_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Casa España en Dakar

El deporte es una excelente herramienta de transformación de la sociedad y transmisión de valores universales

Niños senegaleses se entrenan en las canchas de Dakar.
Niños senegaleses se entrenan en las canchas de Dakar.FEB

Hoy será sin duda un día inolvidable para el baloncesto español. Esta tarde en Dakar vamos a vivir con la máxima ilusión la inauguración de uno de nuestros proyectos más ambiciosos, que de la mano de la Copa del Mundo 2014 va mucho más allá de las canchas, de las victorias o las decepciones. Porque aquí todos vamos a ganar. O lo que es lo mismo: a aprender.

La idea nació hace ya casi dos años, y desde entonces, a medida que iba cobrando cuerpo, nuestro convencimiento de que el deporte en general y el baloncesto en particular puede ser una excelente herramienta de transformación de la sociedad y de transmisión de valores universales —también desde la cooperación internacional— no ha hecho más que crecer y reforzarse.

Casa España no es una acción de márketing. No lo es para la FEB. Tampoco para las autoridades de Senegal, que se han involucrado en el proyecto desde el primer momento. Ni por supuesto lo es para los más de 300 niños y niñas del barrio de Hann Bel Air que ya han podido empezar este curso escolar en nuestras aulas y los más de 1.000 que participan en torneos y campeonatos de baloncesto como parte de su desarrollo personal. Casa España es una fórmula innovadora, porque, como ha dicho Rigoberta Menchú, premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional: “Este mundo no va a cambiar a menos que estemos dispuestos a cambiar nosotros mismos”.

300 niños y niñas del barrio de Hann Bel Air ya han podido empezar este curso escolar en nuestras aulas

Así, nuestro proyecto no se limita a la cooperación técnica —lo que ha hecho el deporte hasta ahora— sino que se amplía a los valores de la educación y la salud. Es decir: un programa de formación integral —y gratuito—, una visión diferente del deporte y sus posibilidades como factor de crecimiento y mejora social.

En la capital de Senegal estamos promocionando el baloncesto. Pero lo hacemos con un valor humano que nos llena. Sabemos que nosotros no podemos cambiar el mundo, pero sí que tenemos la capacidad de poner nuestro granito de arena para que la perspectiva de muchos niños y niñas sea un poco mejor. Una ilusionada aportación a sus mejores esperanzas de futuro para la que contamos con el inestimable apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación —a través de la AECID—, el Cabildo de Gran Canaria y el Consejo Superior de Deportes.

Cuando hace poco más de un año celebramos la colocación de la primera piedra de Casa España, apenas llegados del Eurobasket de Lituania tras un histórico verano de éxitos de nuestras selecciones, dije que este proyecto en Dakar era la décima medalla de aquellos meses. Hoy estoy más convencido que nunca de que es así: Casa España es una joya de la que nuestro baloncesto y todo el deporte español debe sentirse orgulloso, porque representa un legado para todos: no desde la simple solidaridad sino desde la cooperación de verdad.

Y créanme: merece la pena.

José Luis Sáez es presidente de la Federación Española de Baloncesto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_