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Clemencia a la holandesa

La federación ofrece una suspensión de solo seis meses a los ciclistas que confiesen que se doparon antes de 2008 y les garantiza que no serán despedidos y cobrarán su salario

Carlos Arribas
El equipo holandés Argos, durante una prueba contrarreloj
El equipo holandés Argos, durante una prueba contrarrelojCORDON PRESS

Las cosas se mueven en el ciclismo fuera de España, donde el juicio de la Operación Puerto conduce a la frustración a quienes creían que saldría a la luz la verdad de los años oscuros. Equipos, organismos, federaciones quieren saber la verdad y se la están preguntando a los ciclistas. El pasado reciente del ciclismo, las dos últimas décadas, son, en cierta manera, así vienen a decir los hechos que día a día se van conociendo, un pozo negro que sigue emponzoñando el presente. Solo aclarándolo, limpiándolo —extrayendo todo el pus, como algún técnico español ha señalado—, se podrá creer en el futuro, dicen.

Son preguntas que se hacen a los ciclistas del pelotón en todas partes, también a los españoles sospechosos y testigos de la Operación Puerto, que se cierran en banda, que niegan en redondo, por miedo a las consecuencias. En informes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) se refleja este problema: no se puede pedir a nadie que diga una verdad que le pude dejar sin trabajo, sin ingresos y denigrado socialmente; hay que buscar fórmulas para que las comisiones de la verdad que se formen cuenten con testimonios importantes. Lo decían en la AMA refiriéndose al programa del equipo Sky o al de la federación australiana, que supusieron la expulsión de varios técnicos, y la consecuente mudez de todos los corredores. En Estados Unidos, su agencia antidopaje (USADA) solucionó el problema ofreciendo a los que hablaran una sanción encubierta y prácticamente secreta de seis meses, pero con una sola condición, que lo que dijeran sirviera para condenar a Lance Armstrong. Sin embargo, parte de ese modelo, traducido en un llamado “régimen de clemencia”, ha sido copiado por la llamada comisión de la verdad (la Comisión Sorgdrager, por la exministra de Justicia que la preside) puesta en marcha por la Federación Holandesa de Ciclismo, que ha llamado a responder un cuestionario a todas las personas que militen o trabajen en los tres equipos ProTour (Blanco, Vacansoleil y Argos) sobre lo que han hecho o saben de dopaje desde 1993 hasta ahora.

El cuestionario deberán firmarlo todos los corredores, directores y auxiliares de los equipos, incluidos los españoles Gárate, Luis León Sánchez, Valls y Flecha

El plazo para responderlo acaba el 31 de marzo y las preguntas son: ¿Se ha dopado usted alguna vez? ¿Con qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Se lo dio el equipo? ¿Ha traficado con sustancias dopantes? ¿Cuáles? ¿Cuándo? ¿Sabe algo de alguien que nos gustaría saber a nosotros?

En documentos anexos, figura la lista de premios o castigos por ser buenos chicos o malos mentirosos.

Si lo que confiesan es anterior a 2008, les prometen, conjuntamente con la agencia antidopaje holandesa, que su equipo simplemente les suspenderá seis meses, pero que mantendrán su contrato, no serán despedidos y seguirán cobrando su salario, aunque se les descontará tres meses como multa. Es la llamada clemencia, compañera necesaria de la verdad. Ahora bien, si mienten y se descubre de alguna manera que se doparon, no solos eran despedidos inmediatamente de sus equipos, sino que serán sancionados dos años por dopaje. Otro precio que se les solicita, aparte de la verdad, es su colaboración plena con las exigencias de la Comisión Sorgdrager para esclarecer el pasado y para denunciar a las personas que colaboraron en su dopaje. El cuestionario deberán firmarlo, aun cuando lo dejen en blanco, todos los corredores, directores y auxiliares de los equipos, incluidos aquellos que no sean holandeses, entre ellos los españoles Gárate, Luis León Sánchez, Valls y Flecha.

Esta clemencia, sin embargo, no se tendrá ni con los médicos de los equipos que confiesen ni con aquellos ciclistas o directores cuyos problemas con el dopaje sean posteriores al 1 de enero de 2008. Sobre ellos caerá todo el peso de la ira, el despido, la sanción.

El éxito de la propuesta, de la vía holandesa, se conocerá rápidamente, pues otro de los compromisos que aceptan los que confiesen es que su nombre se hará público. Se supone que solo a partir de entonces, otros países, como España o Italia, con un pasado turbulento, podrán seguir el ejemplo.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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