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El timo del ciclista ruso

Serebriakov, fichado por el Euskaltel para mantenerse en Primera, da positivo

Carlos Arribas
Alexander Serebriakov.
Alexander Serebriakov.

Alexander Serebriakov, ciclista ruso y pesado, nacido para ser rodador, ha corrido seis carreras, todas en Bélgica, todas en marzo, con el maillot naranja del Euskaltel, y ha terminado tres. Entremedias, cuando se entrenaba en su casa, en Toscana, se ha sometido a un control antidopaje que ha resultado positivo por EPO. En ello consiste la contribución a la causa de un corredor de 25 años fichado porque sus puntos (el año pasado terminó líder del circuito asiático, con varias victorias en diversas vueltas por China y Corea) permitieron al equipo vasco mantenerse en la Primera División del ciclismo mundial. Por ello, y porque la empresa patrocinadora le trasladó su malestar, y pese a que su ficha no llegaba a los 70.000 euros anuales, el mánager del equipo, Igor González de Galdeano, dice: “Nos ha salido caro el ruso”.

Si la necesidad de fichar a un ruso (y a un griego, a un marroquí, a un esloveno, a un andaluz y un alemán…) por parte de un equipo que hasta este año solo se nutría de corredores vascos no era más que un síntoma de la crisis del ciclismo vasco –y la reciente Vuelta al País Vasco la ha ratificado: el primer vasco, octavo; el primer vasco del Euskaltel, 47º; no gana un vasco una etapa desde hace cinco años--, el positivo de Serebriakov, quien en una carta ha asumido la entera responsabilidad, refleja que la seguridad completa es imposible.

El Euskaltel ha despedido al corredor y la UCI lo ha suspendido provisionalmente

Aparte de por sus puntos, a Serebriakov le fichó el Euskaltel porque era un ciclista ganador, porque estaba gordito, lo que suponía que su margen de mejora era muy grande, porque pese a haber llegado a occidente a través de las anchísimas puertas del ciclismo amateur italiano, provenía de un equipo aparentemente de garantías, el Type I, patrocinado por los laboratorios Novo-Nordisk para dar trabajo a corredores diabéticos y vender insulina. Un equipo tan exigente a la hora de fichar que ha rechazado corredores por la más mínima de las sospechas tras examinar al microscopio toda su documentación médica. Además, se consideraba que el ruso, que contaba con pasaporte biológico, no entraba en la categoría de riesgo ya que no se le exigían en absoluto resultados: sus puntos como líder asiático aún contabilizarían en 2014.

El Euskaltel ha despedido al corredor y la UCI lo ha suspendido provisionalmente. La sanción prevista por un positivo por EPO es de dos años y el pago de un año de salario, pero en el caso de Serebriakov podría no quedarse ahí. Euskaltel está estudiando si lo puede demandar judicialmente y solicitar una fuerte compensación por daños y perjuicios a su imagen, como hizo en su momento Liquigas con Triki Beltrán. “Creo que cada vez más empresas seguirán este camino para defenderse”, dice Galdeano. “Y quizás sea la mejor solución”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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