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Grecia y el aguijón del abismo

Al borde de la eliminación y con la duda de Spanoulis, los helenos se agarran al carácter de Borousis y Papanikolau, fichajes de Madrid y Barça

F. SÁEZ
Liubliana -
Papanikolau machaca el aro durante el partido contra Grecia.
Papanikolau machaca el aro durante el partido contra Grecia.A. BAT (EFE)

“Nos hemos visto en muchas de estas. La presión es como jugar mientras te apuntan con una pistola, pero eso nos estimula”, contó Ioannis Borousis tras hacer cábalas a la conclusión de la primera fase del Eurobasket. Grecia se la juega ante España en la cornisa, sin margen de error. Sin Koufos, Calathes, Schortsanitis ni Diamantidis, el conjunto de Andre Trincheri se agarra a la inspiración del genio Spanoulis –que coquetea con el parte médico tras perderse el partido contra Italia por un fuerte esguince de tobillo y jugar 33 minutos ante Finlandia (ayer se entrenó con aparente normalidad)– y al rendimiento de sus notables con Borousis y Papanikolaou, fichajes de Madrid y Barça para la próxima temporada, a la cabeza.

El pívot, de 2,13m y 29 años, oro en el Europeo de Serbia en 2005 y bronce en Polonia 2009, ha sido reclutado por Laso tras los análisis que revelaron cierta anemia en la pintura madridista. “El carácter y la fuerza lo son todo. Lo que no sea una victoria no vale para nada”, anunció en su presentación, que llegó con cuatro años de retraso respecto a la hoja de ruta marcada en los despachos blancos.

En 2009, el Madrid y los Spurs intentaron fichar a Borousis, que prefirió quedarse en el Olympiacos

En 2009, año de su eclosión en el que fue elegido en el quinteto titular de la Euroliga –el Madrid intentó con denuedo su fichaje a pesar de los recordados enganchones del jugador con Felipe Reyes y de competir con otra oferta de los Spurs de San Antonio–. Borousis rechazó ambas propuestas para quedarse en Olympiacos, club que abandonó en 2011 rumbo a Milán perdiéndose la doble coronación europea de los rojiblancos. Desde entonces, más sudor que títulos para un clásico de la selección griega, con buena mano y capacidad para repartir juego al que no ha frenado ni la fisura de una costilla que sufrió en la fase de preparación. “Los pívots necesitan su tiempo para hacerse. Ha madurado mucho y está en su mejor momento”, explica Fotis Katsikaris, su descubridor en sus tiempos de ayudante de Ivkovic en el AEK. “Da gusto verle jugar en el poste bajo por su variedad de movimientos y además tiene la amenaza del tiro exterior. Es el jugador perfecto para el Madrid y solo tiene una cosa en la cabeza: ganar. Confía en su nuevo equipo para lograr títulos importantes porque tiene la revancha consigo mismo de haberse perdido la época dorada de Olympiacos”. Ante Turquía y en pleno proceso febril anotó 21 puntos y capturó cuatro rebotes en su mejor actuación del torneo.

“Tiene mucho corazón. Le pasa como al resto de los griegos: no conoce el miedo”, dice Katsikaris de Papanikolau

“El Barça ha hecho un gran fichaje. Papanikolaou es un gran jugador, joven y buen amigo. Se van a ver buenos duelos entre Madrid y Barcelona la próxima temporada”, apuntó Borousis tras conocer el traspaso de su compañero de selección, anticipando la sempiterna batalla de los clásicos. “Todos los pasos que ha dado en su carrera han sido medidos y correctos”, continúa Katsikaris sobre el nuevo jugador azulgrana. “Su autoexigencia está fuera de lo común. Es un gran trabajador, incapaz de entrenar al 90 por ciento. Cada minuto en la pista lo disfruta como si fuera único y tiene mucho corazón. Le pasa como al resto de los griegos: no conoce el miedo”. Su eclosión ha sido una de las grandes claves del éxito de Olympiacos. La resistencia del conjunto ateniense a la hora de desmantelar su proyecto a pesar de la crudeza de su crisis impidió la salida de Spanoulis rumbo a Barcelona, pero a la segunda intentona Joan Creus se llevó a la otra joya de la corona. Los azulgrana trasladaron la apuesta y la inversión al puesto de alero.

Menos golpe de efecto a cambio de más futuro. Papanikolaou, de 2,06m y 23 años, vestirá de azulgrana a cambio de 1,5 millones de traspaso a amortizar en tres años con un cuarto opcional si antes no cae en las redes de la NBA. Katsikaris le ve preparado para el reto. “Ha mejorado mucho el tiro y está preparado para la ACB aunque tendrá que adaptarse porque es su primera experiencia fuera de su país”. Su proyección le garantiza la condición de imprescindible para Trincheri, que solo ha concedido más minutos en pista a Zisis. Una batería de hombres a los que la irreversibilidad les despierta el arrojo. Todo o nada ante España.

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Sobre la firma

F. SÁEZ
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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