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La sonrisa de Piqué

El central pone a Magic de ejemplo y dice que “si te sientes feliz, todo sale mejor”

Piqué, durante la rueda de prensa
Piqué, durante la rueda de prensaFERNANDO ZUERAS (DIARIO AS)

Gerard Piqué se sabe un privilegiado y exhibe de forma desacomplejada su talento. Tiene el coeficiente intelectual de un superdotado y su porte físico le permite desplegar un fútbol vital y contagioso en un equipo del cartel del Barcelona, doble campeón de Europa, y en la selección española, reina continental y del mundo. El mejor juego azulgrana ha coincidido con el regreso de Piqué, ya recuperado de una torcedura de tobillo que le tuvo un mes en ascuas. Aunque su puesto es el de central, el fútbol barcelonista comienza en sus pies y a veces también acaba en su cabeza. Nadie garantiza una salida más aseada del balón que Piqué ni tiene su altura para atacar las jugadas de estrategia o buscar un remonte en la última jugada.

Piqué, en cualquier caso, tiene los pies en el suelo: “Lo tenemos todo muy de cara para ganar la Liga y más si seguimos jugando a este nivel, pero es bueno que colaboremos en las distintas facetas del juego”. Los números aseguran también que es el futbolista azulgrana que más veces roba la pelota después de Busquets y Jordi Alba. Anticipa siempre la jugada, se siente protagonista en la cancha y será padre dentro de un mes: su compañera Shakira está embarazada de ocho meses. Piqué es arte y parte del rat-pak culé, junto con Cesc y Messi, los tres futbolistas por excelencia de aquel equipo cadete que quedó invicto con Tito Vilanova.

Aunque los medios y delanteros sobresalieron en el partido del sábado contra el Athletic, el primer gol fue de Piqué, que embocó un rechace de Iraizoz después de un tiro de Cesc a la salida de un córner botado por Messi. “Los goles de los defensas —ya suman 14— son parte de nuestro juego. Puede que el caudal disminuya, pero está bien que los zagueros aportemos también ofensivamente”.

El internacional pidió el Balón de Oro al mejor técnico para Vicente Del Bosque

La determinación de Piqué quedó expresada en la penúltima jugada del partido del sábado cuando atravesó el campo, coast to coast, y sorprendió a sus compañeros con un centro en lugar de un remate que cabeceó Messi. La jugada provocó la risa de los protagonistas porque evocó un partido que ambos jugaron a los 16 años en Italia.

“Cuando los resultados te acompañan, todo es más fácil”, asegura Piqué, que recuerda las imágenes que ha visto de Magic Johnson “siempre con su sonrisa”. “Si te sientes feliz, todo sale mejor”, sentencia. A Piqué le sobras razones para sonreír. “Merecemos récords como el logrado de mejor arranque en la Liga”, dice. “Hemos tenido suerte, cierto, pero jugamos a un gran nivel”, añade, recordando a Guardiola. “Cuando Pep se fue, muchos se echaron las manos a la cabeza y pensaban lo que pensaban, pero el club afrontó bien el golpe. Tito cogió bien las riendas y, aunque Pep dejó huella y Tito siempre dice que perderá todas las comparaciones, soy de la opinión que siempre se puede mejorar”. “Tito sabía que lo ayudaríamos en todo”, remacha. “Es muy valiente. Después de todo lo que ha vivido, esto para él es un juego”.

Pique, de todas maneras, pidió el Balón de Oro al mejor entrenador para Del Bosque, y no tuvo reparos en opinar sobre el derbi madrileño: “Aquí en Barcelona nos comportamos de una forma coherente, lo vivimos todo con más naturalidad”.

Y se puso a reír.

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