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“No puedo darles nada nuevo”

Martino se declara un “enamorado de los conceptos del Barça y asegura que su aspiración es reforzar detalles como la presión

Jordi Quixano
Tata Martino da instrucciones a sus jugadores.
Tata Martino da instrucciones a sus jugadores.ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

La puesta en escena del Barça fue la continuidad de una idea, el cumplimiento de la promesa del Tata Martino en su contundente y expresivo discurso de bienvenida: “Hay que recuperar la presión ofensiva para recobrar el balón en la zona de ataque”. O, lo que es lo mismo, atornillarse en campo ajeno y correr como se hizo con Pep Guardiola hasta que se desgastó el mensaje, y ahogar a la raíz rival como se logró en los primeros compases de Tito Vilanova, cuando se evidenció el esfuerzo de la pretemporada, aunque después resultó inexistente porque se dejó de trabajar. Y frente al Levante, en el estreno liguero, mordió el Barça bien arriba a un rival que no alcanzó a definirse en campo azulgrana. “Tienen otra vez esa presión más adelantada, lo que ya hacían con Pep”, reconoció Caparrós, abatido por el resultado; “era mucho para empezar. Pero ya hemos salido del dentista y que pase el siguiente”.

Xavi: “Con la ausencia de Tito, no pudimos entrenar demasiado ciertos automatismos”

La voluntad del técnico la trazó Messi con sus carreras, intenso en la recuperación, exitoso en ese balón que le sisó a David Navarro que acabó en gol de Alves porque en un santiamén ya había cinco jugadores en el área contraria. “Se trata de que los laterales profundicen”, subrayó Martino; “si Alexis se queda en la banda, Alves tira por el centro como ante el Levante; pero si Alexis cierra, el lateral debe ir por la banda. Se trata de ocupar todos los espacios de ataque”. Lo mismo que en la defensa adelantada. Ocupar y tapar líneas de pase. Y la entrega del 10, la del talento puro, fue el ejemplo clarificador. La Pulga recuperó tres balones, los mismos que Cesc, y no hubo uno solo que se quedara sin contabilizar un robo, liderados por Mascherano (15) y Piqué (12), aunque muchas de esas recuperaciones fueran en campo extraño. De hecho, en la primera diana azulgrana, fue El Jefecito el que hurtó la pelota en casa contraria para cederla a Pedro, para que el equipo hilvanara una jugada a uno y dos toques acelerada por Xavi, catapultada por Cesc y rematada por Alexis.

“Hemos salido muy fuertes y nos ha salido un partido muy bueno”, constató Busquets; “hemos hecho la presión, aspecto que el entrenador insiste mucho y que esperamos que sigamos así porque es muy importante, sobre todo para los jugadores de atrás”. Así, redujo el Barça la longitud del Camp Nou —no así su amplitud— a la mitad. De 105 a 52,5 metros. “El Tata ya dijo que quería recuperar la presión y el robo rápido”, recordó Andoni Zubizarreta, director deportivo. “Presionar es en lo que hicimos más hincapié desde que llegué. Lo bueno han sido los minutos en los que pudimos hacerla. A ver si podemos completar más tiempo, pero estoy muy conforme”, abundó Martino.

Caparrós: “Nosotros ya hemos salido del dentista. Ahora que pase el siguiente”

Pero fue Xavi el que descubrió las carencias del curso anterior, por más que entonces no se alzara la voz y solo Piqué expresara públicamente que “algo había que cambiar”. “La presión... son automatismos que se van perdiendo con el tiempo y que por desgracia con la ausencia de Tito no lo pudimos entrenar demasiado”, señaló el volante azulgrana. Busquets le secundó: “La presión no era la misma entonces”. Y amplió Alves: “Eso fue lo que nos hizo diferentes de la mayoría de los equipos. Y en el momento en que la perdimos, nos igualamos a los rivales. Este entrenador se ha propuesto que la recuperemos y ojalá sea una constante”. Deseo que aprobó Xavi: “Si los de delante van, los de atrás también. Por eso hemos disfrutado mucho”.

Consciente de que todo fue redondo, al técnico azulgrana se le vio tranquilo y pausado, como si el resultado fuera una consecuencia lógica de las aptitudes y capacidades de su equipo. “Es verdad que tenía mucha ansiedad porque esto empezara; pero superó mis expectativas”, convino Martino; “el primer tiempo fue una buena producción porque aquellos conceptos que hablamos con los muchachos a mi llegada, que estaban archivados porque no son nuevos, funcionaron. Como la profundización de los interiores, alternar juego corto y largo… Son buenos síntomas. Pero esto recién empieza”. Y prosiguió con franqueza: “Soy un enamorado de los conceptos del Barcelona. Pero no podría volcarles nada nuevo porque me gusta la forma en que lo hacen”.

Martino se estrenó de la mejor de las maneras, haciéndole un <CF1001>siete al Levante, y cumplió con la exigencia de la presión. Paso intermedio para lograr su objetivo final: “Conseguir que los jugadores mantengan el hambre de victoria de las últimas temporadas. Esa es mi aspiración”.

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