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Farah y Shelly Ann, a la espera de Bolt

El fondista y la velocista logran sus dobletes, objetivo del jamaicano, que busca en los 200m su novena medalla mundialista

Carlos Arribas
Farah cruza la linea de meta en los 5.000 metros
Farah cruza la linea de meta en los 5.000 metrosCameron Spencer (Getty Images)

Usain Bolt, más laborioso de lo que acostumbraba en series y semifinales de 200m, entre cansado y tocado, seguramente logrará la noche del sábado su tercer doblete 100-200m y su novena medalla en los Mundiales (lo del récord mundial parece más complicado, aunque él lo desea como nada en el mundo), pero otros dos atletas que ya brillaron en los Juegos de Londres, una velocista diminuta y veloz como una bala y un fondista con un final demoledor, ya se le adelantaron el viernes para conseguir ellos también un doblete: Mo Farah y Shelly Ann Fraser, que ganaron los 5.000m y los 200m, respectivamente.

Como de Londres, hace un año, el valle del Rift, las tierras de Gebrselassie, Bekele, Tanui, Kipkoech, saldrá de Moscú sin ningún oro en sus distancias habituales, en las pruebas de su orgullo, los 10.000m y los 5.000m, en la que, como en Londres hace un año, les derrotó un británico de Londres con raíces somalíes que se entrena en Oregón con un entrenador norteamericano con raíces cubanas, tiene 30 años, se llama Mo Farah y parece imbatible. O es imbatible.

Allyson Felix se lesionó a los 50 metros al tratar de seguir a la imparable Fraser

Con su victoria en los 5.000, sumada al oro en los 10.000 el primer día de Moscú, Farah iguala a Bekele como el único fondista que logra el doblete 5-10 en Juegos y Mundiales consecutivamente. Con su victoria, conseguida con su táctica habitual (una última vuelta diabólica en la que muestra que cuando dice que corre el 1.500en 3m 28s no va de farol, en la que se permite jugar con su velocidad como si el cambio de marchas automático de un coche manejara sus piernas), Farah volvió a sembrar el desconcierto entre kenianos y etíopes, que, acostumbrados a correr solamente en mítines con liebres que ponen a los corredores en fila desde la salida, cada uno al ritmo de la marca a la que aspiran, no dan con una táctica que logre dejar fuera de juego a Farah, mucho más táctico y mucho más cansado (llegó a la final con un 10.000 en sus piernas, y la serie del 5.000 también), y más brillante. Segundo fue el etíope emergente, Hagos Gebrhiwet, de 19 años.

Las finales del sábado

Maratón masculino (13.30)

Salto de altura femenino (16.00)

Lanzamiento de jabalina masculino (16.35)

5.000 m femenino (16.55)

4x 400 m relevos femenino (17.30).

100 m vallas femenino (17.50)

200 m masculino (18.10)

La gacela Allyson Felix, de Santa Clarita, California, está acostumbrada a debatir en las pistas, en 200m no más, una curva y una recta, con potentes colegas jamaicanas. A derrotarlas en los debates, a ser derrotada, también. A Veronica Campbell Brown, ahora en el banquillo por un positivo, la ganó en las finales de tres Mundiales (y perdió ante ella en dos finales olímpicas); con la bomba Shelly Ann Fraser, diminuta pero con fuelles para los 200m también, solo se había enfrentado en la pasada final de Londres, y la ganó también. La final del viernes era el reencuentro un año después de Londres, la posibilidad de retomar el debate sobre la lucha entre la elegancia de la aparente falta de esfuerzo (la marca de la ligera Felix) y la fuerza expresiva de la potencia transformada a toda velocidad en un pequeño recipiente. La discusión duró 50 metros, media curva, el espacio que necesitó Felix para lesionarse tratando se seguir a una imparable jamaicana, que ganó, claro.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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