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Navarro y Tomic abaten al Khimki

Los triples y el nervio del escolta y la eficacia del pívot despejan el camino del Barça

Robert Álvarez
Navarro, durante el partido ante el Khimki
Navarro, durante el partido ante el KhimkiALBERT OLIVÉ (EFE)

El Barcelona acabó saliendo por piernas de un partido que dominó con amplitud (58-44), pero en el que revoloteó sin ton ni son, como un globo pinchado durante el último cuarto. El Khimki ruso estuvo a punto de pillarle, de forzar al menos la prórroga, pero la última canasta de Kresimir Loncar, la que puso el definitivo 71-69 cuando faltaban dos segundos, pareció tan fuera de contexto, con los dos equipos ya tan convencidos de que la suerte estaba echada, que los rusos ni siquiera estuvieron listos para forzar una falta a la desesperada.

El equipo de Xavi Pascual edificó su victoria sobre dos jugadores, Navarro y Tomic. El capitán se desmelenó con los triples. Sus cinco dianas desde la distancia más larga resquebrajaron la defensa del Khimki sin que Vyaltsev y Fridzon, los dos aleros rusos a los que les tocó la china de marcarle, lograran evitarlo. La rapidez e inteligencia de Navarro para aprovechar los bloqueos, buscar los espacios y asestar el golpe certero en el momento más propicio encarrilaron los primeros tirones del Barça en el marcador.

Barcelona, 71 - Khimki, 69

Barcelona Regal: Sada (2), Navarro (19), Mickeal (8), Lorbek (11), Tomic (16) —equipo inicial—; Marcelinho (4), Jasikevicius (4), Wallace (2), Ingles (2), Rabaseda (0) y Jawai (3).

Khimki Moscú: Planinic (12), Vyaltsev (0), Monya (9), Augustine (8), Zhukanenko (2) —equipo inicial—; Fridzon (12), Koponen (0), Loncar (8), Rivers (0) y Paul Davis (18).

Parciales: 21-16; 23-18; 16-14 y 11-21.

Árbitros: Belosevic (Serbia), Ankarali (Turquía) y Lopes (Portugal).

Palau Blaugrana. 5.344 espectadores.

La pegada de Navarro desde el exterior, se complementó por dentro con una estupenda primera parte de Lorbek y la constancia de Tomic, oportuno en el rebote y eficaz en el tiro. El Barcelona se centró en el marcaje al base croata, Zoran Planinic, y se benefició del flojo partido de Kelvin Rivers. Por momentos, llegó a planear la posibilidad de que el Barcelona no solo ganara sino que también lograra superar la diferencia de 13 puntos por la que perdió en Moscú, su única derrota en el Top 16.

Se asomó el Barça al último cuarto con 12 puntos de ventaja, pero de repente se desplomó, seco en ataque e incapaz de frenar a Paul Davis bajo los aros. Siempre estuvo por delante, pero perdió el hilo. El Khimki le dio un baño en esos diez últimos minutos, a pesar de que ni siquiera entonces fue fluido el juego y se asistió a algunas acciones que rozaron la bufonada, como una absurda pérdida de balón de Monya que, tras capturar un rebote en defensa, totalmente solo, sin presión alguna que urgiera o dificultara su pase, le entregó el balón a su entrenador, Rimas Kurtinaitis, incrédulo, en la banda. Aun así, el Khimki estuvo a punto de remontar.

El Barcelona, en fin, resistió lo imprescibidible para sumar su 14ª victoria consecutiva y encarar en la mejor posición posible, como líder, las cinco últimas jornadas del Top 16. Su objetivo primordial es concluir entre los dos primeros para tener ventaja de cancha en las eliminatorias de los cuartos de final, al mejor de cinco partidos, de las que saldrán los clasificados para la final four que se disputará del 10 al 12 de mayo en Londres.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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