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Pases rápidos y césped corto

Guardiola, considerado un “mesías”, comienza a intentar implantar su método de trabajo en los entrenamientos del Bayern

Guardiola, durante su primer entrenamiento. (FOTO: M.REHLE-REUTERS / VIDEO: REUTERS-LIVE!)Foto: reuters_live

La presentación de Pep Guardiola como entrenador del Bayern Múnich, que tuvo lugar el lunes pasado en el estadio Allianz Arena en la capital bávara, causó una conmoción mediática inédita en la historia deportiva de la ciudad y de todo el país. Nunca antes un exitoso entrenador de fútbol había sido recibido por el club más rico y poderoso de la Bundesliga como una especie de mesías, un ser humano capaz de hacer milagros en la cancha. El delirio que provocó la llegada de Guardiola a Múnich fue reflejado por el periódico vespertino de la ciudad, Abenbdzeitung, con dos palabras casi mágicas y que hicieron creer a muchos lectores que Alemania se había convertido en un país tropical: “Habemus Pep”, escribió el rotativo bávaro, al insinuar que Pep Guardiola era el nuevo Papa del fútbol germano.

La prensa alemana, poca amiga de los adjetivos positivos, se rindió a la magia del entrenador catalán con una alegría poco común. “Es un gurú. Es un sabio., un filósofo y un intelectual”, fueron las características que fueron descritas en los medios. Esta imagen volvió a cobrar realidad esta tarde, cuando el nuevo “mesías” del fútbol alemán, vestido con un chándal deportivo, pisó la cancha del Allianz Arena, en su primer día de trabajo como entrenador del Bayern.

Alrededor de 8.000 espectadores acudieron a la primera sesión dirigida por el técnico catalán

El Bayern, consciente de la fiebre mediática que provocó la contratación del técnico catalán, programó dos fiestas deportivas, también inéditas en la historia del club, para iniciar lo que muchos jugadores del Bayern creen que será una nueva era del club. Por primera vez en la historia del club, los dos primeros entrenamientos fueron programados en el estadio Allianz Arena y no en el campo deportivo del club.

Pero la emoción que provocó la presentación de Guardiola, el lunes pasado, no se reflejó este miércoles en el estadio. El Bayern creyó que podía vender 25.000 entradas cada día a 5 euros por cabeza. A pesar de que el dinero recaudado sería destinado a las víctimas de las inundaciones que azotaron a la región hace un par de semanas, solo 8.000 personas aceptaron la invitación para aplaudir a Guardiola y observar a sus héroes, quienes bajo la dirección de Jupp Heynckes se coronaron tres veces campeones en la temporada pasada: Bundesliga, Champions y Copa de Alemania.

El Bayern programó los dos primeros entrenamientos de Guardiola en el estadio, que tiene un aforo de 72.000 personas, con un doble propósito. Quiso sacarle un poco más de publicidad a la llegada del más famoso técnico del fútbol europeo y al mismo tiempo, ofrecer un gesto de solidaridad a las víctimas de las inundaciones.

Guardiola pidió a los administradores del Allianz que cortaran el césped de la cancha al nivel más bajo posible

La primera aparición de Guardiola frente a su equipo, que fue transmitida en directo por tres canales de televisión, estuvo marcada por una puesta en escena que podría ser comparada con un cuadro clásico de ballet. Movimientos rítmicos, ejercicios y una cadencia que sugería una futura apoteosis que nunca llegó. Lo que sí fue una sorpresa fue una primera señal de lo que Guardiola desea conseguir en el Bayern. Después de media hora de calentamiento, el técnico ordenó a sus jugadores que pusieran en práctica la técnica que le ayudó a obtener los triunfos con el Barça. Su famosa estrategia bautizada por la prensa germana como “tiki taka”: pases cortos y rápidos.

Para acostumbrar a su nuevo equipo a esta técnica, Guardiola pidió a los administradores del Allianz Arena que cortaran el césped de la cancha al nivel más bajo para hacer posible que el balón fuera lo más rápido posible.

Mientras llegan los éxitos en los estadios, Guardiola ya recibió un premio anticipado. El jefe máximo de AUDI, uno de los patrocinadores del Bayern, le hizo entrega de un flamante AUDI S8 de 520 PS y que tiene un precio de mercado superior a los 120.000 euros.

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