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Crisis en el waterpolo masculino

La Federación apunta a una revolución en las próximas convocatorias de España tras fracasar en los Mundiales de Barcelona • Los jugadores culpan al amateurismo en los clubes

Nadia Tronchoni
Molina celebra un gol en el Mundial de Barcelona.
Molina celebra un gol en el Mundial de Barcelona.David Ramos (Getty)

Son los herederos de un equipo histórico, los sucesores de Estiarte y compañía, oro olímpico en los Juegos de Atlanta, en 1996, y dos veces campeones del mundo (en Perth 1998 y Fukuoka 2001). Después de sus primeros juegos, en Pekín 2008 (fueron quintos), esta nueva generación de waterpolistas soñaba con emular a aquella en los Juegos del 2012 y en los Mundiales de natación de este verano. Pero salvo el éxito en el Mundial de 2009, en Roma, donde se colgaron la medalla de plata, no han pasado de cuartos: fueron sextos en Londres y quintos en Barcelona. “Es normal hablar de fracaso”, desliza David Martín, ex jugador y ayudante del seleccionador, Rafa Aguilar, al dejar el equipo tras los Juegos.

Todas las voces coinciden. El éxito del equipo femenino —la inversión es menor y es menos arriesgado apostar por los resultados— no oculta la evidencia: hay una crisis en el waterpolo masculino español. Y ello obliga a una revolución que no se hizo tras los malos resultados en Londres, cerrado el ciclo olímpico, para evitar cambios traumáticos a un año de la cita en Barcelona. “Nos hubieran dicho que estábamos locos. Pero ahora sí, la selección necesita un cambio, aire fresco, gente joven”, añade Martín.

Brasil quiere a Perrone desde hace años y Molina no descarta jugar con Italia

Y mientras los jugadores se marchan de vacaciones sin saber si volverán a jugar con España, la Federación piensa en Río 2016. “Se ha terminado una etapa. Este proyecto llegaba hasta Barcelona 2013 y a partir de ahora la Federación hará lo que crea oportuno para llegar a Río con un equipo competitivo”, señalan fuentes de la institución, que indican que el director deportivo y seleccionador del equipo masculino, Rafa Aguilar, deberá presentar un nuevo proyecto en septiembre. La Federación explica que bajas como la más reciente del boya Xavi Vallés, y “la edad de algunos jugadores” obligan a una remodelación: “Habrá cambios y los decidirá la secretaría técnica”, indican, reforzando la figura de Aguilar.

Entretanto, inquieta un posible éxodo de algunos de los pesos pesados del equipo y se apunta al interés de otros países —la FINA permite a los deportistas cambiar de selección— por jugadores como Felipe Perrone, hispano-brasileño, Xavi García, que juega en Croacia, y Guillermo Molina, que juega en Italia y lleva dos años tramitando su pasaporte italiano, más por interés personal y por las presiones de los clubes —dejará de ocupar plaza de extranjero—, que por la intención real de dejar la selección española, dice. Aunque no se cierra ninguna puerta: “La selección se ha acabado en el Mundial para mí. Ahora les toca a la Federación y al seleccionador; ellos son quienes tienen que replantearse el futuro, si los jugadores estamos o no en las próximas citas no depende de nosotros”, concede.

¿A qué esperan, a que el Barceloneta ya no pueda más o a que el Sabadell desaparezca?

Molina, de 29 años y nuevo jugador del Brescia, no se esconde. Asegura que el waterpolo tiene que replantearse muchas cosas: “Hay que reflexionar mucho”. Y mientras tipos como David Martín señalan a los clubes y consideran que el papel de la selección no depende solo de esta —“los clubes no están apostando por el waterpolo, muchos históricos están dejando de invertir”, afirma—, el defensa internacional apunta en la dirección contraria: “El waterpolo ha pasado a ser, otra vez, un hobby. La selección solo es la punta del iceberg, hemos perdido poder político ante el Consejo Superior de Deportes y el Comité Olímpico. Los clubes están muy desprotegidos”, explica. E insiste: “Antes de mirar hacia la candidatura olímpica de Madrid hay que pensar en cómo se quiere llegar a esas metas y en quiénes quieren que lleguen a esos Juegos”. “¿A qué esperan, a que el Barceloneta diga que ya no puede más o a que el Sabadell desaparezca?”, se pregunta.

Perrone (27 años), que jugará en el Fluminense el curso que viene y a quien Brasil lleva persiguiendo para que juegue con su selección desde que Río fue escogida sede olímpica para el 2016 —“hablar de futuro ahora es complicado”, responde al respecto— cree que “la selección es el reflejo del waterpolo en España”. Y añade: “Hemos pasado de ser profesionales a ser amateurs en el último año. En España solo hay un club profesional, el Barceloneta, y muchos jugadores se ven obligados a emigrar. Es momento de replantearse el modelo”, zanja.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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