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Nadal pisa firme

El español debuta en el masters 1000 de Montreal sin vendajes en la rodilla izquierda y con su victoria 250 en la categoría (6-2 y 6-0 a Levine)

Nadal se dispone a golpear la pelota ante Levine.Foto: reuters_live | Vídeo: MATTHEW STOCKMAN / (VÍDEO): El PAÍS Live
J. J. MATEO

Sin vendajes en la rodilla izquierda. Así compitió Rafael Nadal su primer partido en el Masters 1000 de Montreal (6-2 y 6-0 al local Levine), que fue también su primer encuentro desde que perdió en la ronda inaugural de Wimbledon contra el belga Darcis. El mallorquín dedicó las seis semanas y media que separaron los dos torneos a mimar la articulación. En consecuencia, por ahora ha desaparecido el vendaje compresivo que siempre había cubierto su rodilla desde que volvió a jugar en febrero tras siete meses lesionado con una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis. De camino hacia el Abierto de EEUU (desde el 26 agosto), y con el cemento siempre poniendo a prueba la rótula, el mallorquín competirá el jueves contra el ganador del Janowicz-Dancevic.

“Las condiciones estaban complicadas, hace mucho viento”, dijo Nadal sobre su victoria 250 en los torneos de la categoría en los micrófonos de Teledeporte. “He hecho lo que tocaba. Jugar bien concentrado. He aprovechado las oportunidades para hacer break y eso me ha permitido jugar con tranquilidad en el resultado. Fue difícil hacer un gran partido en estas condiciones. Me siento bien entrenando a pesar de que la pista es bastante rápida (…) Al comienzo he jugado con algún error propio de la inactividad y la tensión de entrar en un partido. He ido encontrándome mejor con mi drive y con el revés me he sentido bastante bien”

Levine, 132 mundial, no tuvo armas para comprobar cuánto óxido ha acumulado la raqueta del español tras una ausencia tan prolongada

Levine, el número 132 mundial, no tuvo armas para comprobar cuánto óxido ha acumulado la raqueta del número cuatro tras una ausencia tan prolongada. Después de un larguísimo primer juego, en el que pudo entregar el saque, el mallorquín vivió de bola de break en bola de break sobre el servicio de su contrario, y se convirtió en dueño y señor del encuentro. El canadiense acabó maniatado por sus fallos (siete dobles faltas y 20 errores no forzados solo en la primera manga) y limitado porque su mejor golpe (el revés paralelo) estaba destinado a encontrarse con el mejor de su rival (el drive del español).

Nadal afronta lo que resta de temporada como un trampolín. En Montreal comienza una etapa en la que tiene todo por ganar y nada por perder. Su prolongada baja de 2012, que le llevó a perderse la segunda parte del curso, le permite ahora no tener que defender ningún resultado y soñar con asaltar el podio de la clasificación gracias a que cada victoria suma en su casillero. Esas matemáticas, en cualquier caso, son ahora un asunto menor en la carrera del campeón de Roland Garros 2013, que valorará su presencia en el Masters 1000 de Cincinnati, la próxima semana, en función de su resultado en el de Montreal. El Abierto de Estados Unidos, los triunfos que quedan para lo historia, los grandes, todo eso es lo que realmente pesa ahora en sus decisiones. Para empezar, ante Levine arrancó pisando firme.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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