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LIGA DE CAMPEONES | OPORTO,1; MÁLAGA, 0
Crónica
Texto informativo con interpretación

El físico del Oporto desfigura al Málaga

El cuadro de Pellegrini, superado y despersonalizado, escapa con vida sin tirar a la portería de Helton

Rafael Pineda
Moutinho marca el gol del Oporto.
Moutinho marca el gol del Oporto. miguel vidal (REUTERS)

No pudo el Málaga, exigido por un Oporto incansable. Le faltó serenidad y aplomo para ser el equipo que asombró a Europa con una gran fase de grupos. Arrugado y sin la jerarquía que exige las grandes citas, el Málaga se verá ahora obligado a remontar en La Rosaleda. Para ello, deberán aflorar sus virtudes, de las que no hubo rastro en Portugal. No obstante, y a pesar de la superioridad ejercida por el Oporto, los de Pellegrini evitaron males mayores y el resultado le deja vivo para la vuelta. En la vuelta el Málaga deberá despojarse de todos los complejos y competir ante un rival al que anoche no le creó ni una ocasión en un partido muy exigente. Solo cuando el Málaga sea más el Málaga de este curso, podrá discutir al Oporto el pase a los cuartos de final.

OPORTO, 1; MÁLAGA, 0

Oporto: Helton; Danilo, Otamendi, Mangala, Alex Sandro; Fernando, Lucho González (André Castro, m. 91), Moutinho; Varela (James Rodríguez, m. 57), Jackson Martínez e Izmailov (Atsu, m. 70). No utilizados: Fabiano; Maicon, Liedson y Sebá.

Málaga: Caballero; Sergio Sánchez, Demichelis, Weligton, Antunes; Iturra (Camacho, m. 77), Toulalan; Joaquín (Portillo, m. 63), Baptista (Piazon, m. 77), Isco; y Santa Cruz. No utilizados: Kameni, Lugano, Camacho, Saviola y Duda.

Gol: 1-0. M. 56. Moutinho remata en posición dudosa un gran pase de Álex Sandro.

Árbitro: Mark Clattenburg. Amonestó al malaguista Iturra.

Estadio do Dragâo. Unos 40.000 espectadores.

Ajeno a las estrellas que configuran el plantel de los grandes de Europa, el Oporto en un conjunto de excelentes prestaciones, que vive de un descomunal despliegue físico. Le falta un punto de imaginación en su fútbol, pero es un rival de enjundia y verdadera talla continental.

Hablar de un infierno de estadio en un fútbol tan homogeneizado como el actual puede resultar algo anticuado. Lo que sí se encontró el Málaga en casa del Oporto fue un equipo de altísimas prestaciones competitivas y un físico a la altura de la exigencia de un torneo como la Liga de Campeones. Un escenario que desde el primer minuto hizo añicos los planteamientos diseñados por Pellegrini, traducidos, en definitiva, en un Málaga con personalidad para mantener la posesión y sorprender desde esa premisa al Oporto. El equipo portugués supo presionar a la perfección, provocando la rendición del cuadro andaluz allí donde es precisamente más fuerte. Isco, demasiado tirado a la izquierda, apenas tomó contacto con el balón, lo mismo que Joaquín, perdido en carreras estériles ante rivales de zancada poderosa y mucho depósito para ir y venir.

El equipo andaluz mantuvo el tipo en defensa, pero no existió en ataque

Esposado Isco y vistas las circunstancias, al Málaga no le quedó más remedio que reinventarse. Se echó en manos de su trabajador doble pivote, Iturra y Toulalan, y de la prestancia de sus centrales, Demichelis y Weligton, para dibujarle al Oporto un encuentro también complicado para el aguerrido grupo de Vítor Pereira. El conjunto portugués, que no por casualidad lleva un año sin perder en su estadio, vive del robo y la salida al contragolpe, en busca de Jackson Martínez, una auténtica bestia, pero le falta pausa y juego entre líneas. El buen tono defensivo del Málaga taponó a Moutinho, falta tras falta, y equilibró el duelo a pesar de la superioridad del Oporto, dueño del balón, de los rebotes, de todos los duelos individuales que aparecían en cada palmo del césped. Era un Málaga transformado, sin juego pero con oficio y garra, que no concedió una ocasión de gol salvo en un remate a la salida de un saque de esquina de Jackson Martínez al que no llegó Fernando. El Oporto tenía mucho el balón, pero no traducía en peligro la posesión a pesar de su abrumadora superioridad en la presión a Isco, Baptista, Joaquín y Santa Cruz, que apenas olieron el balón.

Harto de amagar y apenas dar, el equipo portugués por fin alcanzó a crear una jugada entre líneas. Moutinho, el futbolista más temido por Pellegrini, rompió la defensa andaluza y acertó a rematar en posición más que dudosa un medido pase adelantado de Alex Sandro. El 1-0 varió de forma sustancial un panorama donde solo el resultado ofrecía esperanza al Málaga. Pereira quiso hacer más daño dando entrada a James Rodríguez, su otra figura, algo tocado. El equipo andaluz no fue capaz de serenarse ni de tener la pelota más de dos segundos para crearle peligro a un Oporto incombustible e incansable. Eso sí, aparte del gol, el cuadro luso no llegó con más peligro a la meta de Caballero. El Málaga, empequeñecido y sin tirar a la puerta rival, tuvo la virtud de escapar vivo, con lo que el matrimonio que mantiene con la competición europea todavía puede vivir una noche gloriosa en la vuelta.

En La Rosaleda, el 13 de marzo, radica la esperanza.

“El gol fue en fuera de juego”

Lo pasó mal el Málaga en Oporto y no fue el equipo que viene deslumbrando en España y Europa. Así lo reconoció uno de sus mejores jugadores, el argentino Demichelis. “Nos encontramos con un gran rival que nos supo presionar. No fuimos el rival que normalmente somos”, indicó. “El Oporto cuando tiene la pelota no la desaprovecha y a nosotros nos costó salir de la presión. En el pasado hemos demostrado que podemos dar la vuelta al marcador”, añadió el defensa.

“Es un resultado al que le podemos dar la vuelta”, resumió Pellegrini, algo molesto por la incapacidad de su equipo para generar fútbol en ataque. “Ha sido uno de nuestros peores partidos de la temporada en la faceta atacante. No obstante, ellos solo nos hicieron un gol, además en fuera de juego, a pesar de la superioridad que mostraron. No nos llegaron mucho y apenas si recuerdo alguna parada de Caballero”, añadió Pellegrini. El chileno admitió las virtudes del Oporto: “Nos apretaron muy bien. Tienen un gran despliegue físico, pero insisto que nos traemos un resultado al que podemos darle la vuelta en La Rosaleda. Si ellos con tanto balón nos hicieron tan poco, apenas un gol y en fuera de juego, cuando recuperemos nuestro fútbol podemos revertir la situación”.

“Nos costó mucho hilvanar el juego, pero fue más mérito de ellos. Lo mejor es el resultado, que deja la eliminatoria muy abierta”, aclaró Iturra, que formó pareja junto a Toulalan en el centro del campo. “Nos han planeado un encuentro muy duro y muy táctico y nos nos han dejado respirar, pero podemos darle la vuelta al resultado. El Málaga tiene equipo para ello”, añadió Isco.

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