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De la morriña a la saudade

Lendoiro presenta a Domingos Paciencia como nuevo entrenador del Deportivo Otros tres preparadores lusos desembarcan en Riazor, que espera más refuerzos del país vecino

Lendoiro entrega una camiseta del Depor al nuevo técnico, Domingos Paciencia.
Lendoiro entrega una camiseta del Depor al nuevo técnico, Domingos Paciencia.MIGUEL RIOPA (AFP)

Accedieron a la sala de prensa de Riazor enfundados en bufandas deportivistas, atildados, perfectamente trajeados, con la sonrisa como bandera y un cierto estupor por la expectación, quizás también por una cierta prevención que flotaba en el ambiente. Justo cuando algunos protagonistas de origen luso de la Liga española alzan la voz para lamentar lo que entienden como un trato discriminatorio, cuando el técnico José Mourinho apunta que ser portugués en España es “duro” o Pepe, su pupilo en el Real Madrid, alude a la persecución que entiende que sufren por razón de su pasaporte; justo en ese momento, el Deportivo decide profundizar en su relación con el fútbol del país vecino y contratar a cuatro preparadores liderados por Domingos Paciencia, nuevo entrenador del conjunto coruñés, el elegido por el presidente Augusto César Lendoiro para salvar al equipo de un descenso que podría condenar el futuro de un club a punto de entrar en concurso de acreedores.

Domingos y su grupo de trabajo nutren una prole de profesionales llegados desde el otro lado de lo que en Galicia se conoce como raia, la gran mayoría son originarios o se han formado además en la región norte, son minhotos, tan lejos para unas cosas y tan cerca como para que los medios de comunicación portugueses se desplazaran en masa a la puesta de largo en Riazor. También ellos les preguntaron por lo que llamaron preconceptos: “Todos somos seres humanos. He dirigido plantillas con futbolistas de decenas de nacionalidades y al revés, si ahora tengo muchos portugueses en un equipo español no habrá problema mientras ganemos”, ha apuntado el técnico, hoy, en su presentación. “Ya le había querido traer al Deportivo cuando era futbolista”, ha añadido Lendoiro. Entonces se le adelantó el Tenerife. Domingos apunta a aquel episodio, sucedido en 1997, para ilustrar su emoción por retomar de alguna manera lo que pudo ser y no fue. Y ha dejado claro por qué arriesga su prestigio de entrenador emergente en el colista de la liga española con un compromiso de tan sólo seis meses. “Quiero trabajar y estar activo. Vengo a un campeonato muy competitivo. La vida del entrenador es díficil en todas partes”.

Su nueva vida empieza un 1 de enero. A las cinco y media de la tarde está citada la plantilla para conocer a su nuevo jefe. Por delante, tan sólo cuatro días antes de un importante partido contra el Málaga, el primer examen ante la afición deportivista. De Domingos se espera que muestre las credenciales que enseñó durante su exitosa estancia en el Braga, al que condujo a la Liga de Campeones y a la final de la Europa League, que arme un equipo rocoso como aquel, capaz de conceder pocas opciones de gol a los rivales y optimizar las propias, justo la tara que ha empujado al Deportivo al filo del abismo.

Tendrá refuerzos, quizás los que su antecesor José Luis Oltra no hubiera tenido. Por más que el nuevo inquilino del banquillo coruñés haya dejado claro que no tiene ningún vínculo por escrito con el representante Jorge Mendes, fue su agencia, Gestifute, la que condujo las negociaciones que culminaron con su llegada a Riazor. Para el valedor de Mourinho, Cristiano Ronaldo o Falcao; ayudar a mantener al equipo con el que se estrenó hace más de quince años en sus negocios fuera de su entorno minhoto se ha convertido en un desafío y un empeño. Algunos de sus representados apenas han contado para Oltra.

“No conozco a Mendes, le tengo mucho respeto y es un grandísimo profesional. El presidente siempre me dijo que ayuda al Deportivo. Tengo mi propia opinión, pero no es el momento ni el lugar ni el sitio. El que toma las decisiones en el club es Lendoiro, es la sensación que tengo yo”, ha matizado Oltra ante los medios de comunicación en el único atisbo de acidez de una despedida elegante en la que se emocionó al recordar el momento en el que comunicó a su familia que no iban a seguir en A Coruña. “La destitución me ha sorprendido porque no me parecía que la situación fuera límite. No me la esperaba porque creía en el trabajo y sentía el apoyo de la plantilla”. Valerón, Manuel Pablo y Riki, capitanes del plantel le han defendido hasta el final, pero los resultados, que no tienen nacionalidad, le han sepultado: esta temporada ha ganado dos partidos de 17.

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