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29ª jornada | atlético-valencia
Crónica
Texto informativo con interpretación

Dos estilos para un empate

El Atlético, crecido desde el coraje y la garra, no logra doblegar a un Valencia que destacó más por el buen manejo del balón

Ladislao J. Moñino
Diego Costa trata de irse de Tino Costa.
Diego Costa trata de irse de Tino Costa.dani pozo (AFP)

Dos estilos, para dos tiempos. Uno para el Valencia, el primero, en el que mandó desde la pelota. El segundo para el Atlético, crecido desde detalles emocionales, robos, contras y desmarques sin parar de Diego Costa. Un empate justo, en el que fútbol se dejó ver desde dos versiones muy distintas de interpretarlo. Un partido que nació intrépido, con dos goles en dos minutos, que lo empezó gobernando Parejo, futbolista de tranco pesado, pero de toque exquisito. Suyo fue el juego, con esos andares desgarbados, moviendo a su equipo de izquierda a derecha, rompiendo líneas en cada pase que daba. Se impuso en el Calderón esa clase de futbolista que el Atlético no tiene. Bajo su dirección emergió el Valencia y se hartaron los de Simeone de perseguir la pelota. Y de sufrir. La primera parte fue un baño del Valencia, que sitió a Courtois y le sometió a un estrés al que no está acostumbrado el meta belga en su propio estadio. Comenzó pronto ese asedio. Piatti le robó la cartera a Godín y a su centro pasado no llegó nadie. La jugada ya advirtió que el Atlético había entrado al campo como detesta su entrenador, acarajado y blando en las marcas. El gol de Jonas confirmó esa dormidera. Centró João Pereira, Miranda no acertó a despejar y Jonas castigó por abajo a Courtois. Respondió rápido el Atlético al minuto. Una pérdida de Jonas acabó en las botas de Arda, caído a la izquierda. Caracoleó el turco hasta que templó la pelota para que Falcao apareciera en el segundo palo. Se había quejado el delantero colombiano de que en los últimos partidos no le habían llegado centros claros para marcar. De alguna manera, su gol le dio la razón. El único balón claro que le llegó lo empotró en la portería de Diego Alves a un toque. El pase también redimió a Arda, que llevaba tiempo sin dar una asistencia.

ATLÉTICO ,1; VALENCIA, 1

Atlético: Courtois; Manquillo, Miranda, Godín, Filipe Luis; Gabi, Mario Suárez; Koke, Arda Turan (Raúl García, m. 26), Diego Costa; y Falcao. No utilizados: Asenjo; Adrián, Cristian Cebolla Rodríguez, Insua, Tiago y Cata Díaz.

Valencia: Diego Alves; João Pereira, Ricardo Costa, Mathieu, Guardado; Parejo, Tino Costa, Banega (Canales, m. 66); Piatti (Jonathan Viera, m. 83), Jonas y Valdez (Cissokho, m. 64). No utilizados: Guaita; Bernat, Albelda y Barragán.

Goles: 0-1. M. 5. Jonas. 1-1. M. 6. Falcao.

Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Parejo, Piatti, Diego Costa, Koke y João Pereira.

Unos 40.000 espectadores en el Calderón.

Fue por poco tiempo porque pasados los 20 minutos de juego se tuvo que ir lesionado. No había nadie en el banquillo con sus características. Simeone sacó de la lista a Oliver para meter a Tiago, que había recibido el alta médica 24 horas antes. Entró Raúl Garcia, que no tuvo apenas peso. Sin Arda, ese primer tiempo fue todo del Valencia, que apuró a Courtois en un aluvión de saques de esquina y en varios disparos. Tuvo el portero rojiblanco que tirar de su envergadura para despejar un disparo envenenado de João Pereira que iba a la escuadra, rehacerse y evitar el gol en el rechace que cazó Jonas. Luego sería Guardado el que evitó otro tanto para su propio equipo cuando detuvo con la espalda un disparo cercano de Valdez.

Superado por el mejor manejo de los centrocampistas del Valverde, no dio el Atlético sensación de poder hacerle cara al Valencia. Se replegó descaradamente a la espera de un error que le levantara. A Parejo le secundaron bien Tino Costa y Banega, que corrieron a su auxilio cuando no encontraba línea de pase. Arriba, a la movilidad de Piatti le faltó precisión en la finalización de las jugadas, pero comprometió a toda la defensa rojiblanca. Lo pasó mal Manquillo, sustituto del sancionado Juanfran. Había empezado bailón el chico, superando a Guardado en su primer uno contra uno, pero se fue achicando con errores en los despejes. Se le ablandó el tobillo en los pases. Ese fue un mal general en el Atlético. Ni Koke ni Gabi estuvieron acertados llevando la pelota arriba. Le duraba muy poco el balón al Atlético, presa de una imprecisión alarmante.

Solo pudo crecer el equipo de Simeone desde su superioridad física, su mejor colocación y su agresividad en el segundo tiempo. Sin fútbol, se levantó desde la garra. Empezó a incomodar al Valencia arrinconándolo a empellones. Ese ejercicio le dio para meter a Diego Alves en su portería en la multitud de saques de esquina que lanzó en el segundo tiempo. Cada golpeo de Koke fue una melé en el primer palo. Godín tuvo la mejor ocasión en un cabezazo abajo que desvió Alves, muy rápido en la reacción. Se encomendó una vez más el Atlético a Diego Costa para buscar una victoria que no encontró por falta de juego. Hubo un momento en el que ya todo lo que podía suceder dependía del delantero brasileño. Se manifestó esa querencia de los centrocampistas rojiblancos a verle como la única solución. Cada carrera que emprendía por cualquiera de los dos costados era un pase seguro. A medida que se fue desgastando, su capacidad de hacer daño menguó. Ganaba el primer pulso, pero se trastabillaba en el segundo regate o en el pase. Tampoco ya el Valencia parecía tan ahogado. La entrada de Cissokho y la de Canales le devolvió la estabilidad para amarrar el empate.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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