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Contador viajará a las Ardenas por obligación

La programación del ciclista depende de los compromisos del Saxo

Carlos Arribas
Contador, durante la primera etapa de la Vuelta al País Vasco.
Contador, durante la primera etapa de la Vuelta al País Vasco.Javier Etxezarreta (EFE)

Purito Rodríguez daría quizás media pierna, tal vez la que le duele desde el golpe que recibió el domingo en plena Amstel, para poder correr mañana la Flecha Valona, en la que partiría con el número uno como ganador saliente; Alejandro Valverde ha encontrado allí, en la Flecha y también en la Lieja, la decana, parte de su grandeza, y esta semana ha vuelto con ganas al territorio de las clásicas de las colinas y los repechos. Ambos, Purito y Valverde, también piensan en el Tour, claro, como asimismo lo hace Alberto Contador, quien, sin embargo, no es estos días la persona más feliz del mundo. Entre otras cosas, porque hoy viaja a las Ardenas. Y así lo ha hecho saber.

 “Saxo-Tinkoff [su equipo] quería que estuviera aquí y, por supuesto, son unas carreras que a todo el mundo le gusta correr, aunque para preparar el Tour de Francia tal vez es mejor descartarlas”, señaló el ciclista de Pinto en una nota enviada a los medios para explicar su estado de ánimo, cercano a la preocupación. “Trataré de hacerlo lo mejor que se pueda. Luego me tomaré unas vacaciones antes de iniciar la preparación del Tour. Estoy un poco cansado. Comencé a correr en enero en Argentina y se nota la fatiga”.

Son unas carreras que a todo el mundo le gusta correr, aunque para preparar el Tour de Francia tal vez es mejor descartarlas”

Hay quien habla de la generosidad innata de Contador, su compromiso con múltiples causas, para explicar una pretemporada que no ha sido la ideal. Una forma de verlo. Otra forma es comprobar cómo los compromisos de su equipo han guiado una programación más propia de un globetrotter: a la Dauphiné, en junio, llegará con 30 días de competición, con seis en Argentina, más viajes, y otra media docena en Omán. Ocho días y dos continentes más que en lo que podría considerarse su temporada ideal, la 2010, la de su último Tour, y con unas cuantas victorias más. En 2010 fueron seis triunfos (París-Niza, Algarve y Castilla y León más tres etapas, y tercero y noveno en Flecha y Lieja), cinco más que la etapa en Argentina de 2013, en enero, donde tras un invierno pleno de compromisos llegó con sobrepeso, lo que ha lastrado su primavera tanto como las alergias.

Mientras, su presumido rival en el Tour, Chris Froome, solo lleva 15 días de competición (coincidió, y derrotó, con Contador en Omán y Tirreno), acompañados de salutíferas concentraciones en el Teide, modelo que el español no ha podido seguir.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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