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Un testigo dice que oyó “gritos sin parar” en casa de Pistorius

Esta declaración desmonta la defensa del atleta paralímpico y la idea de que confundió a su pareja con un intruso El juez vuelve a posponer su decisión acerca de si le concede la libertad bajo fianza que se conocerá este jueves

Pistorius, durante el juicio.Foto: atlas

Aunque solo se trata de determinar si Oscar Pistorius saldrá o no bajo fianza, el procedimiento de la justicia sudafricana sirve como aperitivo de lo que puede ser el juicio. El juez volvió a aplazar, hasta este jueves, su decisión de si le concede la libertad condicional al atleta paralímpico, que sigue bajo custodia policial desde que fue detenido hace una semana acusado del asesinato de su novia, Reeva Steemkamp. En la vista de este miércoles, el inspector Hilton Botha reveló que dos vecinos de la urbanización aseguraron que la madrugada del crimen no fueron horas tan idílicas entre los enamorados, sino que oyeron “gritos sin parar” atribuídos a una discusión de la pareja. Poco después, los tiros. La novedad es que se hallaron tres y no cuatro orificios de bala en el cadáver, que tampoco presenta heridas de autodefensa.

La versión del policía contradice a la que dio Pistorius. En una declaración jurada, dibujó una noche tranquila y agradable, rota por supuestos ruidos que habrían desencadenado que disparara contra su novia al confundirla con un ladrón en el baño.

En su casa hallaron jeringas con restos de testosterona, una sustancia prohibida que aumenta el rendimiento

Para la defensa, estos vecinos viven demasiado lejos, a unos 600 metros (el doble de lo que estima el inspector), para poder distinguir con claridad voces y discusiones e, incluso, saber con certeza que las luces de la vivienda estaban encendidas y no apagadas, como sostiene Pistorius. Botha es un testigo de la fiscalía y, por lo tanto, es contrario a la fianza. El juez le llegó a preguntar si “realmente” creía que Pistorius podría escapar siendo un rostro conocido. “La vida en la cárcel no es ninguna broma”, fue la respuesta.

El investigador mostró a las partes un mapa de la lujosa vivienda de Pistorius y, por la ubicación del cuarto de baño, concluyó que, según la trayectoria de las balas, Pistorius llevaría las prótesis puestas, contradiciendo otra vez al velocista, que había jurado que no se las puso hasta más tarde. Sin embargo, tanto el informe forense como el balístico están aún por terminar definitivamente.

Más allá de sus problemas penales, a Pistorius le podrían ahora intentar tumbar sus triunfos deportivos si se confirma lo que apuntó el inspector Botha. En su casa hallaron jeringas con restos de testosterona, una sustancia prohibida que aumenta el rendimiento físico. Nada de dopaje, afirmó el abogado del velocista. Lo que guardaba el velocista son unas simples “hierbas medicinales”. La defensa sacó los colores al policía por cometer un error que cualquier espectador de cine sabría. Botha tuvo que admitir que no se puso protector de zapatos para examinar las pruebas la madrugada del crimen.

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