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La eternidad de Chuso

García Bragado, el atleta que más Mundiales (11) ha disputado en la historia, compite hoy con 43 años en los 50 kilómetros marcha

C. ARRIBAS
García Bragado, en una visita al Diario ‘As’.
García Bragado, en una visita al Diario ‘As’.CHEMA DÍAZ

Cuando empezó a competir a nivel mundial, a Jesús Ángel García Bragado, al que todo el mundo en el atletismo conoce como Chuso, las caderas no le hacían crac cracy los marchadores subían a Navacerrada no buscando los efectos de la altura en el organismo sino para huir del calor del verano madrileño y de las putas de la Casa de Campo, que se burlaban de ellos, y los amenazaban cada vez que pasaban dando vueltas a su alrededor. Por entonces, el gran Potashov aún era soviético y no bielorruso, como sería poco después, y Korzeniowski, su contemporáneo polaco, solo acababa de empezar su carrera de acumulación de oros. Aquello era hacia 1993.

Veinte años más tarde, y seis Juegos Olímpicos después, cuando Chuso se prepara para disputar su 11º Mundial de 50 kilómetros marcha, lo que le convierte en el atleta de cualquier país con más mundiales, aquellos rivales son los entrenadores de sus nuevos enemigos, que podrían ser sus hijos, y sus caderas siguen sin hacerle crac crac, pero porque se operó de ambas, raspándolas para que las cabezas del fémur puedan seguir girando incansables sin fricciones unos cuantos miles de kilómetros más. En agosto de 2013, Chuso tiene ya 43 años y mínimas ganas de dejar de ser atleta profesional. “Por un proceso de depuración, he descubierto la esencia del atletismo, su razón de ser, y la amo”, dice el marchador madrileño, que posee uno de los mejores historiales del atletismo español. “Suena cursi lo que voy a decir, pero ser atleta es poder disfrutar marchando solo un atardecer con brisa y ya el calor disipándose por el circuito de Los Huertos, en El Prat de Llobregat. Y por vivir momentos como ese, entrenamientos y sensaciones así, sigo siendo atleta”.

He descubierto la esencia del atletismo, su razón de ser, y la amo”

Y ser atleta de elite es también participar en Mundiales, lo que quiere seguir haciendo unos cuantos años más. “Pero mi próximo Mundial, el que haga el número 12, será probablemente el de Londres 2017 y no el de Pekín 2015, porque si el PP sigue presentándome candidato al ayuntamiento de Sant Adrià de Besós, en 2015 tendría que lograr la clasificación muy pronto: si no sería imposible porque tendría que dedicarme a la campaña electoral”, dice Chuso, madrileño de Canillejas, concejal del PP desde hace algunos años y catalán desde algunos más. “Cuando gané el Mundial de Stuttgart 93, justo el año de mi debut mundialista, todo el mundo se extrañaba de que no fuera catalán, pues la marcha era entonces Cataluña: Marín, Llopart, Plaza, Massana… ¿Quién me iba a decir a mí que acabaría viviendo en Cataluña, donde llevo ya 20 años?”

Cuando ganó su primer Mundial, su padre, que fue a verle a Alemania y es un castellano de Toro y sabio, le dijo: “Hijo mío, disfruta, porque este momento no se volverá a repetir”. Y Chuso, que era joven y creía en sí mismo, le decía que no, que no, padre, que vendrán más. “Y tuvo él razón”, dice Chuso, quien volvió a rozar la victoria en Atenas 97 y en Edmonton 2001, donde fue plata, y cerró su carrera metalífera con un bronce en Berlín 2009, a punto de cumplir los 40. “Podía haber ganado algún Mundial más”, sostiene el marchador, a quien entrena su pareja, Montserrat Pastor, viuda de Manuel Alcalde, el técnico del primer Paquillo Fernández. “Pero coincidió mi tiempo con el de Korzeniowski, quizás el mejor marchador de la historia”. Quizás por eso tampoco ganó nunca una medalla olímpica (cuarto, en Pekín, a los 38 años, fue su mejor puesto), pero siempre podrá recordar que justamente en su primer Mundial él derrotó a Korzeniowski. “Yo había hecho una preparación muy a mi manera con mi entrenador de entonces, Alberto Jiménez. Llegué muy en forma, pero mi única obsesión era no hacer el ridículo. Me llevaban a un Mundial, pensaba, y por lo menos tenía que ser finalista. Pensé, salgo en cabeza si me encuentro bien, hago un hueco enorme y eso que ya tengo ganado. Y eso es lo que pasó. Las carreras eran muy diferentes a las de ahora. Entonces, las posiciones al kilómetro 40 eran prácticamente definitivas; ahora, con la llegada de los de 20, se corre a ritmos altísimos y es prácticamente en el 40 cuando empieza lo bueno… Salí, se rompió la carrera y cuando vi que iban a descalificar pronto a Korzeniowski, porque acumuló enseguida dos tarjetas, pensé que la carrera iba a ser muy abierta y en un momento me vi el primero, con la familia por ahí, con toda la emoción, y disfruté del momento”.

Si continúo como candidato del PP, mi próximo Mundial será Londres 2017”

Veinte años después, hoy muy tempranito, la única ambición de Chuso García Bragado, antaño un cascarrabias, hoy el ser más amable del mundo, es no ser descalificado como en Daegu, poder llegar al estadio Luzniki, porque aunque él diga que no, nunca se sabe, el de Moscú podría ser su último Mundial.

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Sobre la firma

C. ARRIBAS
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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