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El Sevilla abusa de un nulo Mallorca

El equipo de Míchel destroza con facilidad a un conjunto bermellón sin ninguna tensión ni fe, y en caída libre: 0-5

Navarro y Alfaro disputan el balón ante la vista de todos.
Navarro y Alfaro disputan el balón ante la vista de todos.MONTSERRAT T DIEZ (EFE)

Anda el Mallorca de Caparrós de goleada en goleada. Si el domingo el Levante le endosó cuatro goles en el Ciutat de València, el Sevilla no desaprovechó ayer la inmejorable oportunidad de endilgarle otros cinco para dejar sentenciada la eliminatoria de octavos.

Ante un rival que ya saltó al terreno de juego con la derrota pintada en el rostro, se dio un homenaje Negredo, que apenas superado el cuarto de hora ya contaba con dos muescas en su culata. La primera, gracias a un puro regalo de la zaga balear, que no compareció en la defensa de un saque de esquina. La segunda, cortesía de Navas, que ejerció de motor del Sevilla desde el costado derecho con dos asistencias de gol.

MALLORCA, 0 – SEVILLA, 5

Mallorca: Aouate; Nsue, Conceiçao (Bigas, min.45), Geromel, Kevin; Martí, Fontàs; Marc Fernández (Cristeto, min.45), Giovani, Alfaro (Brandon, min. 86); y Arizmendi. No utilizados: Miño; Ximo, Abdón Prats, Hemed.

Sevilla: Palop; Coke, Botía, Fazio, Navarro; Medel, Kondogbia (Javier Hervás, min.66); Navas, Rakitic (Luna, min. 52), Del Moral; y Negredo (Reyes, min.45). No utilizados: Diego López; Cala, Cicinho, Rabello, Babá.

Goles: 0-1. M. 12. Negredo, tras rematar de cabeza un saque de esquina. 0-2 M. 17. Negredo, a pase de Del Moral. 0-3. M. 25. Medel, tras recibir de Navas. 0-4. M. 47. Botía remata una falta botada por Reyes. 0-5. M. 84. Luna, a pase de Navas.

Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a Manu Del Moral, Fazio y Kevin.

Iberostar Estadi: 4.330 espectadores.

Con el tercero ya en el marcador, obra de Medel, Caparrós se desesperaba tras la línea de cal exigiendo una mínima muestra de tensión a sus hombres. Pero al técnico utrerano parecen acabársele los argumentos y su plantilla carece de fe en sí misma. Para mayor desolación del graderío, el Mallorca se fue al descanso tras fallar Giovani Dos Santos un penalti. Si con la estirada de Palop cualquier esperanza de remontar el resultado se fue al garete, apenas dos minutos después de la reanudación un balón colgado al área volvió a retratar la candidez la defensa local y habilitó a Botía para marcar el cuarto.

Todo estaba resuelto a falta todavía de cuarenta y cinco minutos y el partido se difuminó, lejos del suspense propio de las eliminatorias coperas. Míchel optó por reservar fuerzas para la Liga y dio descanso a Negredo y Rakitic. Mientras tanto, los cambios introducidos por Caparrós no sirvieron para mejorar la imagen del conjunto balear, nula en todos los frentes. Con la debacle de los jugadores sobre el campo, el entrenador mordiéndose las uñas y el máximo accionista, Serra Ferrer, observando el espectáculo con cara de circunstancias desde el palco, los escasos cuatro mil asistentes se dedicaron a lanzar consignas contra todo el mundo y a chotearse de la situación haciendo la ola.

A Caparrós, que se desgañitó en la banda, parece acabársele los argumentos

Ante semejante tesitura, el Sevilla, que había encarado la segunda mitad aún con hambre de gol, pareció levantar el pie del acelerador. Pero el quinto le entró casi sin querer: lo metió Luna después de que Navas desbordara por enésima vez desde la banda.

La Copa fue un bálsamo para los andaluces, que llevan una marcha irregular en la Liga, y un suplicio para el Mallorca, que hoy por hoy es un equipo en estado de postración, poco más que una chuchería para sus rivales.

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