Ferrari decepciona
No es habitual ver a Fernando Alonso resignado a su suerte. El asturiano es un piloto luchador, un depredador en toda regla que no cede ni un milímetro de terreno a sus rivales y que sabe cómo moverse incluso en los terrenos más hostiles. Sin embargo, ayer se le vio excesivamente conformista en Montecarlo. Ferrari decepcionó. Se esperaba mucho más de los monoplazas rojos, después de haber ganado en España y de haber demostrado que este año han creado un coche capaz de luchar por el título.
Sin embargo, en el peculiar circuito de Montecarlo los ingenieros no lograron encontrar la puesta a punto adecuada para calentar rápidamente los neumáticos, especialmente los de delante, y salvaguardarlos lo necesario para saldar la carrera con una sola parada. No encuentro explicaciones lógicas para explicar la situación que vivió Ferrari. El coche tiene todos los elementos indispensables para rodar bien en un circuito urbano como el del Principado: tracción, carga aerodinámica, motor. Pero en la clasificación ya se demostró que les costaba excesivamente calentar bien los neumáticos delanteros. Massa lo pagó caro, cuando bloqueó las cuatro ruedas y se quedó sin grip para parar evitar el choque que le impidió participar en la clasificación. Y en carrera la situación se repitió. Y Alonso fue víctima de esa falta de adherencia de los neumáticos delanteros y quedó relegado a la sexta posición en la parrilla… una auténtica condena en Montecarlo.
Otras escuderías, en cambio, habían resuelto este problema mejor que en Ferrari. Mercedes demostró el sábado su acierto en las geometrías de las suspensiones y en el set-up del coche y fue el equipo que más rápidamente calentó las gomas y pudo sacar rendimiento de su aportación técnica. Coparon la primera línea de la parrilla, lo que prácticamente les ofreció la victoria en bandeja. En carrera, volvieron a mostrarse los más rápidos en la salida y cada vez que la carrera tuvo que neutralizarse por culpa de los accidentes. En una vuelta, eran capaces de coger ventajas importantes a sus rivales. De hecho, Hamilton perdió la segunda posición porque tuvo que entrar en el taller al mismo tiempo que Rosberg y eso le obligó a esperar, cediendo unos segundos que permitieron a Vettel y a Webber adelantarle.
Alonso atacó en la salida e intentó mejorar su posición. Allí mostró su carácter inconformista. Pero certificó que adelantar era imposible
Alonso atacó en la salida e intentó mejorar su posición. Allí mostró su carácter inconformista. Pero certificó que adelantar era imposible. Entonces pareció resignarse a su suerte y esperar que las cosas no se le complicaran en exceso, para poder minimizar las pérdidas y mantener las distancias en la clasificación del Mundial. Tampoco lo consiguió, porque su conservadurismo le llevó a abrir la puerta a Sutil y a Button y a verse acorralado por Pérez.
Sin embargo, Montecarlo es un reducto irrepetible en el Mundial. Ningún otro circuito es igual. Y en Canadá las cosas van a volver a la normalidad. No creo que Mercedes pueda repetir allí lo que ha hecho en Mónaco. Y en cambio, estoy convencido de que Ferrari volverá a ser muy competitivo y que estará luchando por la victoria con los Red Bull y los Lotus.
Alonso atacó en la salida e intentó mejorar su posición. Allí mostró su carácter inconformista. Pero certificó que adelantar era imposible
