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La fe del Getafe funde al Málaga

Los de Luis García, con un inspirado Moyà, se imponen a la superioridad técnica visitante

Rafael Pineda
Los jugadores del Getafe celebran el gol de Lopo
Los jugadores del Getafe celebran el gol de LopoPaco Campos (EFE)

No siempre en el fútbol gana la técnica. Alejado de los principales focos mediáticos, el Getafe dibuja una sonrisa en la cara de sus aficionados con actuaciones tan completas como la que desarrolló ante el Málaga, en la que supo leer a la perfección un encuentro adormecido por el toque de los andaluces que viró a victoria madrileña gracias al derroche físico y táctico de sus jugadores. Fue una media hora excepcional del Getafe, la primera de la segunda parte, en la que borró al Málaga y anotó un gol producto de la estrategia. El arrebato descolocó a los de Pellegrini, que solo reaccionaron en el tramo final gracias a la entrada de Santa Cruz. Entonces surgió la figura de Moyà, ágil, seguro, con una mano a Saviola que salvó el empate del Málaga. El punto final a la tercera victoria consecutiva del Getafe, que dispara a los de Luis García y detiene a los andaluces, con más técnica, pero con menos hambre. En la clasificación, los dos equipos lucen 22 puntos.

GETAFE, 1 - MÁLAGA, 0

Getafe: Moyà; Valera, Alexis, Lopo, Mané; Xavi Torres, Juan Rodríguez; Pedro León (Diego Castro, m. 73), Barrada (Lacen, m. 80), Rafita; y Álvaro Vázquez (Alcácer, m. 88). No utilizados: Codina; Abraham, Miguel Torres y Sarabia.

Málaga: Caballero; Gámez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Toulalan, Camacho (Santa Cruz, m. 65); Portillo (Seba, m. 89), Joaquín (Buonanotte, m. 80), Isco; y Saviola. No utilizados: Kameni; Sergio, Iturra y Duda.

Goles: 1-0. M. 56. Lopo.

Árbitro: González González. Expulsó a Diego Castro con roja directa (m. 93). Amonestó a Camacho, Eliseu, Demichelis, Toulalan, Diego Castro y Lafita.

Unos 10.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.

Tocó y tocó el Málaga, ensimismado en su superioridad técnica, radiante con el intercambio de posiciones de sus tres hombres en la mediapunta, Joaquín, Isco y Portillo, pero a su fútbol de alta escuela le faltó la mayoría de las veces picante y un mayor dinamismo y velocidad en la ejecución a la hora de abordar el área del Getafe. El equipo madrileño, ordenado y voluntarioso, en buena racha de resultados, intentó durante los albores del partido disputarle la posesión al Málaga. Comprendieron los futbolistas del Getafe, en medio de la tiritona, de lo baldío que resulta ese intento ante un equipo como el de Pellegrini, que jamás renuncia a mantener el balón ya juegue en San Siro o en el despoblado recinto madrileño. Tocaba Demichelis desde atrás, aseguraba el pase Toulalan y la conversión de la posesión en peligro debía de ser tarea de Joaquín e Isco.

En esa misión de tapar a los jugadores más brillantes del Málaga se esforzó bien el Getafe, con hombres como Pedro León trabajando lo indecible. Apenas sufrió el Getafe a pesar de encarar el juego desde una posición secundaria. A falta de espacios y remate, el Málaga solo creó peligro en un espectacular disparo lejano de Camacho, al que respondió Moyà con un soberbio paradón. Isco lo intentó tres minutos después, pero de nuevo el meta mallorquín realizó su trabajo con solvencia. Fueron los dos sustos del Málaga ante un Getafe con Barrada perdido, con Ávaro Vázquez demasiado solo, más pendiente de no encajar que de sorprender al equipo andaluz, dominador aparente de la situación.

Tercera victoria seguida de los madrileños, que alcanzan a los de Pellegrini en la tabla

Cambió el método el Getafe. Quizás Luis García, su técnico, decidió olvidarse del centro del campo, lo que se tradujo en una simplificación del juego. Buscó el balón en largo a Álvaro Vázquez, un delantero en formación, que supo poner en apuros a dos centrales de la talla de Demichelis y Weligton. Contrariado por el balón en largo del Getafe, el Málaga se vio golpeado, además, en una acción a balón parado. Pedro León, con un guante en el pie derecho, golpeó el balón en un saque de esquina con mucha maldad. Lopo entró con todo en el primer palo. Un gol de estrategia acompañado de una marcha más en el Getafe, desatado, agresivo y pujante. El Málaga, asustado, se paró, hasta que Pellegrini movió ficha. Camacho, sin resuello y maniatado por una tarjeta amarilla, dejó su sitio a Roque Santa Cruz. El paraguayo, en un suspiro, se plantó ante Moyà, quien reservó lo mejor de la tarde en una acción posterior contra Saviola. Toulalan, no solo garra, filtró un pase de ensueño a su compañero. Saviola, dentro del área, le pegó a media altura para que Moyà sacara una mano espectacular. El balón fue al larguero y en la acción se esfumaron las esperanzas del Málaga de firmar, al menos, un empate.

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