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“Era el rarito de la clase”

Víctor Tomàs, el niño que apostó por el balonmano en lugar del fútbol como sus amigos, es hoy el capitán de un invicto Barcelona que busca sentenciar la liga ante el Atlético

J. LAFUENTE
Víctor Tomàs, en un partido de Champions este año.
Víctor Tomàs, en un partido de Champions este año. Andreu Dalmau (EFE)

Tenía diez años cuando, una noche, cenando con sus padres les comentó lo que le ocurría. No llevaba muy bien eso de que sus amigos, todos los fines de semana, se fuesen juntos a jugar al fútbol mientras él, al que no se le daba mal, hacía lo mismo con el balonmano, siguiendo los pasos de su padre. “Tienes que hacer lo que más te apetezca”, le vinieron a decir sus progenitores. Así fue, y con los años, Víctor Tomàs (Barcelona, 1985), aquel crío dubitativo que jugaba en el Sagrado Corazón de la calle Diputación de Barcelona, “el rarito de la clase”, bromea, ha ganado dos Copas de Europa, tres Ligas, una medalla olímpica de bronce y es, desde esta temporada, el capitán del Barcelona, que llega invicto al crucial partido ante el Atlético este domingo.

Era cuestión de tiempo que acabase luciendo el brazalete. Ya cuando David Barrufet abandonó el parqué el asunto estaba entre él y Laszlo Nagy. Después de que el magiar anunciase a final de la pasada temporada que dejaría el Barcelona, Xavi Pascual, Pasqui, el técnico azulgrana, le comentó a Víctor Tomàs que la capitanía sería suya. “Para mí es un orgullo”, recalca antes de nada, para luego explicar que el cambio más significativo es que se ha convertido en el portavoz absoluto del equipo en todas las esferas del club. Todo institucional, porque sus compañeros aún no le han dado trabajo. “A lo mejor, si algún día tenemos algún problema en el vestuario, tendré que dar un paso adelante, pero de momento es algo que no me preocupa”.

Comprometido socialmente y con su deporte —ayudó con 5.000 euros al equipo femenino del Esportiu Castelldefels, en el que juega su pareja, para que no desapareciese— Víctor Tomàs está considerado uno de los mejores extremos del mundo. “Mi mayor virtud es que lo doy todo en el campo. Soy más de físico que de calidad, tengo un buen salto, pero me falta la muñeca de Juanín o de Albert”, comenta Tomàs, de 178 centímetros y 85 kilos, y que, a pesar de su autocrítica, es con 38 goles el tercer máximo realizador del equipo, invicto en la Liga y en la Champions.

Mi mayor virtud es que lo doy todo en el campo. Soy más de físico que de calidad” Víctor Tomàs

Culé empedernido, creció siguiendo los pasos de Rafa Guijosa y Antonio Carlos Ortega, a quienes confiaba emular desde que aterrizó en el club azulgrana con 13 años. Ya desde su primer entrenamiento demostró que por esfuerzo y dedicación no iba a ser. “Me desgasté tanto aquel día que acabé vomitando”, rememora el capitán, que solo tres años después cumplía un sueño: “Entré por primera vez en el vestuario del primer equipo, con aquel Dream Team de Masip, Barrufet, Xepkin… fue brutal”.

El domingo, en Vistalegre (13.00, Teledeporte), Víctor Tomás lucirá por segunda vez esta temporada el brazalete ante el Atlético —la primera fue en la Supercopa, donde salieron victoriosos—, un rival que aunque no ha comenzado tan fuerte la temporada como podía esperarse, no da pie a confiarse. “Vienen de jugarle de tú a tú al Kiel, son un equipazo, y en su casa van a dar mucha guerra”, advertía el extremo a mediados de esta semana, con ganas de afrontar un duelo que puede liquidar la Liga, un partido que “no será lo mismo” por la ausencia en el equipo rival de un gran amigo suyo en la selección, José Javier Hombrados, el otro gran capitán.

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Sobre la firma

J. LAFUENTE
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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