Salvo, presidente 30º del Valencia
El empresario, de 46 años, pide "unión e ilusión" para acabar el nuevo Mestalla y refinanciar la deuda de 440 millones
En una junta de accionistas inacabable y mortalmente aburrida, Amadeo Salvo, empresario de 46 años, fue proclamado anoche el 30º presidente de la historia del Valencia.Con el apoyo accionarial de la Fundación, que posee un 70% de los títulos, Salvo inicia una nueva etapa al frente del club de Mestalla en sustitución de Manuel Llorente."Pido unión, ilusión y abrir las puertas al valencianismo. Soy también soy un pequeño accionista y quiero que a los futuros presidentes los elijamos entre todos a través de la democratización", declaró Salvo, que pidió la ayuda de todos para acometer sus principales compromisos: acabar el nuevo estadio —a medio construir, paradas las obras desde 2009— y refinanciar la deuda de 440 millones.
El dueño de Power Electronics, una compañía valenciana de tecnología, ha estado muy vinculado al fútbol base, presidente de la Escuelas Profesionales San José, y ha prometido duplicar la inversión de la cantera en el Valencia: de cuatro a ocho millones por curso. En su consejo, ha fichado para el área social a Juan Cruz, Sol, exdefensa del Valencia y el Madrid en los setenta, también exdelegado de Mestalla hasta que una equivocación propició su salida en 2001: al no avisar al entrenador, Rafa Benítez, de que estaba jugando con cuatro extracomunitarios en un partido en Copa ante el Novelda.
Martínez compara el estancamiento económico del Valencia con el crecimiento del Madrid
El presidente de la Fundación, Aurelio Martínez, expuso en un discurso breve y conciso por qué proponía votar al consejo presidido por Salvo. “El Valencia necesita gestión, mucha gestión, acabar el estadio, reducir costes, vender activos... y generar muchos más ingresos, que están estancados”. El exconseller socialista de Economía comparó entonces el crecimiento del Valencia con el del Real Madrid en los últimos 10 años. La diferencia del presupuesto, en 2003 era la mitad (192 por 80), ha pasado a ser una quinta parte (107 frente a 512). La clave, explicó Martínez, radica en el apartado comercial, aminorado en Mestalla y aumentado en un 40% en el Bernabéu. También en el número de abonados: de 45.000 a 32.000 ha bajado el Valencia en los últimos tres años.
Martínez habló de valores como la “gratuidad de los cargos”, la democratización, la responsabilidad social... valoró la Penya Valencianista Sol.lidaritat y el compromiso con el fair play que reclama la UEFA. El presidente de la Fundación animó al nuevo consejo a buscar recursos en empresas de fuera de España, competir en el mercado global, y pasar de los tres millones de simpatizantes de ahora a “siete u ocho”. ¿Democratización? Algunos de los accionistas mostraron su escepticismo, sobre todo tras la dimisión de Federico Varona como presidente de la Fundación, precisamente por el poco apoyo que tuvo su idea de abrir unas votaciones a los socios a las elecciones del Valencia. El consejo entrante proviene de la Fundación, auspiciado a su vez por el vicepresidente del Consell, José Císcar, aprovechando el aval pagado por la Generalitat de 4,8 millones de la deuda de 81 millones de la Fundación con Bankia.
La junta desató las chanzas en las redes sociales como consecuencia de la toma de la palabra de personajes pinturescos de discursos inconexos y, en algunos casos, directamente frikis. Pero también hubo intervenciones interesantes, como aquellos dos accionistas que pidieron el abaratamiento de los precios de los pases ("los del Borussia está a mitad de precio", reclamó uno, Alfons Morcillo) y la prohibición de fumar en Mestalla.
