Más seguridad en el Camp Nou

Los aficionados que acudan hoy al Camp Nou puede que noten algo raro. Los Mossos d’Esquadra y el club azulgrana han pactado reforzar la seguridad, después de que en el clásico copero entre el Barça y el Real Madrid se lanzase una bengala. El incidente ha provocado un terremoto y ha dejado al descubierto que la directiva, capitaneada por Sandro Rosell, había intentado poner en marcha de forma clandestina una grada de animación desde enero. El proyecto formaba parte de las promesas electorales de Rosell, pero los Mossos no lo veían con buenos ojos, por lo que el club dijo, formalmente, haber renunciado a él el año pasado.

Tras la bengala, se produjo una tensa reunión entre los Mossos y la directiva, con el vicepresidente del área social, Jordi Cardoner a la cabeza, en la que se decidió reforzar los controles. Esto se traducirá en más registros en determinados accesos en los que hasta ahora la seguridad era “laxa”, según fuentes policiales. “No se va a registrar a todo el mundo, pero en algunas zonas muy sensibles del campo se va a notar”, aseguraron fuentes del club, que también va a incrementar la seguridad privada. Ni Mossos ni el Barça pusieron una cifra al aumento de efectivos.

El objetivo es que no entre al campo nada de lo que “está prohibido por ley”, constatan esas mismas fuentes policiales, como las bengalas. Aunque los Mossos no trasladarán a la unidad canina.

El regreso de los violentos al Camp Nou ha sacudido estos días el club. El lunes Rosell admitió en rueda de prensa que habían vendido 110 entradas a 10 euros a grupos de aficionados, a los que definió como “chicos muy majos”. El jueves, Catalunya Ràdio adelantó que Rosell suscribió con los Boixos Nois —seguidores radicales del Barça— un acuerdo en la campaña de 2010 para crear una grada de animación. La carta la firmaba el cabecilla del grupo, Josep Lluís Sureda, además de nueve grupos culés más. La directiva había negado durante todo este tiempo cualquier pacto con los radicales. Rosell anunció el lunes que se había dado por zanjada definitivamente la grada de animación.