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Haas, 13 puntos de partido para llegar a octavos

Ante el saque de Isner, el alemán supera 7-5, 7-6, 4-6, 6-7 y 10-8 un punto de partido en contra y la pérdida de 12 a favor ● Djokovic consigue su victoria 500 en el día de la muerte de su primera entrenadora

J. J. MATEO
Haas sirve durante su partido con Isner.
Haas sirve durante su partido con Isner. THOMAS COEX (AFP)

A los 35 años, Tommy Haas lo ha vivido todo menos esto: un partido que le enfrenta con un golpe, no con un tenista. El alemán se cruza por los octavos con John Isner, un competidor maratoniano, ganador del partido más largo de la historia del tenis (11h 5m, Wimbledon 2010) y dueño de un saque endemoniado (27 aces, 78% de primeros, ninguna doble falta). Haas toma dos sets de ventaja y empieza a toparse con la frustración que supone el servicio de Isner. Una tras otra le empieza a negar bolas de partido el estadounidense. Cuando la cuenta llega a las 12 (¡12 bolas de partido perdidas por Haas!, ¡12 bolas de partido salvadas por Isner!), el número 14 mundial sufre un cortocircuito (¿quién no lo habría sufrido?), pierde el cuarto set y se desespera en el quinto (1-4 abajo). Que Haas acabe imponiéndose 7-5, 7-6, 4-6, 6-7 y 10-8, salvando por el camino un punto de partido en contra, resume por qué llegó a ser segundo del mundo y plata olímpica (4h37m).

"Ha sido una locura, una montaña rusa", resume el vencedor, aún sorprendido por lo que ha pasado sobre la pista. "Perdí totalmente la cuenta de cuántos puntos de partido tuve. Deseé que aquello no se convirtiera en una reedición de Wimbledon. Seguramente yo hubiera sacado bandera blanca antes".

La pasta de los campeones es única, distinta. Novak Djokovic, el número uno mundial es un tenista hecho en otro molde, el de los elegidos. Para llegar a los octavos de final, el serbio tumba 6-2, 6-2 y 6-3 al búlgaro Dimitrov, que pasa por ser una de las grandes esperanzas del circuito. Nole suma así su victoria 500 y venga su derrota en el Masters 1000 de Madrid ante este contrario y en una fría noche llena de gritos y silbidos del público. Su victoria, sin embargo, deja una escena preocupante: con el marcador ya totalmente decantado en su favor, es 4-1 en la quinta manga, el serbio pide que le atienda el fisioterapeuta porque le duele el hombro. No fue el único que sufrió el campeón: Jelena Gencic, la entrenadora que le descubrió y formó, ha muerto este sábado a los 76 años.

Eso implica que en París el mejor tenista del momento, capaz de encontrar inspiración en asuntos donde otros viven una tortura, se somete ahora una triple prueba: la de los contrarios, la de su hombro y la de las emociones. Nole no supo de la pérdida de su maestra hasta que acabó su partido. Nada se supo en público de su reacción, pero se entiende que fue muy sentida: anuló la rueda de prensa obligatoria.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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