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Al son de Salva Sevilla

Tres goles de los andaluces en los primeros 40 minutos hacen claudicar al conjunto de Djukic, muy inferior al de Mel

Rafael Pineda
Los jugadores del Betis celebran un tanto.
Los jugadores del Betis celebran un tanto. Toni Rodriguez (Diario As)

Con la pasión por bandera y la extraordinaria visión de juego de Salva Sevilla como argumentos principales, el Betis desfiguró a un Valencia sin alma, escaso de intensidad, con un sistema defensivo impropio de un aspirante a la zona alta. El partido del Betis rozó la perfección en una primera mitad de ensueño para destrozar a un rival que da la impresión de querer jugar como el Madrid y el Barcelona, pero sin la calidad y la tensión necesarias para semejante apuesta, sobre todo en un escenario como el Benito Villamarín, donde el Betis exige lo suyo.

El ritmo del equipo de Mel, altísimo, acogotó a los centrocampistas del Valencia, lentos, sin desborde y mal colocados. A la intensa presión el equipo andaluz añadió dosis de fútbol de alta escuela. Si esa presión provocó el robo y la posterior definición de Jorge Molina en el primer gol, la calidad se impuso en el segundo. Una estupenda combinación entre Salva Sevilla y Jorge Molina que el centrocampista convirtió en gol con un toque de interior perfecto y preciso. El Villamarín, una fiesta, pronto comenzó a corear el juego de su equipo, donde Salva Sevilla dibujaba pases de ensueño. El centrocampista almeriense, que llegó en Segunda División y este verano perdió el puesto por el fichaje de Verdú, ofreció una clase magistral de cómo debe jugar un mediapunta. Oriol y Pareja sucumbieron a su talento, como Costa y Mathieu a los movimientos de Jorge Molina, un delantero siempre a la sombra del lesionado Rubén Castro que reclama su protagonismo. A la fiesta verdiblanca acabó por sumarse Vadillo, otro talento en ciernes que Mel cuida con especial cariño. El extremo conectó una y otra vez con Salva Sevilla, como en el tercer gol, cuando el centrocampista irrumpió en el área para colocar el medido pase al hueco de su compañero.

BETIS, 3; VALENCIA, 1

Betis: Sara; Chica, Amaya, Paulao, Nacho; Xavi Torres, Matilla, Salva Sevilla (Nosa, m. 83); Juanfran (Reyes, m. 74), Molina y Vadillo (Cedrick, m. 62). No utilizados: Andersen; Jordi Figueras, Braian y Chuli.

Valencia: Alves; Pereira, Ricardo Costa, Mathieu, Bernat; Oriol, Parejo (Feghouli, m. 65); Pabón, Banega, Jonas (Canales, m. 74); y Postiga. No utilizados: Guaita; Rami, Javi Fuego, Míchel y Guardado.

Goles: 1-0. M. 9. Jorge Molina. 2-0. M. 22. Salva Sevilla, tras gran jugada colectiva del equipo andaluz. 3-0. M. 34. Salva Sevilla. 3-1. M. 67. Ricardo Costa, de cabeza a falta de Banega.

Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Parejo.

Benito Villamarín. 31.412 espectadores.

Al éxtasis verdiblanco solo respondió el Valencia con alguna internada de Pabón y esos detalles de Banega que siempre aparecen. Muy poca cosa para un equipo al que su entrenador, Djukic, situó al nivel de Madrid y Barcelona. Ahora la tarea del serbio pasa mucho más por hacer competitivo al Valencia que colocarlo como aspirante al título. Mejoró el Valencia en el segundo tiempo, sobre todo porque el Betis le dio todo el campo y, además, notó el gran esfuerzo realizado en la primera hora del partido. Anotó Ricardo Costa con el Valencia dueño del balón, pero no del partido. La muestra, la catarata de ocasiones que falló Cedrick, demasiado acelerado ante un Alves notable. El partido, ya sin nervio, fue caminando a su fin con menos emoción de la deseada, pues todo había quedado decidido mucho antes, cuando el fútbol de seda de Salva Sevilla destrozó a este Valencia ante la primera crisis de la temporada. Es el sino de una entidad que parece vivir en un estado de tensión permanente en lo social y en lo deportivo.

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