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Diego Costa enciende la trituradora

El Atlético apabulla al Rayo con una exhibición del brasileño, que hizo un gol y fue una pesadilla para la defensa visitante (5-0)

Ladislao J. Moñino

Sin Falcao y con Villa aún encajándose en un fútbol muy distinto del que procedía, Diego Costa se ha convertido en el estandarte del Atlético. Si ya la temporada pasada los altibajos de Falcao le convirtieron en la principal referencia del juego en línea recta que delinean sus centrocampistas o incluso los centrales cuando estos juegan en largo, en esta también parece haber asumido el protagonismo del gol. Ya suma tres tantos en dos jornadas en un inicio que habla de un futbolista que viene lanzado, con una creencia en sí mismo que le eleva por el resto del equipo y le invita a atreverse con todo.

Ha trepado Costa hasta lo más alto del Atlético y ha penetrado en el corazón de una hinchada que lo adora por encima de sus meteduras de pata. La suya es la historia de un talento silvestre, callejero y pendenciero, domesticado hasta cierto punto para el fútbol profesional en apenas seis años en los que ha roto en un delantero que incordia por igual por lo que hace con la pelota que sin ella. Su exhibición de ayer provocó que los centrales del Rayo, Galeano y Gálvez, tuvieran que cambiarse de lado, desbordado el primero por los desmarques, los giros y las carreras que nunca supo cómo frenar.

ATLÉTICO, 5 - RAYO, 0

Atlético: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Raúl García, Tiago, Gabi (Koke, m. 59), Arda; Diego Costa (Adrián, m. 65) y Villa. No utilizados: Aranzubía; Insúa, Demichelis y Mario Suárez.

Rayo Vallecano: Cobeño; Tito, Gálvez (Arbillas, m. 33), Galeano, Nacho; Saúl, Trashorras; Perea (Cueva, m. 62), Bueno (Baena, m. 48), Lass; y Larrivey. No utilizados: Rubén; Embarba, Mojica y Adrián.

Goles: 1-0. M. 16. Raúl García. 2-0. M. 26. Diego Costa. 3-0. M. 34. Arda Turan. 4-0. M. 52. Tiago. 5-0. M. 89. Raúl García.

Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a Nacho.

Unos 50.000 espectadores en el Vicente Calderón.

En la actuación de Diego Costa se puede englobar lo que fue el partido desde su agresividad para competir y la candidez con la se manejó el Rayo, que concedió todo lo que al Atlético le viene bien en ataque. Y lo hizo pronto, demasiado. Primero fue un córner tan mal defendido que Raúl García tuvo tiempo de hincar la rodilla en el suelo, amortiguar el cuello y dirigir el cabezazo al palo derecho de Cobeño. Nadie había con el centrocampista navarro, titular ayer por su etiqueta de especialista. Simeone le hizo jugar caído a la banda derecha para esperar sus llegadas en diagonal y su fortaleza en el juego aéreo en las áreas y en los saques largos. En este sentido, la marcha de Falcao ha supuesto una baja sensible que Simeone busca compensar con Costa, pero tampoco parece querer que sea siempre el que asume ese desgaste de saltar y chocar. Villa cae mucho a la banda izquierda y nunca ha sido su fuerte esa pelea. Con él, el equipo ha ganado en desmarques en diagonal y en juego por abajo en los últimos metros, aunque todavía anda procesando a sus compañeros y viceversa. Le buscaron mucho ya con el partido resuelto para tratar de que estrenara su casillero en Liga, pero no le encontraron demasiado y cuando fue así nunca fue en situaciones limpias.

La segunda concesión del tierno equipo de Paco Jémez fue una pérdida de balón cerca de la frontal del área. Carnaza para el Atlético, que en tres toques se montó el segundo gol. Robó Thiago, se la dio a Arda, este pisó área y cedió hacia atrás para que Costa empujara la pelota a placer.

La actuación de Arda también fue desequilibrante. En el tercer gol compuso un triángulo con Diego Costa y Villa que le puede dar muchos réditos a su equipo. Inició Costa un contragolpe con dirección al Guaje, que devolvió de primeras al propio Costa y este, de espaldas, le abrió un pasillo a Arda con un toque sutil que le plantó ante Cobeño, al que pasó de largo con un golpe de cintura para rematar a puerta vacía.

Sin Falcao y con Villa aún encajándose, Costa ha tomado el estandarte rojiblanco

La envalentonada propuesta de Jémez quedó triturada en menos de media hora por un equipo que acostumbra a no perdonar las debilidades del contrario y las explota sin miramiento alguno.

No mejoró el Rayo en nada en el segundo tiempo pese a los cambios, siguió con esa cascada de pérdidas de balón e intentos laxos de llegar al área rojiblanca. Y lo peor es que a cada una de esas pérdidas se intuía que el Atlético vería puerta sin apenas oposición como ocurrió en el cuarto tanto. Arda recibió en la izquierda, levantó la cabeza, templó el pase y Tiago llegó desde atrás para conectar un certero cabezazo. El mediocentro portugués fue la otra gran novedad en el once de Simeone. Como en el curso anterior, se prevé otra pelea con Mario Suárez por ver quién es el acompañante de Gabi. Lo que tiene uno no lo tiene el otro. Mario domina más espacio desde el físico y un juego casi siempre más en corto. Tiago no tiene ese despliegue a todo campo, pero le da una salida a la pelota más vertical y dañina.

La cuenta la cerró Raúl García con otro gol que retrató la debilidad del Rayo. Fue un pase atrás de Koke tras ganar la línea de fondo con facilidad, sin que nadie le mordiera. Como tampoco a Raúl García, que empujó la pelota a placer para recalcar y cumplir con ese papel de especialista.

Los medios llegadores del Cholo

L. J. M.

La aportación goleadora de los centrocampistas es una de las obsesiones de Diego Pablo Simeone desde que se hizo cargo del Atlético. Por el tipo de juego que despliega el equipo necesita llegadores efectivos ante la portería contraria. “En este ritmo de partidos nos sentimos cómodos, nos van peor los más lentos”, dijo el Cholo.

En las dos jornadas que se han disputado hasta el momento, de los ocho goles que ha logrado el Atlético, cinco han sido marcados por sus jugadores del medio del campo. En Sevilla (1-3), el Cebolla Rodríguez hizo el tercer tanto tras una gran jugada individual y ayer, cuatro de los cinco tantos que encajó el Rayo fueron obra de los componentes de la línea media: Raúl García, dos, y Arda y Tiago, uno cada uno. Salvo el primero de Raúl, que fue fruto de un córner, los otros tres respondieron a llegadas al área desde la segunda línea en rápidas combinaciones.

Durante el bache que el Atlético sufrió el curso pasado en el mes de enero, Simeone hizo hincapié en que la aportación goleadora del centro del campo, que había sido buena hasta ese momento, había bajado.

Muchos de los ejercicios que Simeone diseña en los entrenamientos están enfocados a esa llegada desde atrás de los volantes. Los goles en jugadas de estrategia son otro de los puntos fuertes del Atlético. En Sevilla, Koke, ayer suplente, pero el encargado principal de poner en el área córners y saques laterales, propició el primer tanto de Diego Costa tras un saque de esquina. Ayer fue Gabi el que colocó en la cabeza de Raúl García —halagado por Simeone, al igual que Tiago— el primer tanto local.

“Estoy avergonzado y humillado, lo hemos hecho todo mal”, sentenció Paco Jémez.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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