_
_
_
_
_

El clamor del “¡Sí se puede!”

La reacción del Deportivo aprieta el ‘sprint’ por salvarse en cinco ciudades movilizadas

El técnico del Deportivo Fernando Vázquez, en el gimnasio.
El técnico del Deportivo Fernando Vázquez, en el gimnasio.JESUS SANCHO (DIARIO AS)

Los años pasan, los objetivos se modulan. Hace 13 años, Deportivo y Zaragoza litigaron en Riazor en un apretado final de campeonato un decisivo duelo a tres jornadas del final que acabó en empate y les dejó con opciones en la pelea que les ocupaba: por ganar una Liga que al final se llevaron los coruñeses —los maños fueron cuartos a seis puntos—. Los dos años siguientes uno y otro alzaron la Copa del Rey, el Zaragoza en 2001 y el Depor en 2002. Hoy (20.00, Canal + Liga) vuelven a cruzarse, pero en el fondo de la tabla. Por el camino han conocido la zozobra económica de la administración concursal y la deportiva de la Segunda División. Ya no estará Djalminha para quitarse la camiseta y ganarse una segunda tarjeta amarilla tras un gol que parecía valer un campeonato, ni el Zaragoza disfruta de caudillos como el Toro Acuña que refundan la leyenda de los magníficos y los zaraguayos.

Baja el nivel futbolístico, pero no la pasión. La posibilidad de eludir el descenso llena los estadios y moviliza a cinco ciudades (Granada, Zaragoza, Vigo, Palma y A Coruña) a las que el calendario ha deparado consecutivos enfrentamientos directos que sepultan o cimentan sueños. Hundido hace tres semanas, el Deportivo ha encontrado vida tras superar a Celta y Mallorca. Si hoy vence al Zaragoza habrá logrado en tres jornadas tantas victorias como en las 27 anteriores. Y estará a un punto de la salvación. La semana siguiente el Celta visitará al Mallorca y luego recibirá al Zaragoza antes de que los maños acojan al equipo balear. Siete escalones sobre la línea roja, hoy en 24 puntos, en Osasuna cuantifican en 40 los necesarios para eludir problemas. “Hay muchos enfrentamientos directos”, reflexiona su zaguero Alejandro Arribas. En esa cota situó la cumbre el técnico Fernando Vázquez cuando hace casi dos meses llegó al Deportivo. Entonces tenía 16 puntos. “Necesitamos ocho victorias”, explicó. Sus tres primeros partidos acabaron en derrota ante Madrid y Sevilla y empate contra el Rayo, así que Vázquez, tipo listo, moduló la exigencia: “Con siete nos vale”. Tras ganar las dos últimas jornadas a Celta y Mallorca, ha reculado. “Todavía nos harán falta seis”. Parece lógico vistos los precedentes de pasadas campañas: sólo en tres de las 10 últimas bastó con menos. El Celta con 39 bajó dos veces a Segunda, en 2004 y 2006. Borja Oubiña estaba allí. “Lo importante es llegar a las dos o tres últimas jornadas por delante de los tres últimos. Ahí ganan casi todos los que tienen que ganar”.

La brega por salvar la quema es una cuestión futbolística, pero sobre todo mental. A estas alturas, hace un año, el Zaragoza estaba a seis puntos de librarse y dos jornadas antes había estado a 12. Un clamor inundó entonces La Romareda, se instaló el lema del “¡Sí se puede!”, el mismo que ahora acampa en Riazor y en el deportivismo, pródigo en alegatos motivacionales, movilizado para, al margen del resultado, despedir y recibir al equipo en cada desplazamiento. Tras no haber ganado ningún partido en lo que va de año, caer en siete e igualar cinco, Manolo Jiménez, técnico del cuadro aragonés, quiso hacer ayer, antes de partir hacia A Coruña, un guiño al pasado reciente. “El sí se puede nació en Zaragoza y los primeros que tenemos que creérnoslo somos nosotros”.

Jiménez seguramente ignora que la versión traducida del Yes, we can de Obama ya era divisa recurrente en el fútbol latinoamericano, el grito que, por ejemplo, acompañó a Ecuador a su histórica clasificación para el Mundial de 2002, pero lo evidente es que ese tipo de consignas sirven para aglutinar voluntades. Y pobre del que no valide una. Xuntos conseguirémolo (Juntos lo conseguiremos), clama el Celta. Som i serem de Primera (somos y seremos de Primera), grita el Mallorca, que quiere dar continuidad a su edad de oro: jamás había estado más de seis temporadas consecutivas en Primera y ahora lleva 16. “Imposible no hay nada. Estamos todos en un pañuelo y el final de Liga va a ser muy complicado”, diagnostica Gregorio Manzano, entrenador mallorquinista. El domingo pasado antes del partido contra el Deportivo saludó al técnico coruñés Fernando Vázquez y entre sonrisas le dejó un leve vacile: “Eres un soñador”.

Vázquez había confesado en la víspera que había visualizado durante el descanso nocturno un triunfo de su equipo en Mallorca (y así fue, 2-3). Por ahora el veterano profesor gallego ha demostrado saber manejarse como pocos en este marasmo de ansiedades y tensiones. “Ahora ganará el que esprinte mejor”, resume. Y para dejar claro que el Deportivo está ahí nada como ejemplificarlo y avisar así a los rivales: para preparar el partido de esta noche llevó al equipo a hacer bicicleta estática, se puso al frente, avisó a los fotógrafos y se lanzó hacia la meta como si fuera Mario Cipollini.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_