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Cruyff: “¿Messi y Neymar? Dos jefes en el mismo barco no funcionan”

El expresidente de honor del Barça no ve compatibles a los delanteros y dice que el Madrid no ganó nada por culpa de Mourinho

Johan Cruyff atiende a los aficionados.
Johan Cruyff atiende a los aficionados.Koen van Weel (AFP)

Ideólogo del Barcelona porque su fútbol asentó las bases del juego que despliega el equipo desde hace dos décadas, expresidente de honor del Barça hasta que un arrebato con el mandamás actual (Sandro Rosell) le llevó a devolver la insignia, Johan Cruyff habló este viernes. Y lo hizo sin pelos en la lengua, como acostumbra. “El comportamiento de Mourinho es un detalle importante para todo el mundo”, se arrancó; “el Madrid no es un mal equipo, al contrario, es bueno. Pero si no ha logrado nada es por culpa de este comportamiento”.

Nunca fue santo de su devoción Mourinho, puesto que no es la primera ocasión en la Cruyff le señala como el problema del Madrid. "Creo que es muy buen entrenador, pero no ha jugado nunca. Le falta un trozo y eso se nota. Los que han jugado lo notan en detalles", argumentó el mes anterior. Y hace dos cursos, expresó: "Le falta comportamiento, serenidad y respeto".

El dardo al todavía técnico blanco no fue, en cualquier caso, la única sentencia de Cruyff, quien aseguró que Neymar y Messi no son compatibles en un vestuario. “Dos jefes en el mismo barco no funcionan. Hay que aprender del pasado”, soltó. Pero no se sabe bien a qué se refiere; quizá a la figura de Ibrahimovic y su disgusto con Messi, que acabó con el sueco fuera del club un año después de ser el fichaje más caro de su historia. Neymar, un jugador que pretende desde hace tres años el presidente Rosell.

Alexis seguirá de azulgrana

Avalado por su quiebro, velocidad y capacidad goleadora en la Serie A, pues en su último curso con el Udinese marcó 12 goles, Alexis llegó al Barça con la exigencia de ganarse un puesto como titular, toda vez que el club desembolsó 26 millones fijos más 11,5 de variables para contratarlo. Durante su primer año, resultó un extremo irregular, estupendo en según qué partidos –como el del 10 de diciembre en el Bernabéu, cuando abrió el duelo (1-3)- y calamitoso en otros, reprochado sobre todo por Pep Guardiola porque le podía su ansia por triunfar, porque no calibraba el esfuerzo y se lesionaba en demasía. En el segundo curso –ese que Cruyff tilda de más complicado-, Alexis no ha dado la talla, por más que haya contado con la aquiescencia de Tito Vilanova para explotar su regate, casi siempre titular hasta que Villa cogió color. Silbado incluso por el Camp Nou porque no finaliza las jugadas, Alexis nunca se quiso dar por aludido. Y, gallardo como es, le gusta el reto: “El Barça me ha dicho que me quedo y yo quiero seguir en el mejor club del mundo”.

Alexis, ante Gurpegi y Susaeta, del Athletic.
Alexis, ante Gurpegi y Susaeta, del Athletic.VINCENT WEST (Reuters)

Para Alexis solo hubo un momento flojo, a principios de este curso. “Me pongo un cinco porque todavía puedo dar mucho más”, convino. No lo dio, en cualquier caso, porque desde el Camp Nou se le silbó sobremanera y se exasperó incluso en el duelo de Copa ante el Málaga, cuando gripó de mala manera ante portería. Un descalabro porque el futbolista se ganaba la posición con su desmarque y esfuerzo, pero temblaba en el remate. “Lo importante es que tuve ocasiones”, señaló El niño maravilla; “y no estoy conforme al ciento por ciento con mi papel. Vosotros y yo mismo esperamos más de mí. Estoy tranquilo pero puedo dar mucho más el próximo año”. Una sentencia que parece darle un poco la razón en el final de esta temporada; si bien no logró su primer gol de la Liga hasta el 10 de febrero, ha sumado cinco dianas en los últimos seis encuentros de la competición. “Jugar en el Barça es comenzar de cero. Dejé de hacer cosas por iniciarme en otras”, reflexionó este viernes en la ciudad deportiva azulgrana a modo de justificación; “mi característica es el uno contra uno y aprendí a jugar al espacio, al desmarque. Pude de esta manera abrir el camino a Pedro, a Villa, a Messi…”.

Precisamente, su complicidad con Messi –“Leo es el único que me entiende y ríe los chistes”, dijo el año pasado-, le ha avalado también en el once titular durante buena parte de la temporada. Puesto que perdió con el repunte de Villa y la testarudez de Pedro, siempre eficiente en la transición defensiva. “En el Barça hay pocos titulares y muchos jugadorazos que deben ganarse el puesto”, convino. Pero eso solo es otro contratiempo porque no hay nada que le aparte del equipo. Ni las críticas, ni la suplencia y ni las ofertas. “Tuve muchas opciones salir. Tantas, que me desconté, pero quiero seguir aquí”. Y así será.

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