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“Necesito que alguien se lleve por delante a Vettel”

El podio de Alonso tiene un efecto reparador: compensa el gatillazo de la cronometrada y rebaja la tensión en Ferrari

O. P.
Spa Francorchamps -
Alonso abraza a Vettel tras la carrera.
Alonso abraza a Vettel tras la carrera.Luca Bruno (AP)

Fernando Alonso aseguraba al llegar el jueves a Spa que las opciones que manejaba para plantarle batalla a Sebastian Vettel en la pelea por el Mundial de fórmula 1 de esta temporada debían definirse en los tres grandes premios que se iban a celebrar consecutivamente en Bélgica, este fin de semana, en Italia, dentro de 15 días, y en Singapur, el próximo 22 de septiembre. Descontada la primera de las tres citas, el español regresó a casa este mismo domingo con sensaciones encontradas, contento en lo individual por haber realizado una brillante remontada que le llevó de la novena posición que ocupaba en la salida hasta el segundo escalón del podio, pero fastidiado por haber perdido una buena oportunidad de medirse en corto al alemán y ponerle en apuros. Si el piloto de Ferrari no inquietó en ningún momento a su rival de Red Bull fue, principalmente, por dos motivos: porque las vacaciones han tenido un efecto revitalizante en el RB9, y porque Alonso perdió demasiado tiempo en los primeros giros adelantando a la maraña de coches que tenía enfrente, consecuencia directa de una cronometrada calamitosa.

Recuperamos parte del optimismo que habíamos perdido”

La pifia del sábado ganó aún más cuerpo al día siguiente. En La Rosa estaban convencidos de haber cumplido durante el verano, tenían indicios que les permitían adivinar una mejora significativa en el rendimiento del F138, pero la empanada mental que golpeó el taller de los bólidos rojos en la Q3 embutió al dúo de il cavallino rampante entre el tráfico. A las dos en punto, Alonso cruzó los dedos para que nadie se le estampara y acto seguido demostró por qué la mayoría de sus compañeros le reconocen como el integrante más completo de la parrilla. En menos de 500 metros se sacudió de encima a Di Resta y a los dos Lotus; a Webber se lo rifó en Eau Rouge, colocándose en paralelo a él en un embudo en el que solo cabe uno; y cogió un poco de aire antes de lanzarse a las yugulares de Button (cuarta vuelta) y Rosberg (en la sexta), a quienes se zampó en la subida a Les Combes echando mano del alerón trasero móvil (DRS). Esa misma secuencia le sirvió para abrasar a Hamilton un poco más tarde (15º giro).

La mala clasificación le hizo perder tiempo en los adelantamientos

En menos de 20 vueltas, el asturiano recuperó siete posiciones y se colocó el segundo, por más que cuando alzó la vista Vettel ya ni se veía, rodaba tranquilamente al frente del pelotón con más de seis segundos de ventaja sobre él. “Esta remontada era necesaria para seguir en la lucha por el título. Estamos trabajando para intentar ganar tres o cuatro carreras consecutivas. Y luego, que alguien se lleve por delante a Sebastian como en su día nos pasó a nosotros”, dijo Alonso, que añadió: “Hoy nos sacó siete puntos más, pero también recuperamos parte del optimismo que habíamos perdido”.

A la Scuderia le hacía falta un resultado como este, y ya no solo de cara a la gresca por el campeonato, sino también para rebajar un poco la tensión, que en las últimas semanas se había disparado. En Ferrari sentaron muy mal las últimas declaraciones del español antes de marcharse de vacaciones, en las que bromeó acerca del mejor regalo de cumpleaños que le podían hacer: “Un coche como el de mis rivales”, dijo en cachondeo. Hubo a quien no le hizo tanta gracia, y lo mismo pasó con la reunión que mantuvieron en Hungría el agente del ovetense, Luis García Abad, Christian Horner, director de Red Bull, y Carlos Sainz, cuyo hijo, Carlitos, forma parte de la plataforma de formación de la marca energética. Por todo ello, Luca Cordero di Montezemolo, presidente del constructor italiano, saltó a la palestra para recordarle a su piloto que el equipo está por encima de cualquier individualidad, en el primer tirón de orejas público que Alonso ha sufrido en más de tres años. A diferencia de otras veces, ayer respondió en la pista con el argumento más potente que maneja: su talento.

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