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copa libertadores

Batalla campal en la Copa Libertadores

Ocho jugadores del Arsenal argentino detenidos, tras enfrentarse con los antidisturbios en el encuentro contra el Atlético Mineiro

Un antidisturbio, ante los jugadores del Arsenal.
Un antidisturbio, ante los jugadores del Arsenal.Douglas Magno (AFP)

Un puñetazo a un policía, un vestuario destrozado y ocho detenidos. La victoria del Atlético Mineiro frente al Arsenal del pasado miércoles, en la fase de grupo de la Copa Libertadores, fue contundente (5-2). Goleada y exhibición de Ronaldinho. Pero el recuerdo de esta cita no lo será tanto por el duelo futbolístico, sino por la batalla campal que se ocasionó tras el pitido final.

Los jugadores del Arsenal y los antidisturbios.
Los jugadores del Arsenal y los antidisturbios.P. FONSECA (EFE)

El estadio Independencia de la ciudad de Belo Horizonte fue el escenario donde se produjeron los altercados. Ya en el descanso, la tensión provocó el primer conato de enfrentamiento entre los jugadores del Atlético Mineiro, brasileño, y el Arsenal, argentino. Pero todo empeoró tras el final del encuentro, cuando los visitantes recriminaron al árbitro su actuación. La policía intervino para proteger al colegiado, lo que acabó en una pelea entre los jugadores del Arsenal y los antidisturbios.

Un antidisturbio, ante los jugadores del Arsenal.
Un antidisturbio, ante los jugadores del Arsenal.STRINGER (REUTERS)

En medio de la gresca, el centrocampista del Arsenal Jorge Ortiz propinó un puñetazo en el rostro a un policía, según las imágenes televisivas. Los incidentes continuaron cuando la policía formó un pasillo en el túnel de vestuarios. El resultado: ocho jugadores del equipo argentino detenidos, aunque finalmente puestos en libertad al día siguiente por la mañana, tras pagar una fianza de 15.000 dólares. (11.600 euros). Además, el Arsenal tuvo que afrontar una multa de la misma cantidad, más 10.000 dólares (7.700 euros) por los desperfectos en los vestuarios.

Para encontrar un antecedente similar, basta con remontarse a la final de la Copa Sudamericana del pasado 12 de diciembre entre el Sao Paulo y el Tigre. En esa ocasión fueron los jugadores del Tigre los que se enzarzaron con los responsables de seguridad del estadio Morumbi, y decidieron no salir en la segunda parte. El club argentino intentó anular el partido y denunció que no se garantizaba la seguridad de sus jugadores, pero ello fue negado por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que abrió sendos expedientes disciplinarios contra el Tigre y el São Paulo.

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