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En alerta por las apuestas

El tenis lucha contra las mafias a través de una unidad especial y el torneo prohíbe el uso de móviles durante los partidos

J. J. M.
Ivanisevic, izquierda, durante el primer día de Wimbledon 2013
Ivanisevic, izquierda, durante el primer día de Wimbledon 2013Glyn Kirk (AFP)

Goran Ivanisevic, el campeón de la edición de Wimbledon de 2001, no está jugando el torneo de dobles de leyendas porque está lesionado. Esa es la versión oficial. El club de Wimbledon ni confirma ni desmiente la información del Daily Mail: que como el extenista croata es la imagen de una página de apuestas on-line no le dejan pisar las pistas de Wimbledon.

El deporte de la raqueta lucha contra las mafias de las apuestas a través de una Unidad para la integridad del tenis (TIU, en sus siglas en inglés), formada por exinspectores de Scotland Yard, entre otros expertos en la lucha contra los amaños de resultados. El reglamento prohíbe que gente asociada al mundo de las apuestas tenga acceso al vestuario, porque eso pondría ante sus ojos información privilegiada sobre el estado físico de los jugadores o las discusiones estratégicas que estos tienen con sus entrenadores. Por eso Ivanisevic, que ha estado toda la quincena en el torneo, siguiendo los partidos de los tenistas croatas —Dodig, por ejemplo, disputará la final de dobles junto al brasileño Melo y contra los Bryan, pareja de hermanos estadounidenses—, no tendría acceso a la caseta.

Esa no es la única medida que se ha tomado en el club de Londres contra las apuestas ilegales, que ya han dejado un puñado de tenistas desconocidos sancionados sin jugar durante seis meses —el último, en junio, el holandés Ebbinghaus, que también tuvo que pagar 10.000 dólares— y a otro castigado sin competir de por vida —el austriaco Koellerer, que además fue multado con 100.000 dólares—.

En Wimbledon es imposible acceder a cualquier página de apuestas on-line si se utiliza la red de internet que proporciona el torneo, ya que están bloqueadas por la organización. Esta, además, restringe al máximo la utilización de los teléfonos móviles durante los partidos, aunque argumenta que es para impedir que molesten a los jugadores durante los encuentros. Todas esas medidas, sin embargo, no han impedido que Frank Nielsen, ganador del dobles de Wimbledon en 2012, haya denunciado en la prensa danesa que le han ofrecido 30.000 euros por dejarse ganar.

“Lo rechacé inmediatamente”, dijo el doblista.

"La TIU trabaja confidencialmente y no hace público ningún aspecto de sus investigaciones", le dijo un portavoz del organismo a este diario. "La decisión de quién accede a los vestuarios la toma cada torneo, aunque nosotros apoyamos el principio de que esas áreas deberían estar restringidas a jugadores, sus equipos e invitados".

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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