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El orgullo de Alves

“Debemos creernos tan buenos como España”, pide el lateral del Barcelona, que esta noche jugará su partido número 70 con la selección brasileña

Alves, en un entrenamiento
Alves, en un entrenamientoAntonio Lacerda (EFE)

En “la familia de Felipao”, como se da en llamar a la selección brasileña cuando la prepara Luis Felipe Scolari no hay más líder que él, entre otras cosas porque el equipo es demasiado joven y seguramente inexperto como para que alguien lo abandere. Pero Dani Alves, que esta noche cumplirá su partido número 70 con la verdeamarelha, parece que ha levantado la mano en la rueda de prensa que ha concedido en la víspera de la primer final en cuatro años para los anfitriones, que defenderán en casa, en Maracaná y ante su gente el título conquistado en Johannesburgo en el 2009 ante Estados Unidos.

“Estamos en casa y nos tenemos que imponer y mostrar que Brasil es Brasil. Y Brasil es mucho Brasil”, dijo el lateral del Barcelona, en un discurso lleno de orgullo. Orgullo de jugar en Maracaná, de medirse sin miedo al mejor equipo del mundo, orgullo de representar al Barcelona y orgullo de “la capacidad de improvisación” de su equipo. “Espero que el grupo esté a la altura, conscientes de que el partido no se puede encarar pendientes de ellos, porque sería empezar perdiendo por 2-0. Debemos creernos tan buenos o mejores que ellos”, exigió el lateral. “No les cambiaría a ningún jugador por uno de los nuestros”, añadió.

Alves recordó que hace 10 años jugó contra España la final del Mundial sub-20, motivo por el que dijo saber que “las oportunidades solo pasan una vez en la vida” y al serle recordado el Maracanazo –la derrota en el Mundial de 1950 de la selección brasileña frente a Uruguay- Alves dijo que el estadio de Río de Janeiro quedó marcado por aquello “injustamente” porque le ha dado mucho al fútbol y que es una buena ocasión de empezar a cambiarlo. En un alarde de populismo, que incluso arrancó algunos aplausos entre los periodistas, Alves aseguró que le llena de orgullo jugar 70 partidos con Brasil y que le permite recordar “todo lo que he pasado para llegar hasta aquí, las cebollas que he plantado y en el sol que me daba en la cabeza siendo niño cuando las plantaba. Ahora pienso en esas dificultades y pienso en el orgullo de representar a mi país setenta veces, en el orgullo de jugar esta final, en el orgullo de cantar el himno de mi país en Maracaná y en el orgullo de representar a Brasil en el Barcelona tantos años”.

El lateral izquierdo del Real Madrid, Marcelo, reconoció por su parte que España tiene un "equipo increíble", aunque apuesta por una victoria brasileña. "Por mi cabeza no pasa la derrota, sabemos que tenemos que respetar a España pero que tenemos posibilidad de ganar. No porque sean los actuales campeones hay que pensar que es imposible. Tenemos que dar valor a nuestra selección", señaló el lateral de Real Madrid, que aunque se vaya a enfrentar a numerosos jugadores del Barcelona, no ve paralelismos con el clásico español. "Para mí no es un Real Madrid-Barcelona, es un partido entre la selección brasileña y la española. Ellos tienen a Iniesta y Xavi del Barcelona, eso sí es prácticamente igual, pero no tiene nada que ver". Marcelo dijo que su obligación es “poner la selección en el lugar donde tiene que estar. El título es importante y puede ayudarnos a ir más arriba. Estamos en buen camino, progresando a cada partido, si dios quiere nos haremos con el título".

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