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Nadal no llega a Australia

El español, que lleva seis meses de baja por una lesión de rodilla, retrasa su reincorporación hasta la gira de tierra, en febrero Ferrer puede arrebatarle el número cuatro mundial

Juan José Mateo
Nadal, el año pasado, en Abu Dabi
Nadal, el año pasado, en Abu DabiALI HAIDER (EFE)

Rafael Nadal, que lleva seis meses sin competir para recuperarse de una rotura parcial del tendón rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda, no disputará el torneo de Doha, donde tenía pensado reaparecer, ni el Abierto de Australia, que comienza el 14 de enero. El número cuatro sufre una gastroenteritis que le ha provocado fiebre y ha alterado su plan de reincorporación progresiva a la competición: tras renunciar por esa enfermedad a la exhibición de Abu Dabi, que se disputa este fin de semana, y luego a la cita de Doha, que se competirá desde el 31 de diciembre, el campeón de 11 grandes no se considera preparado para afrontar con garantías los cinco sets y las temperaturas extremas de Melbourne. Si se cumplen sus nuevas previsiones, volverá al circuito en el torneo mexicano de Acapulco (desde el 25 de febrero) y sobre arcilla, su superficie preferida y la menos dañina para las articulaciones. En ese caso, Nadal, que tiene 26 años, habría estado ocho meses sin jugar.

“Mi rodilla está bastante mejor, y el proceso de recuperación ha ido según lo previsto por los médicos, pero este proceso vírico ha hecho que no pudiera entrenarme esta última semana y en los próximos días y por tanto, muy a mi pesar, no podré reaparecer en el momento que habíamos previsto”, explicó en un comunicado el mallorquín, a quien el doctor Cotorro ha ordenado reposo durante la próxima semana, tras lo que se someterá a una ecografía. “Creo que tal y como dicen los médicos y mi equipo, lo más prudente es hacer las cosas bien y este virus ha hecho retrasar todos mis planes de reaparecer en estos días. Mi reaparición tendrá que esperar hasta el torneo de Acapulco, si bien no descartaría la posibilidad de reaparecer en algún torneo antes (por ejemplo, el torneo chileno de Viña del Mar, que comienza el 4 de febrero sobre arcilla, le tiene reservada una invitación)”, prosiguió. “Tal y como he dicho siempre, mi vuelta al circuito se producirá cuando me encuentre en las condiciones que me permitan competir. Tras todo este tiempo apartado de las pistas prefiero no acelerar la reaparición y hacer las cosas bien”.

Ese virus estomacal ha puesto toda su estrategia en jaque: al renunciar al Abierto, el número cuatro perderá los 1.200 puntos sumados en su ránking tras alcanzar la final de Melbourne en 2012. Eso, unido a los 90 que se le restarán por su ausencia en Doha, pondrá en bandeja que David Ferrer, el número cinco, le rebase en la clasificación, dejando su puesto en el top 10 a expensas de la actuación de los otros diez mejores jugadores del planeta en el primer grande del año. La lógica indica que por primera vez desde 2005 Nadal no será uno de los cinco mejores tenistas del mundo.

En consecuencia, el mallorquín, que no juega desde el 28 de junio, cuando cedió contra el checo Lukas Rosol en segunda ronda de Wimbledon, se encuentra ante un escenario inesperado. El pasado verano, reunido con su equipo, decidió descartar la opción de pasar por el quirófano y elegir un tratamiento conservador. Durante tres meses, y pese a un intenso trabajo de fisioterapia, no experimentó progresos notables. Como resultado, el número cuatro protagoniza una de las bajas más prolongadas de la historia de su deporte sin que medie operación: “Hace entrenamientos progresivos, no agresivos, porque toca ir con tranquilidad. Ahora se entrena ya parecido a lo que suele”, explicaron fuentes de su equipo antes de que le atacara la fiebre.

De enero a julio de 2012, Nadal firmó un curso espectacular, con cuatro títulos, entre ellos el de Roland Garros, y la final de Melbourne. Entonces llegó el dolor en la rodilla. Las renuncias, entre otras citas de su calendario, a los Juegos de Londres, en los que iba a ser el abanderado de España, el Abierto de EEUU y la Copa de Maestros. La temporada de 2013 no ha arrancado mejor. La articulación que le martiriza ha mejorado pero no está perfecta. Una infección ha estropeado su estrategia de reincorporación progresiva a la competición. Ahora más que nunca, Nadal, que tiene a Montecarlo y la gira primaveral de arcilla en el punto de mira, está en manos de su mejor arma. Como dijeron fuentes de su equipo: “El tema mental es importante en esta situación. En agosto le veías más hundido, saturado de jugar con dolor. La cabeza le dijo basta. Ahora, la predisposición es otra”.

Ferrer, baja para la Davis

El español David Ferrer se impuso al serbio Janko Tipsarevic por 7-6 (4) y 6-2 para ganar el tercer puesto del torneo de exhibición de Abu Dabi, y su agente, Albert Molina, confirmó a EFE que el número cinco no disputará la primera eliminatoria del Grupo Mundial contra Canadá, del uno al tres de febrero en Vancouver.

"Es un tema de calendario puro y duro, va a jugar ahora Doha, Auckland y luego el Abierto de Australia, y no se puede ir luego a jugar a Canadá", dijo Molina en conversación telefónica.

"Su baja es solo para esta eliminatoria contra Canadá", precisó Molina, "hay que tener en cuenta que David solo ha tenido este año cinco días de vacaciones y ha acabado fundido. Tiene que empezar a cuidarse, lleva ya cuatro años seguidos así".

"Despúes de esa eliminatoria, David siempre estará en disposición para jugar", añadió Molina que también es agente de Nicolás Almagro. "El todavía no se ha pronunciado, deberá hablar con el capitán", dijo sobre el murciano.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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