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La Vuelta despide a Olano por imagen

El director técnico de la ronda defiende su “inocencia” tras figurar entre los ciclistas que dieron positivo por EPO en el Tour de 1998 ● Mientras en el extranjero se asumen culpas, en España continúa la negación del dopaje

Carlos Arribas
Abraham Olano, como director técnico de la Vuelta
Abraham Olano, como director técnico de la Vueltadiario as

A Abraham Olano, director técnico de la Vuelta desde hace unos años, le esperaba este jueves su jefe, Javier Guillén, en su despacho, con la carta de despido encima de la mesa. Esto ocurría menos de 24 horas después de que el Senado francés publicara una lista de 29 corredores que dieron positivo por EPO en el Tour del 98. En ella figuraba el nombre de Olano, que corría entonces en el Banesto, y que un par de meses después ganó la Vuelta a España.

En la carta, la empresa despidiente, Unipublic, mencionaba como causas las cuestiones de “imagen”, “perfil” y “publicidad” negativa que suponían para su prueba estrella la presencia constante como uno de sus directores de una persona ligada públicamente al dopaje. “No queremos estar en la Vuelta sujetos a un debate permanente sobre dopaje, lo que sería malo para todos”, dijo Guillén, quien afirmó que no prejuzgaba a Olano con el despido. “No sé si es culpable o inocente, pero él me dijo que quería defender su inocencia. ‘En ese caso’, le dije, ‘lo mejor será que lo hagas desde fuera de la atalaya de la Vuelta”.

La intención proclamada por el Senado francés, consciente del daño que podía causar, para justificar la publicación de una lista que, si no conlleva sanciones deportivas 15 años después de los hechos sí que genera sanciones sociales y despidos, se fijaba en dos lemas: “No podemos luchar contra un enemigo si no lo conocemos” (relación con el dopaje); y “es necesario que las lenguas se suelten, que se rompa la ley del silencio, que los deportistas asuman su pasado y hablen”.

Este segundo consejo ha sido seguido ampliamente en el extranjero, no así en España, donde ninguno de los ciclistas citados (Manuel Beltrán y Marcos Serrano junto a Olano) ha querido decir nada sobre su conducta en una época en la que, citando a Lance Armstrong, cuyo positivo en el Tour del 99 también hizo público la investigación parlamentaria francesa, “todos rompieron las reglas y mintieron”. “Fue una era desafortunada”, dijo Armstrong en cyclingnews.com. “Espero que todo esto sirva para algo, aunque yo no lo tengo muy claro”.

Ana Muñoz: “Es una pena que los españoles no hayan reaccionado igual que los de fuera”

En Holanda, el equipo Belkin despidió a uno de sus directores, Jeroen Blijlevens, un esprínter que también dio positivo en el Tour del 98 tras ganar la cuarta etapa. Nada más ver su nombre en la lista, Blijlevens admitió ante sus jefes que, en efecto, se había dopado, lo que hasta entonces había negado. Otro acto de admisión y asunción hicieron otros de los citados, como los franceses Durand y Desbiens, o Stuart O’Grady, ganador de la etapa en Grenoble y unos días maillot amarillo. El corredor australiano, aún en activo el pasado Tour a los 39 años, anunció su súbita retirada el lunes, en vísperas de la publicación de la lista, y poco después confesó por primera vez que se había dopado en el Tour del 98. Y hasta Laurent Jalabert, el primer nombre conocido, declaró, sin reconocer que hubiera tomado nada prohibido, que asumía sus actos y las consecuencias que se derivaban de ellos 15 años después.

Abraham Olano, en su etapa de corredor
Abraham Olano, en su etapa de corredorDiario AS

En sus únicas declaraciones públicas, el miércoles, Olano, de 44 años, mostró su sorpresa por estar en la lista “sin haber dado positivo” y mantuvo que siempre había hecho lo que decía el equipo. Sin embargo, en las investigaciones italianas sobre el doctor Michele Ferrari, el nombre del ciclista guipuzcoano, campeón del mundo en 1995, figuraba como cliente junto al de su amigo y mentor entonces en el Mapei, su primer equipo, el suizo Tony Rominger.

Según los datos publicados por Francia el miércoles, la orina de Olano del 19 de julio de 1998 en Montauban, el día siguiente de la contrarreloj de Corrèze en que Ullrich le aventajó en más de dos minutos, y etiquetada con el código 066211, cumplía con los tres criterios estrictos que permiten declarar un positivo por EPO: la interpretación visual de la autoradiografía de las bandas que determinan la presencia de EPO exógena; el porcentaje de bandas en la zona básica (el mínimo para confirmar un positivo es del 85%: con un 100%, la orina de Olano es la más alta de todas), y, finalmente, el criterio del análisis estadístico.

“Es una pena que los corredores españoles implicados no hayan reaccionado igual que los de otros países”, dijo Ana Muñoz Merino, directora de la Agencia Española Antidopaje, quien llamará a su oficina a Beltrán, Serrano y Olano. “Se debe cerrar el pasado conociendo la verdad de manos de los propios implicados”, concluyó Muñoz.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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