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Albelda manda en la montaña rusa

El oficio del mediocentro sostiene al Valencia ante el Getafe en un partido ingobernable

Jonas se prepara para golpear el balón.
Jonas se prepara para golpear el balón. JUAN CARLOS CARDENAS (EFE)

En un partido cardíaco (un gol en el primer minuto y otro en el último), el oficio de Albelda sostuvo a un Valencia atacado de los nervios, capaz de lo mejor y de lo peor, sin término medio. Ante un Getafe también inconsistente y descompensado: descosido en defensa, afilado en ataque. El resultado fue la montaña rusa en la que la hinchada (pobre entrada en Mestalla), una vez garantizada la victoria en el minuto 94, se arrancó otra vez contra su presidente: “Llorente vete ya”, para no perder la costumbre.

Si Valverde quería más agresividad en la línea de tres cuartos, anoche se sintió correspondido. Desde la primera jugada, antes de cumplirse el minuto 1: Feghouli le robó la cartera a Manel y centró para que Soldado, solo en la línea del área pequeña, cabeceara a gol. Fue el pistoletazo de salida de una primera parte enloquecida, a lomos de delanteras desbocadas, muy superiores a defensas de plastilina.

Valencia, 4 - Getafe, 2

Valencia: D. Alves; J. Pereira, Rami, Ricardo Costa, Guardado; Feghouli (Ever Banega, m. 63), Albelda, Tino Costa, Piatti (Valdez, m. 89); Jonas (Viera, m. 75); y Soldado. No utilizados: Guaita, Barragán, Víctor Ruiz y Parejo.

Getafe: Moyà; M. Torres, Lopo, Alexis, Manel (Rafa, m. 5); Lafita, Míchel (Gavilán, m. 70), Xavi Torres, Barrada (Sarabia, m. 75); Diego Castro y Álvaro. No utilizados: Codina, Lacen, Abraham y Fraile.

Goles: 1-0. M. 1. Soldado. 2-0. M. 6. Jonas. 2-1. M. 12. Álvaro. 3-1. M. 29. Ricardo Costa. 3-2. M. 59. Alexis. 4-2. M. 94. Valdez.

Árbitro: Delgado Ferreira. Amonestó a Rami, Rafa, Xavi Torres, Miguel Torres, Álvaro, Albelda.

Unos 18.000 espectadores en Mestalla.

No hay nadie como Albelda para organizar la presión. De ahí que el técnico vasco, después de la mala experiencia ante el Rayo, volviera a recurrir a él. El capitán ha vuelto al equipo rejuvenecido, sintiéndose otra vez importante, el centro del universo. Él aprieta y los demás salen disparados. Sobre todo por los extremos, algo que también quería recuperar Valverde. Para lograrlo, ha tomado la decisión de prescindir de Cissokho, sin cambio de ritmo, y de retrasar a Guardado, el mejor del encuentro. El ahora lateral izquierdo mexicano dobla a su interior (Piatti) y alcanza la línea de fondo para alargar al equipo. Le faltan, eso sí, conceptos defensivos, pero eso se aprende. En el otro lateral, bienvenida fue la vuelta de João Pereira: el Valencia tuvo llegada por ambos lados.

En esa mayor fiereza atacante se enmarcó también el segundo tanto: una pared rapidísima entre Soldado y Jonas culminada por este último. El centro de la zaga azulona hacía agua. El Getafe reaccionó pese a su pésimo comienzo. Y de un pase en profundidad de Xavi Torres, Álvaro cruzó con clase ante la media salida de Diego Alves. Rami y Ricardo Costa se pusieron a discutir. ¿De quién era Álvaro? El delantero del Getafe les había ganado la espalda en dos ocasiones en apenas 10 minutos. En la segunda, remató muy alto.

El choque se convirtió en una ruleta. Las zagas eran sendas lágrimas, sobre todo la del Getafe en el juego aéreo. A eso, a los córners se aferró el Valencia para volver a marcar distancias. Y de tanto preocuparse por Rami, la defensa de Luis García se olvidó de Ricardo Costa, que cabeceó a placer mientras Alexis se encogía.

Al Valencia le va el juego directo. No está dotado para la elaboración. Envíos largos de los centrales que Soldado y Jonas convierten en oro. El Getafe siguió llegando con mucha facilidad tras el descanso. Y Alexis se rehízo del marcaje fallido a Ricardo Costa con la misma medicina: un cabezazo a gol tras saque de esquina. Se despistó Ricardo Costa.

Mestalla otra vez de los nervios. De nuevos las broncas entre Rami y Diego Alves, recriminándole el central al portero que no salga en lo córners de la línea de gol. Otra vez ingobernable el partido, la moneda podía caer a su antojo. Al Getafe le faltó decisión. Toda la que le sobró a Albelda para hacerse con una pelota dividida que acabaría, tras el toque atrás de Viera, en el gol definitivo de Valdez. En medio de la tormenta, solo Albelda supo mantener la calma.

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