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Adiós al fascinante Ferguson

La retirada del técnico escocés, que se va del Manchester United después de 27 años y tras ganar 38 trofeos, abre un gran debate sobre su sucesión

Ferguson, tras un partido ante el Aston Villa en abril pasado.
Ferguson, tras un partido ante el Aston Villa en abril pasado.PETER POWELL (EFE)

En su autobiografía, el libro más vendido en Inglaterra en 1999, Sir Alex Ferguson aseguraba que se retiraría de los banquillos a los 60 años. Marcado por el trauma de ver morir de cerca en un campo de fútbol, el Ninian Park de Cardiff, a su maestro y amigo Jock Stein, de 63, en un Gales-Escocia del 10 de diciembre de 1985, de un ataque al corazón. Fergie era el joven ayudante de Stein, seleccionador escocés y primer campeón de Europa británico al frente del Celtic de Glasgow en 1967. Sir Alex, de 71, no ha cumplido su promesa y esta mañana ha anunciado su retirada, pero el paso del tiempo (lleva un marcapasos en el corazón y se opera de la cadera en agosto) le ha ayudado a asomarse al abismo de dejar de las riendas del Manchester United, el tercer club más rico del planeta, después de casi 27 años en su banquillo. Un caso único de resistencia y determinación en un equipo de la dimensión del United, si bien no ha alcanzado el récord de Guy Roux, técnico del Auxerre, francés, sin ningún parón desde 1964 a 2000. Atrás deja Ferguson 38 trofeos (entre ellos 13 títulos de la Premier y dos Ligas de Campeones), 1.498 partidos (a falta de dos para acabar la Liga) y un 60% de victorias. Y abre, en su condición ahora de embajador y presidente del club, un apasionante debate sobre su sucesión y su enorme herencia. “La decisión de retirarme la he pensado mucho tiempo y no la he tomado a la ligera. Es el momento adecuado”, ha explicado hoy en un comunicado. Las acciones del club inglés en la Bolsa de Nueva York han caído un 3% en el inicio de la sesión.

La decisión de retirarme  la he pensado mucho tiempo y no la he tomado a la ligera. Es el momento adecuado

Pero sobre todo se marcha una personalidad fascinante. A los 16 años fue un destacado sindicalista de los astilleros de Clyde mientras ejercía de delantero centro en el Queen’s Park, un equipo aficionado de Glasgow. De ahí le quedó su simpatía por el socialismo y por el partido laborista británico, del que es uno de sus mayores donantes. El joven Alex jugó en el Dunfermline y llegó al Rangers, el club de su infancia, la primera gran decepción: falló en el marcaje de Billy McNeill, delantero del Celtic, y perdió la final de la Copa escocesa de 1968 por 1-0. Se marchó del Rangers y tiró aquella maldita medalla de perdedor.

Debutó como entrenador en el East Stirlingshire, ganaba 47 euros semanales y su delantero Bobby Culley lo recordó así: “Nunca antes había tenido miedo de nadie hasta que vino él; fue un terrorífico bastardo desde el principio”. El St. Mirren, al que dirigió desde 1974 a 1978, es el único club que lo despidió, al enterarse de sus conversaciones con el Aberdeen, donde se le conocería como Furious Fergie. El 11 de mayo de 1983 le ganó la final de la Recopa de Europa al Real Madrid. El Aberdeen se filtró entre los dos grandes de Glasgow y, un año después, tras retener el título de Copa ante el Rangers, tachó el partido de “desgraciada actuación” de su equipo, tal era su exigencia. Más discreto fue su paso por la selección escocesa. Sustituyó al fallecido Stein, pero no pasó de la primera fase en el Mundial de 1986.

A Old Trafford llega el 6 de noviembre de 1986 en lugar de Ron Atkinson. Se topa ante una banda de jugadores borrachos y deprimidos: Paul McGrath, Norman Whiteside y Brian Robson, entre otros. Le cuesta imponer la disciplina entre las estrellas, el principal sello de su carrera. Pasados los tres primeros cursos, Old Trafford le pide que se deje ya de excusas. Los periodistas piden su cabeza. Le salva la victoria posterior ante el Barça de Cruyff en la Recopa de 1991. Está emergiendo un joven fenómeno, Ryan Giggs, y el fichaje de Eric Cantona, del Leeds, cambiará la historia del United. La pareja de ataque con Mark Hughes le da la primera Liga en 26 años. Es 1992. Al año siguiente llega del Nottingham un joven Roy Keane, otro jugador fabuloso.  Pero la bomba se está cocinando en la cantera. Cuando vende a Ince, Hughes y Kanchelskis en el verano de 1995, decide no comprar a nadie. Confía en los Fergie’s Fiedlings [los novatos]: Gary Neville, Philip Neville, David Beckham, Paul Scholes y Nicky Butt. Cuatro ejercicios después, la cima en el corazón del United, el triplete de 1999. En la semifinal de Copa ante el Arsenal, es expulsado Roy Keane y hay un penalti en contra en el último instante. Lo para Schmeichel y vence el Manchester. El dramatismo se multiplica en la final de Champions en Barcelona. Al gol de Mario Basler responden Sheringham y Solskjaer al límite del tiempo. Fergie confiaba en un lustro de dominio europeo, pero este se redujo al campeonato inglés.

El palmarés de Sir Alex

Alex Chapman Ferguson (31 de diciembre de 1941; Govan, Glasgow, Escocia)

EQUIPOS

  • East Sterlingshire (agosto-octubre, 1974).
  • Saint Mirren (octubre 1974-1978).
  • Aberdeen (1978-1986)
  • Manchester United (noviembre 1986-mayo 2013)

TÍTULOS

  • 2 Ligas de campeones (1999, 2008)
  • 2 Recopas (1983, 1991)
  • 2 Supercopas de Europa (1983, 1991)
  • 1 Copa Intercontinental (1999)
  • 1 Mundial de clubes (2008)
  • 13 Ligas Inglesas (1993, 1994, 1996, 1997, 1999, 2000, 2001, 2003, 2007, 2008, 2009, 2011, 2013)
  • 5 Copas de Inglaterra (1990, 1994, 1996, 1999, 2004)
  • 4 Copas de la Liga Inglesa (1992, 2006, 2009, 2010)
  • 10 Community Shields (ex-Charity Shield) (1990, 1993, 1994, 1996, 1997, 2003, 2007, 2008, 2010, 2011)
  • 3 Ligas escocesas (1980, 1984, 1985)
  • 4 Copas escocesas (1982, 1983, 1984, 1986)
  • 1 Copa de la Liga escocesa (1986)

A mediados de 2000 ficha a dos prodigios adolescentes: Cristiano Ronaldo y Rooney. Entre medias, se enfrenta al máximo accionista del club, John Magnier, por la propiedad de un caballo de carreras, el Rock of Gibraltar. Magnier vendió sus acciones a Malcolm Glazer, el magnate estadounidense, y esto generó fuertes protestas de los aficionados más románticos de Old Trafford.

El foco lo traslada Fergie al campo; la elección de un gran portero, Edwin Van der Sar, del Fulham. Y el 21 de mayo de 2008 cae la segunda Copa de Europa, en el estadio Luzhniki de Moscú, tras batir 6-5 al Chelsea en los penaltis: Van der Sar bloca el tiro a Anelka para corregir el fallo de Cristiano Ronaldo. Todavía le quedaban a Ferguson dos Ligas más y dos finales de Champions perdidas ante un intratable Barça de Pep Guardiola. En ambas, reconoce su inferioridad.

No siempre tuvo tan buen perder. Sus broncas a los árbitros le costaron decenas de multas y la denominación de “Fergie time” para ese periodo en que cada juez sufría la intimidación del técnico escocés. Su frase “Squeaky-bum-time” ha sido admitida por el Oxford English Dictionary para definir la tensión de los partidos finales de cada campaña. Nunca fue políticamente correcto. Y en abril de 2003 acusó a la UEFA de favorecer en la Champions a los conjuntos españoles e italianos: otra multa de 5.400 euros.

Su relación con los jugadores podía ser paternal (así actuó con Cristiano Ronaldo cuando llegó del Sporting de Lisboa con 18 años) o violenta. A Beckham le golpeó en el pómulo al lanzarle una bota tras una discusión en el vestuario. Tampoco le gustó que se casara con Victoria, la pija de las Spice girls. Hughes le puso un nombre: “El secador de pelo”, tal era la cercanía con la que gritaba a sus chicos en los descansos o al final de los partidos. Muchos de ellos han sido después entrenadores: Brian Robson, Steve Bruce, Mark Hughes, Roy Keane, Paul Ince, Chris Casper, Darren Ferguson, Henning Berg y Ole Gunnar Solskjaer. Por supuesto, se encaró a colegas como Kevin Keagan, Arsene Wenger, Rafa Benítez y Mark Hughes. Y de Gordon Strachan dijo que no le daría nunca la espalda.

Se marcha con 13 títulos de la Premier y dos Ligas de Campeones

Rencoroso con la prensa, al periodista Danny Taylor, del Guardian, no le permitió pisar los campos de entrenamiento de Carrington durante dos años por haber escrito una biografía, This is the one, que le disgustaba. Y a la BBC la boicoteó durante siete años por un reportaje sobre su hijo Jason, agente de futbolistas, al afirmar que este había utilizado la influencia de su padre para medrar. Sir Alex vive en Wilmslow con su mujer Cathy, a la que en su despedida dedicó unas cariñosas palabras de agradecimiento (“por la estabilidad y el coraje”). Casados desde 1966, tienen otros dos hijos, uno de ellos, Darren, es mánager del Peterborough United. El escultor Philip Jackson le ha dedicado una estatua de bronce, inaugurada el 23 de noviembre de 2012 en Old Trafford. Las broncas de Fergie se han acabado. Al menos en el vestuario. El United busca a quien mejor pueda honrar ese legado. David Moyes, el entrenador del Everton, es el favorito.

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