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Los chicos se van peleando

España pierde contra Italia en un duelo muy áspero y no podrá luchar por medalla

Felipe Perone, defendido por Alex Giorgetti
Felipe Perone, defendido por Alex Giorgetti TONI ALBIR (EFE)

El waterpolo masculino español dijo adiós a la pelea por las medallas, ante Italia, la campeona del mundo. Le robó el sueño del podio en el 2011 y lo hizo este martes, porque masticó mejor el partido. En la piscina Picornell, la noche se prometió grande y terminó hablando del waterpolo de antes, cerrado y medido, entre viejos rivales. Le ganó la mano al equipo de Aguilar el conjunto transalpino, que sacó provecho del partido al ritmo que le gusta, trabado y espeso. Y, según los españoles, con permisividad arbitral: "Nos ha pitado el mismo árbitro [el rumano Alexandrescu] en tres partidos de cinco y los tres hemos perdido. La falta que me hacen en la última jornada la ha viso mi hija de ocho meses", se quejó Xavier Vallés. "No sé dónde están llevando este deporte. Es intolerable el juego que se ha visto, y el que no se ha visto. Hay equipos con carta blanca. Te queda una rabia inmesa", añadió el meta, Aguilar.

Abierto de brazos, Stefano Tempesti, el portero italiano, asusta. Es una mole de 2,06m de altura que abarca más de tres metros de mano a mano. Nacido en Prato en 1979, resulta sorprendentemente elástico. Es campeón del mundo con Italia en Shanghái y hay que tener un radar para dar con un sitio por donde hacerle daño. A España le costó demasiado encontrarlo, ni siquiera en las ocasiones en las que contó con superioridad sobre el agua. Menos mal para las aspiraciones españolas que al otro lado del campo Aguilar le dio réplica, en un duelo de porteros y defensas donde se echó de menos desparpajo y talento.

ESPAÑA, 3; ITALIA, 4

España: Aguilar; Molina (1), Minguell, Sziranyi, Español (1, 1p), Perrone (1), Xavi García; De Lera, Estrany, Munárriz, Alarcón y Vallès.

Italia: Tempesti; Gitto, Giorgetti (1), Felugo, Gallo, Fiorentini, Aicardi; equipo inicial, Figari (1), Presciutti, Figlioli (2, 1p) y Napolitano.

Parciales: 2-2, 1-1, 0-1 y 0-0.

Árbitros: Stavrdis (Gre), Alexandrescu. Cuartos del Mundial, ante unos 4.500 espectadores. Semifinales (mañana): Hungría-Croacia y Montenegro-Italia.

Pero un Italia-España tiene tradición y aroma a waterpolo de ayer y de siempre, así que en la vieja pileta olímpica que en el 92 albergó la inolvidable la final entre ambos, a ratos se olía aquel encuentro y resultó imposible no recordar la cálida noche de los Juegos y sus prórrogas eternas, porque el marcador siempre estuvo pendiente de un último acierto.

El partido lo llevó Italia a su terreno, durmiéndolo, macerando cada pase, y España le puso muchos brazos, sin darle oportunidad de elegir un buen chut. La campeona del mundo, que antes que talento ofrece más oficio que un cerrajero jubilado, pide en ataque rapidez y calidad en la circulación, valentía y decisión en el remate y ahí, España se atascó. Nunca le giró la cara la selección de Aguilar al partido, y aunque nunca fue suyo, lo peleó desde la honradez, de cara a cara. A Munarriz hasta se la partieron, literalmente, en uno de los múltiples forcejeos que se vieron por toda la superficie.

Lamentó dejar escapar superioridades en ataque el equipo español y lo pagó cuando más se trabó el duelo, emocionante desde el marcador, que llegó abierto a la prórroga, al último suspiro. Se la jugó Minguell y Tamborelli abrió el brazo y en el último ataque la pelota no llegó a boya y se acabó el torneo.

Las semifinales masculinas se decidirán entre Hungría y Croacia, y Montenegro e Italia. No habrá medalla para el waterpolo español, pero la buscó como pudo, siempre peleando, como toca a un partido contra Italia, y más con el recuerdo de aquella cita de Barcelona 92 en la mente de todos.

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