El enigma de los neumáticos
Tal vez pocos esperaban un resultado tan espectacular de la escudería Lotus en la primera carrera del Mundial de F-1. Fue un equipo que pasó bastante desapercibido durante los entrenamientos de pretemporada pero, desde el primer momento, hubo ingenieros de la escudería que me comentaron la esperanza que tenían depositada en este coche. Cuando llegaron a Australia, habían hecho el trabajo. Habían realizado series largas en Jerez y Barcelona manteniendo un ritmo muy bueno. Y habían estudiado con detalle de qué forma podían salvaguardar mejor los neumáticos.
Las claves de su éxito se debían al acierto de sus ingenieros en la aerodinámica del coche y también en la geometría aplicada a las suspensiones. Son los elementos fundamentales para cuidar las gomas. Y en Australia Lotus demostró que era el coche que mejor las mantenía. La prueba más evidente fue que Raikkonen fue uno de los que más alargó sus neumáticos blandos. Cambió al cabo de nueve vueltas. Y solo le superaron Hamilton y Rosberg, que apuraron demasiado y perdieron incluso un tiempo que les acabó perjudicando en la clasificación final. Así que Lotus fue uno de los coches que mejor cuidó los neumáticos blandos, ayudado también por el hecho de que su motor es el que menos consume de la parrilla y eso permite a Lotus salir con algo menos de peso.
Lotus debería seguir luchando por los triunfos tanto en Malasia como en las próximas carreras. La clave es saber contra quién deberá luchar
Y cuando colocó los duros, la historia se repitió. Raikkonen impuso un ritmo muy rápido en las primeras vueltas, pero después lo fue manteniendo hasta que decidió regresar al taller, después de 25 (en la 34). A Alonso sus primeros duros le habían durado 11 vueltas, a Vettel, 14… y a Sutil, 21. Esos datos le sirvieron al finlandés para saber que podía aguantar hasta el final de la carrera sin regresar al taller. Le quedaban 24 vueltas para la conclusión y el coche circulaba ya entonces con la mitad del depósito vacío. De hecho, hizo su mejor tiempo en el penúltimo giro.
La primera carrera del año sirvió para demostrar el gran salto de calidad que ha dado Lotus. Un equipo que se une al grupo de los grandes dominadores y que debería seguir luchando por los triunfos tanto en Malasia como en los próximos grandes premios. La cuestión es saber contra quién deberá luchar. Y en Australia, quedó claro también que Ferrari ha encontrado su coche, un monoplaza que permitirá a Alonso luchar por el título. Los de Maranello han hecho un buen trabajo en invierno y el coche se mostró rápido y estable en Albert Park. La prueba más evidente de ello fue la satisfacción que demostró Alonso en el podio y la sustancial mejora de un Felipe Massa, cuarto, que mostró una agresividad que ya no se le recordaba. La decepción llegó de la mano de McLaren.
¿Y Red Bull? Sigue estando arriba. Funciona muy bien a una vuelta, porque calienta mejor que nadie los neumáticos. Pero después los deteriora demasiado rápido. Sin embargo, seguro que Adrian Newey se sacará algún as de la manga en Malasia, un circuito más caluroso y que se adapta mejor a las características de sus monoplazas. Allí el decorado puede cambiar… pero no de forma sustancial.
