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La calma de Rudisha

La Liga del Diamante se estrena con una exhibición del campeón de todo en 800m y un puñado de buenas marcas, con Gatlin bajando de los 10s en los 100m

Amaya Iríbar
Rudisha lidera la prueba de 800m en Doha.
Rudisha lidera la prueba de 800m en Doha.KARIM JAAFAR (AFP)

David Rudisha corre con la misma tranquilidad con la que se mueve por los pasillos del lujoso hotel de Doha donde se aloja estos días. Por eso no sorprende que cuando la liebre escogida para lanzar su 800m mete la quinta marcha, el campeón de todo -el hombre que exhibe al mismo tiempo el título olímpico y mundial y el récord del mundo, una auténtica proeza- echa el freno, y queda un poco atrás como diciendo: ¿a dónde vas, loco?. Pero a la hora de la verdad, cuando se trata de demostrar su autoridad, sobre todo ante el etíope Aman, el único hombre que le ha desafiado en los últimos años, el mismo que fue baja de última hora el año pasado en el estreno de la Liga del Diamante, cuando la liebre deja el tartán, el keniano prodigioso impone su enorme zancada, su fortaleza física y mental. Su camiseta azul eléctrico deja atrás a todas las verde hospital que identifican a los hombres de Nike, y que son clara mayoría. El crono (1m 43,87s) es lo de menos, incluso aunque sea la mejor marca del año.

“Estoy contento con la victoria, me da confianza para la temporada y espero mejorar”, dijo nada más terminar un Rudisha deseoso de dejar el estadio. Reconoció que la suya había sido una carrera táctica, sin forzar, y que su pique con Aman es “una buena rivalidad”: “Es el hombre que me desafía”, aseguró con ese porte de Masai, la piel negra de verdad y los dientes más blancos que se puedan ver.

Gatlin, izquierda, celebra su victoria ante Rodgers.
Gatlin, izquierda, celebra su victoria ante Rodgers.FADI AL-ASSAAD (REUTERS)

La victoria del keniano es ya casi una tradición en la calurosa y húmeda capital de Catar, donde ha viajado invitado EL PAÍS, pues esta es su cuarta victoria. Es su imagen imponente la que anuncia la primera cita de la Liga del Diamante, el circuito de 14 citas que es la Champions del atletismo. Su dorsal el que piden los niños. El hombre con el que se hacen más fotos los aficionados.

Las mejores marcas del año

Entre las mayores sorpresas, la fuerte presencia policial, mucho más visible que el año pasado, quién sabe si un reflejo de los organizadores tras el atentado del maratón de Boston. Esto no impidió que las tribunas volvieran a teñirse de los colores de etíopes y kenianos, de sus tambores y cánticos, para presenciar algunas de las mejores actuaciones de la temporada, aunque esta acabe de empezar. La croata Perkovic lanzó el disco más lejos que nadie este año (68,23m), Brittney Reese, saltó más en longitud (7,25m), la sueca-etíope Aregawi corrió más rápido el 1.500m (1m 04,35s), la americana Harper-Nelson superó las vallas (12,6s), la etíope Chepkurui, el 3.000 obstáculos (9m 13,75s) y Montsho de Botswana, en 400m (49,88s). Los chicos no se quedaron atrás: el americano Whiting lo hizo en peso (22,28s), el griego Filippidis y el alemán Mohr en pértiga (5,82m), el keniano Kiprop en el 1.500m (3m 31,13s) y el etíope Gebrhwet en el 3.00m (7m 30,36s).

Entre las costumbres de Doha (aún no llega a tradición) también está la victoria Jason Gatlin, que se llevó los 100m con un crono por debajo de los 10s -9,97s- que es su mejor marca del año y que solo ha superado en lo que va de 2013 su compatriota Tyson Gay (9,86s hace una semana en Kingston, la cuna de la velocidad jamaicana). El americano, bronce en Londres, parece recuperado para la causa de la velocidad tras cumplir su sanción por dopaje, y con permiso de Bolt y su compatriota Blake, que iba a venir pero se quedó en casa por una lesión, se postula para luchar por el título mundial.

La carrera de los dos españoles presentes, los mediofondistas Isabel Macías y Arturo Casado, era otra. Era sacar lo positivo de una temporada que empiezan más pronto que nunca. La aragonesa sufrió de lo lindo (4m 13,41s), pero acabó satisfecha: “No había gente para mí hoy”, reconoció nada más acabar, bañada en sudor; “en el momento crucial me he quedado un poco sola. Se me ha hecho largo, pero estoy contenta. Más que el calor me ha afectado la humedad, pero sobre todo el ritmo de competición”.

A Casado tampoco le fue mucho mejor, pero su crono (3m 38,33s, a un segundo y medio largo de la mínima B mundialista) y sus sensaciones le invitaban también al optimismo: “Buscaba esto. Solo quería empezar a competir. Lo cierto es que me he encontrado muy bien y más si pienso que no estoy entrenando todavía el 1.500”.

Doha es solo el principio. El final del camino de diamantes es en Zúrich en septiembre, pero un mes antes, los mejores atletas del mundo, Rudisha al frente de todos ellos, buscarán la gloria mundial en Moscú.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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