_
_
_
_
_
BALONCESTO | EUROBASKET
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Decíamos ayer

Víctor Claver machaca ante el georgiano Pkhakadze.
Víctor Claver machaca ante el georgiano Pkhakadze.ATTILA KISBENEDEK (AFP)

En este Europeo al que claramente la sobran equipos y fechas, es posible que historias intrascendentes puedan repetirse. La del partido ante Georgia fue tan parecida a la del día anterior frente a Polonia que buena parte de lo expuesto ante los polacos sirve para el análisis del encuentro ante los georgianos. Partidos sin incidencia clasificatoria, rivales muy limitados donde la suma de los talentos individuales es menor al poderío colectivo y una selección española que, lejos de dejarse llevar por la indolencia, intenta afinar su puesta a punto de cara a jornadas y rivales de mayor enjundia. No es fácil hacerlo una vez y mucho más difícil conseguir sacar algo positivo cuando el calendario te obliga a una doble sesión consecutiva. La capacidad de España para obviar la situación y emplearse con la intensidad y seriedad con las que lo hizo es síntoma de una buena ética profesional.

Una vez terminada la primera fase, la sensación general es que lo ocurrido ante Eslovenia ha espoleado al equipo, confirmando las primeras impresiones después de aquel revés. “La derrota nos abre los ojos”, dijo Marc Gasol. “Perder ante Eslovenia nos hará más fuertes”, afirmó Rudy. La lección parece aprendida desde entonces, pues el equipo ha dado un paso adelante. Ha logrado mantener casi siempre una gran dedicación defensiva independientemente de lo que mostrase el marcador, ha recuperado la contundencia ofensiva, basada en un mayor número de contraataques o veloces transiciones y muestra una mejor puntería, sobre todo en los que se refiere a sus hombres pequeños.

A Ricky, Calderón, los dos Sergios y Rudy se les ve tirando con una mayor confianza, y como ocurrió ante Polonia, martillearon sin piedad al equipo georgiano, que no tuvo ni la energía ni la voluntad suficiente como para poder parar el dinamismo con el que se emplearon. Georgia aguantó un cuarto, pero en ocho minutos les cayó un chaparrón tremendo, con el equipo español gustando y gustándose, presionando, robando y corriendo. Hasta Marc se apuntó a la fiesta corriendo el contraataque en más de una ocasión como si de un 1,95 se tratase.

Tras la derrota ante Eslovenia, al equipo se le ve con mejor tono en tres importantes ‘efes’: frescura, fluidez y felicidad

Vale, el domingo fue Polonia y esta vez Georgia. Equipos dóciles, muy carentes de conceptos y solidaridades colectivas y encima con las maletas hechas para volver a sus países, lo que pone en cuarentena esta mejora a la espera de equipos más sólidos que nos busquen las cosquillas. Que como hizo Eslovenia no nos dejen correr, tengan una defensa poderosa, intenten ahogar a Marc o busquen hacer daño en nuestro punto débil, la posición de cuatro.

Pero esto sólo lo podremos vez a partir del jueves, cuando nos enfrentemos a Grecia y las sorprendentes Italia y Finlandia, que no se han visto en una parecida desde hace tiempo. Hasta entonces, España ha hecho los deberes, digestión y aprendizaje en la derrota incluidos, y se les observa con mejor tono en tres importantes efes. Frescura, fluidez y felicidad. Terminados los trámites, es una buena combinación para afrontar lo que viene.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_