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BARCELONA, 5 - MALLORCA, 0
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cesc se viste de Messi

El Barcelona golea al Mallorca en el Camp Nou con tres goles del sustituto del argentino y dos de Alexis en un partido presidido por la reaparición de Abidal

Ramon Besa
Cesc marca el primer gol
Cesc marca el primer golQUIQUE GARCIA (AFP)

La vida sin Messi es una aventura, a veces muy divertida, en ocasiones incluso disparatada, anoche en cualquier caso muy alegre y ortodoxa futbolísticamente, diferente a una jornada habitual, cuando el 10 monopoliza la pelota y se pide el foco del Camp Nou. La luz se reparte en su ausencia, la cancha se abre, la pelota va y viene, se dan situaciones de juego sorprendentes y se asocian jugadores que aparentemente no tenían muchas cosas en común como Alexis y Cesc. Ambos monopolizaron el partido con un excelente tuya-mía, atacaron el espacio generado por la baja del argentino y destriparon a un inocuo Mallorca, carne de cañón en la Liga.

Ya se sabía de la capacidad de Cesc Fàbregas para ocupar el puesto de Messi. Al fin y al cabo, el volante catalán viene funcionando muy bien como falso 9 con La Roja. Tiene mucha llegada, un excelente gatillo y anoche recuperó el buen feeling con el gol. El 4 no es un interior ni un medio centro sino un enganche excelente de difícil encaje en el equipo mientras Messi juegue centrado e Iniesta ejerza de líder mayúsculo como 8. Lo sabe y lo asume Cesc, últimamente más resignado y menos rebelde, como si aguardara la noche de ayer para defender su fichaje por el Barça.

Barcelona, 5 - Mallorca, 0

Barcelona: Pinto; Alves, Piqué (Abidal, m. 70), Bartra, Montoya; Thiago, Song, Iniesta (Dos Santos, m. 51); Alexis, Cesc (Deulofeu, m. 65) y Tello. No utilizados: Oier, Alba, Busquets y Villa.

Mallorca: Aouate; Hutton, Nunes, Bigas, Kevin; Pina (Javi Márquez, m. 71), Tissone; Nsue (Martí, m. 46), Alfaro, Giovani; y Hemed (Arizmendi, m. 46). No utilizados: Miño, Fontàs, Ximo Navarro y Víctor.

Goles: 1-0. M. 19. Cesc. 2-0. M. 21. Alexis. 3-0. M. 36. Cesc. 4-0. M. 38. Alexis. 5-0. M. 46. Cesc.

Árbitro: Muñiz Fernández. Mostró tarjeta amarilla a Alfaro y Alexis.

Camp Nou. 65.127 espectadores. Se tributó un homenaje a Ramallets y Seguer, exjugadores del equipo de las Cinco Copas.

Cesc se vistió de Messi, como demandaba el guion por la falta del 10, y Alexis respondió al cartel de Chico Maravilla con el que alcanzó el Camp Nou desde Udine. El chileno percutió como asistente y como goleador, más liberado que nunca, por una vez protagonista. Acostumbrados a contentar a Messi, a buscar siempre al argentino, a quedar bien con el mejor, Alexis fue ayer por fin Alexis de la misma manera que Cesc fue Cesc. La comunión de los dos delanteros resolvió un partido muy fácil para el Barcelona.

El Mallorca se venció de mala manera a la que tomó el 1-0. Hasta entonces, quizá porque pensaba que sin Messi es más fácil ganar en el Camp Nou, había alcanzado el área con facilidad, tanta como el Barcelona, rota y descontrolada como estaba la contienda, abierta de portería a portería, sin un jugador capaz de centrifugar el juego como es Messi. Cesc acabó con la incertidumbre en un abrir y cerrar de ojos y ya no paró hasta que fue sustituido en una concesión de Tito Vilanova.

El cambio después de su triplete abona las opciones de Cesc para ser titular contra el París Saint Germain siempre, claro está, de cómo se encuentre el 10. También competirá naturalmente por un puesto Alexis después de batir por dos veces a Aouate, siempre que se recupere de sus molestias, puesto que se retiró antes de tiempo, una vez hechos los cambios y dejó a su equipo con 10, nada grave dada la dimisión del Mallorca.

Los suplentes se reivindicaron por una vez en vigilias de una cita decisiva y a los presuntos titulares como Villa, que descansaban tan panchos en un partido presumiblemente de engorro, se les puso cara de preocupación en el banquillo del Camp Nou. Incluso Messi le dará vueltas a su reaparición y por extensión sobre quien serían sus compañeros ideales en caso de poder jugar con el PSG. Hubo mucho tiempo para pensar en el miércoles porque el partido contra los muchachos de Manzano quedó resuelto muy pronto y se puso tan dulce que hasta se pudo dar como se merecía la bienvenida al añorado Abidal.

Reapareció el zaguero francés después de 402 de ausencia por enfermedad y el Camp Nou rompió en aplausos. Abidal estaba en la cancha, Tito Vilanova en el banquillo mientras Messi se esfuerza por volver “muy pronto”, quien sabe si el miércoles en la Liga de Campeones. Ante los franceses puede que se necesiten refuerzos como el del 10. Anoche le bastó al Barça con el mismo equipo que empató en Vigo con excepción de Messi, sustituido por Iniesta, imperial como director del juego. El manchego estuvo mandón y clarividente, como ya viene siendo costumbre, esté o no Messi, juegue con la selección o en el Barça. Reservado Xavi, Iniesta se agrandó todavía más, igual de lúcido en la recuperación que en la elaboración, como quedó expresado en el tercer gol de Cesc.

Nada que ver con Thiago, ahora mismo excesivamente revolucionado y exigido, como si quisiera recuperar en un partido el camino desandado en muchas jornadas, el más extrañado seguramente por no poder combinar con el virtuosismo de Messi. No encuentra el punto el excelente volante del Barcelona mientras progresan meritorios de la talla de Bartra y jóvenes del calibre de Deulofeu. Ausente Messi, la jornada propició que se reparara en muchos futbolistas y en varias situaciones que merecían un trato particular, algunas tan emotivas como la vuelta de Abidal y otras futbolísticas, la mejor Cesc. Hasta Alves se arrancó en los lanzamientos. Vivir un día sin Messi también puede ser gratificante, sobre todo si se gana por 5-0, el dígito mágico del Barça, en vigilias de recibir al PSG. No se sabe qué pasará en la Champions. La Liga, en cambio, está a merced del Barça y de sus partidos en el Camp Nou, puede incluso que sin menester al 10.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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