer?

R. Sí. Hemos de aprender mucho y darnos cuenta de que somos capaces de ganar allá donde vayamos. Este equipo tiene muchísimo talento, más incluso del que ellos mismos piensan. Mi labor es enseñarles, hacerles ver, que además de entrega, lucha y fe tenemos talento. Talento tenístico, físico y mental muy bueno.

P. En 2011, tras ganar la quinta Davis, los titulares renunciaron. Tras perder en 2012, ¿qué hará?

R. En 2013, empezamos con una eliminatoria durísima [como visitantes en Canadá]. A Ferrer no le voy a apretar más: lo que da es sublime. Encontrar a uno como él para el equipo no sé si será posible, por todo lo que da. Evidentemente deseo que siga en la Davis los máximos años posibles, pero en el momento en el que me pida tregua, descanso, se lo voy a dar, porque me ha demostrado que personal y profesionalmente puedo contar con él, y no le puedo pedir más. Respecto a los demás, lo mismo.

P. ¿Qué define a los siete u ocho tenistas seleccionables?

R. Entrega y lucha. Esta final nos dará más fe. Es un grupo valiente: ha afrontado un año raro, con muchos momentos en que no era fácil ni siquiera seleccionar a dos, y hemos tirado adelante.

P. Feliciano criticó su decisión de que no jugara...

R. Sé que es un excelente compañero, una persona con buen corazón, buen amigo, un gran jugador de equipo. Habló de una forma que en el día del sorteo debería haber medido, con la experiencia que tiene podría haberlo controlado. Lamentablemente, esa situación se escapó, pero no perjudicó al equipo. Tengo que hablar con él para que no haya ninguna rencilla entre nosotros, ni personal ni profesional, pero sigo contando con él hasta el final del mundo… cuando le necesite. Sigo pensando que no tenía que jugar él. No tenía que jugar él.

P. ¿Qué tiene que pasar para que Nadal vuelva al equipo?

R. Lo primero, que se recupere físicamente. Luego, hablar con él para saber cuál es su disponibilidad. Yo espero la máxima disponibilidad de todos los jugadores.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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