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“Ser boya es horroroso”

La medallista olímpica en Londres es señalada como un referente en la selección

Maica García posa para la entrevista.
Maica García posa para la entrevista.VICENS GIMÉNEZ

En el equipo de waterpolo femenino aseguran que si Maica García Godoy (Barcelona, 1990) no existiera, España no hubiera logrado una plata en los Juegos de Londres. Cierto o no, es señalada como una referencia mundial. Lleva el número 12 en el gorro y sabe lo que le ha costado llegar a la Picornell como para no pelear por medalla. El sábado (13.30) se bate en octavos ante Nueva Zelanda.

Pregunta. ¿Reniega de ser boya?

Respuesta. ¿Le extraña? Es horroroso, no mola nada. Soy boya por condiciones físicas, pero es la peor posición del waterpolo. ¡Lo odio! Lo hago porque consigo resultados, porque quiero estar ahí, porque al final me compensa formar parte de esto. Y porque en el fondo no lo paso mal. Pero hay días que voy a la piscina pensando ¡la que me toca hoy soportar! Aunque a fin de cuentas, para eso trabajo, para que el partido sea soportable.

P. Alguna de sus compañeras cuentan que la primera vez que la vieron, con 10 años, en la piscina del Sabadell, ya era usted una bolita preciosa…

R. Siempre fui boya, para sincronizada no daba. Era nadadora en el Sabadell y entré en el Santa Clara con beca. A los tres meses decidí hacer waterpolo porque lo hacían mis amigas, mi hermano, pero era hacer submarinos. Desde entonces soy boya, desde los 10 años.

Yo soy más de jugar, limpia, no soy gatosa, no pego si no me pegan, aunque muchas veces sea más grande

P. ¿Recuerda el primer golpe en una piscina?

R. Son tantos… No, se olvidan. Nadie me enseñó el oficio. Aprendí sola, saqué lo que tenía, usé el instinto. No me enseñaron nada. Yo hago lo que me apetece, soy boya por naturaleza, me gano la posición como puedo. Cuando empiezas a competir a cierto nivel te guían, pero luego métete ahí y si puedes juega contra Melissa [Seidemann], la americana.

P. ¿Le teme?

R. No, eso no, pero es tremenda.. No hay quien la mueva, es muy fuerte. Abusa de nosotras. Yo soy más de jugar, limpia, no soy gatosa, no pego si no me pegan, aunque muchas veces sea más grande. Me muevo, trato de ser limpia…

P. ¿Qué le gusta hacer en la piscina?

R. Girar, aguantar, que la portera caiga, vacilarle y marcar.

P. ¿Qué piensa al ser señalada como una referencia mundial?

R. Que soy competitiva, que he trabajado, que tengo mala leche y que me gano estar ahí.

P. ¿Se aburre en la Liga?

R. Hombre, no. Me gusta jugar al waterpolo, ser parte del equipo. Pero me queda un año y con lo que está pasando tienta más buscar un cambio.

P. ¿Nota el efecto Londres?

No llegamos a ser subcampeonas olímpicas ignorando las dificultades ni temiendo a nadie. Trabajamos y competimos

R. Claro, y no sabe cómo motiva que te quieran venir a ver. Desde el verano pasado el waterpolo femenino se mira de otra manera y eso es mucho porque sientes que has dejado algo.

P. ¿Le preocupa el cruce camino de las medallas?

R. Tenemos que jugar, tenemos que ganar. Sabemos que vamos a ganar. ¿Quién dijo miedo? No llegamos a ser subcampeonas olímpicas ignorando las dificultades ni temiendo a nadie. Trabajamos y competimos. Sabemos que hicimos mal contra Rusia, pero estamos orgullosas del trabajo. Podemos hacerlo mejor y lo vamos a hacer mejor.

P. ¿Y usted?

R. También, siempre puedo hacerlo mejor. Nos cierran mucho la defensa y es complicado.

P. ¿Ha sentido especialmente el peso de la medalla de plata olímpica?

R. En el juego de los rivales antes que en los árbitros, sí. Bueno, supongo que si se cierran es porque los equipos rivales nos respetan. Y sé que no son mejores que nosotras. Sí, noto que me vigilan, que ya no las sorprendo, que me machacan. También sé que nos tienen ellas más respeto que los árbitros, por lo menos a mí. A veces es un escándalo. De verdad que hay días que no sé qué hacer. Me muevo y es falta en contra, no me es fácil. No me quejo, ya ni me quejo, pero es increíble.

P. ¿Qué le genera jugar un Mundial en Barcelona?

R. Orgullo. De estar aquí, de competir como lo hacemos más allá del resultado, de tener estas compañeras. Perdimos contra Rusia pero eso no cambia nada. Somos guerreras y nos levantamos.

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