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Un genio invisible

Balic, que vivió parte de su época dorada en el Portland, se quedó por decisión técnica fuera de la lista de Croacia, rival hoy de España: "Creo que ha acabado mi carrera en la selección"

Javier Lafuente
Ivano Balic, esta semana en Madrid.
Ivano Balic, esta semana en Madrid.luis sevillano

Ver a Ivano Balic (Split, 1979) en un partido de Croacia, rival hoy de España (19.00, Teledeporte) no tendría nada de trascendente si no fuese porque el mago de Split no se encuentra sobre el 40x20. Ni se le espera. Sentado apenas unos asientos a la derecha del jugador del Madrid Luka Modric, que no deja pasar la oportunidad de saludar al ídolo croata, por fin este jueves pudo Balic acudir a un partido de su selección. Se percataron los pocos pero ruidosos hinchas arlequinados, que comenzaron a corear su nombre mientras Slavko Goluza, el técnico que ha decidido dejarle fuera del campeonato, trataba de ordenar a su equipo.

El martes, tras un entrenamiento del Atlético, Balic rehúye cualquier comentario sobre el Mundial. Le aburre comentar su ausencia en el torneo tanto como disfruta hablando de música. No le importa recomendar Nostalgicna, de su grupo favorito, TBF, o cualquier canción de Hladno Pivo (“significa cerveza fría”, comenta). Pero cuando se le pregunta sobre cómo ve el Mundial, sobre la decisión de Goluza, antaño su protector, contesta con desgana, casi por puro compromiso: “Claro que me ha dolido, pero así es la vida, están los jóvenes, que tienen que crecer juntos para llegar bien a los Juegos de Río”. ¿Y usted se ve allí? “Creo que ya se ha acabado mi carrera en la selección. Tengo que cuidarme”, zanja.

Cuidarse para tratar de seguir al máximo nivel y recuperar una visibilidad que en la pista se le resiste al genio croata este año, lastrado por las lesiones que precedieron su llegada al Atlético y que han continuado al comienzo del curso. Algo, admite, que ha cambiado su forma de entender el balonmano: “Este año he dado más vueltas a cómo juego en vez de dejarme llevar. Me tengo que relajar, salir a la cancha y no pensar”.

Claro que me ha dolido, pero así es la vida, están los jóvenes, que tienen que crecer juntos para llegar bien a los Juegos de Río Ivano Balic

“Cuando te sientes bien, orgulloso de tu trabajo, acabas teniendo una recompensa y quieres intentarlo de nuevo. Y si no llega, hay que luchar para seguir ganar. Yo tengo ganas de volver a ganar algo grande otra vez”, asegura Balic cuando se le interpela sobre qué le sigue motivando a alguien que, con 33 años, ha ganado todos los premios habidos y por haber y que se ha colgado el oro en un Mundial (2003) y unos Juegos (Atenas, 2004).

La época dorada de Balic, entre 2003 y 2008 sobre todo, coincidió con su llegada a España, el único país además del suyo donde ha jugado. Pamplona era el destino y Jackson Richardson, su ídolo, la motivación: “Salía por primera vez de Croacia. Jugar con Jack fue la hostia, muy especial para mí. Ha sido el mejor de la historia. Entre su presencia y que no hablaba el idioma, los seis primeros meses solo miraba”, recuerda Balic entre risas, una tregua para después negar con la cabeza cuando parece que va a hablar de los consejos que le daba el exjugador francés: “Eso prefiero guardármelo para mí”.

Jugar en Pamplona con Richardson fue la hostia, muy especial para mí. Ha sido el mejor de la historia

Por si quedasen dudas, es el propio Balic quien admite ser “un tío muy cerrado; desde que era niño”. “Pero como soy un deportista, y durante algunos años lo he hecho bastante bien, no me queda otra que relacionarme con la gente. Te acabas acostumbrando. En los últimos años me cuesta menos pararme y hablar con la gente”, razona el croata. Algo que se confirmó el jueves, en la Caja Mágica. Balic accedía a las peticiones de autógrafos de sus seguidores en el descanso; también al final del partido ausente. El encuentro, claro, era sagrado. Porque aunque confiesa que cada vez ve menos balonmano, le sigue apasionando este deporte: “Me gusta estar en el pabellón, con los compañeros. Y pasarlo mal. A veces también eso es bueno”.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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