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La Segunda sigue en los despachos

El Mirandés perderá la categoría si no consigue los 1,4 millones que le faltan para convertirse en sociedad anónima Sería el segundo descenso administrativo tras el del Guadalajara; la plaza iría para el Racing

La afición del Mirandés, en un partido de esta temporada.
La afición del Mirandés, en un partido de esta temporada.As

Como sucedía antes de cada partido, uno a uno se fueron abrazando. Dándose ánimos. Esta vez el escenario no era ni el vestuario de Anduva ni el de cualquier otro estadio de Segunda. No se respiraba fútbol. La comida de despedida de la temporada tuvo entre los jugadores del Mirandés un sabor agridulce. Con el presupuesto más bajo de la categoría (3,6 millones), el equipo rojillo consiguió la salvación en la penúltima jornada, en su primer año en Segunda. Todo el esfuerzo, sin embargo, se puede quedar en nada si el club no concluye el proceso de conversión a sociedad anónima que marca la ley. De no lograrlo, volverá a Segunda B: el segundo descenso administrativo de la temporada tras el del Guadalajara.

El Mirandés tiene hasta el 30 de julio para reunir el dinero necesario, 2.240.600 euros, pero desde el club aseguran que será esta semana cuando se tome una decisión definitiva sobre el futuro que le espera a los rojillos. Hasta hoy, el capital social suscrito es de 857.000 euros, cerca del 40% necesario. Más del 90% de los 2.600 accionistas son socios que, desde que se aseguró la permanencia en el césped, se han lanzado a salvar a su equipo. Pero aunque la respuesta de la masa social “ha sido increíble”, no es suficiente. La directiva se centra ahora en concretar la posible llegada de un inversor que aporte el 60% restante (1.383.000 euros). Si en esta semana no se consigue cerrar el fichaje, pondrán punto final al esfuerzo, aseguran.

“Hay que pensar también en preparar la próxima temporada, en la categoría que sea, no podemos prolongarlo más”, asumen desde el club. Si hace un par de semanas el pesimismo era flagrante, en los últimos días se ha cambiado de tercio. Las opciones pasan por que un grupo de empresarios y exdirectivos del club asuman el coste o unan fuerzas con otro grupo, también de Miranda, que ha mostrado cierto interés. La llegada de un grupo inversor de fuera de la provincia quedó descartada hace semanas.

El club tiene de plazo hasta el 30 de julio, pero esta semana será cuando se tome una decisión definitiva

En el Mirandés asumen que era quimérico pensar que todo el capital saldría de los 5.000 socios o de la buena voluntad de los vecinos de una localidad de apenas 40.000 habitantes. “La coyuntura económica es muy complicada, el Mirandés llegó cinco años tarde a Segunda. En el 98, en Miranda había sueldos de 2.000 euros; ahora, de 600 y gracias”, lamenta el vicepresidente Ángel Fernández de Aránguiz. El aliciente con el que tratan de convencer a los empresarios es la repercusión que tiene para una localidad tan pequeña el contar con un equipo en Segunda. Este curso estiman que el impacto directo en Miranda ha sido de un millón de euros.

La cuesta arriba hacia la conversión en sociedad anónima se empinó aún más después de que las instituciones dejasen claro que no iban a aportar un euro. El otro equipo en la misma situación que el Mirandés, el Lugo, ha reunido ya los tres millones exigidos en su caso (la cantidad se fija en cada caso teniendo en cuenta el presupuesto medio de la categoría el año anterior y el patrimonio del club). La mitad de ellos los aportan el Ayuntamiento (600.000) y la Diputación (900.000).

“Ellos tienen un impulso que nosotros ni por asomo vamos a tener”, lamenta Elías Espiñeira, director general del Mirandés. “Están en su derecho de gestionar así el dinero público, no podemos objetar nada”, añade el directivo.

“Hay una norma que está ahí y hay que cumplirla”, asume Carlos Pouso, técnico del equipo rojillo, que describe la escena de los abrazos entre la plantilla con cierta resignación. Con muchos de ellos alcanzó las semifinales de la Copa del Rey hace dos cursos: “Lo respeto, claro que lo respeto, porque es una norma, pero no lo acabo de entender, me parece mal. Es curioso que un equipo que casi no gasta, que paga al día, se vaya a ver perjudicado y otros, con más problemas, se beneficien de ello”. Será el Racing, hundido institucionalmente, en concurso de acreedores, descendido a Segunda B tras un horrible campeonato, quien se haga con la plaza del Mirandés.

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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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