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Barça y Madrid, duelo de ciclones

Los equipos de Xavi Pascual y Pablo Laso dirimen otra final en Vitoria tras sendas demostraciones de poderío y solvencia frente al Baskonia y el Bilbao

Robert Álvarez
Sergio Rodríguez trata de anotar ante el Bilbao.
Sergio Rodríguez trata de anotar ante el Bilbao. L. RICO

Tres meses y medio después de su apasionante serie por el título de Liga, el Real Madrid y el Barcelona vuelven a encontrarse en otra final, la de la Supercopa, este sábado en el Buesa Arena de Vitoria (19.00, TVE-1 y TV-3). El primer aleteo de la temporada demostró lo fuertes y bien pertrechados que comparecen. Dieron cumplida cuenta en las semifinales del Bilbao Basket y del Laboral Kutxa. El Madrid, con el mismo núcleo de jugadores que le dio la Liga y también la Supercopa la pasada campaña, arrolló al Bilbao (100-61) y brindó un festival de juego rápido e incisivo y un asombroso acierto que le permitió sumar 19 triples. El Barcelona, sin Navarro y Lorbek, todavía convalecientes de sendas operaciones, pero con un impresionante desfile de nuevas incorporaciones, desarboló al Baskonia (73-98).

Pareció que, sin enfrentarse directamente, los dos grandes compitieran por ver cuál de ellos, frente a rivales muy diferentes, era capaz de agrandar más estampa. El Madrid estableció un récord con sus 53 puntos en la media parte ante el Bilbao. Y poco después, el Barcelona llegó a los 54 ante el Baskonia. A ambos les bastó prácticamente con esos 20 primeros minutos para solventar las semifinales. El Madrid llegó a los 100 puntos y acabó ganando por 39 de ventaja; el Barcelona se fue a los 98 puntos y su renta final fue de 25. El duelo está servido y el aperitivo no pudo ser más suculento y prometedor.

REAL MADRID 100; BILBAO BASKET 61

Parciales: 25-24 28-11 20-16 27-10

Real Madrid: Llull (14), Fernández (11), Darden (3), Mirotic (18) y Bourousis (2) —cinco inicial—, Draper (-), Rodríguez (14), Carroll (18), Díez (7), Reyes (5), Slaughter (6) y Mejri (2).

Bilbao Basket: López (3), Bertans (-), Mumbrú (16), Hervelle (7) y Kavaliauskas (9) —cinco inicial—, Grimau (4), Pilepic (5), Gabriel (13), Carmichael (4) y Vrkic (-).

Árbitros: Martín Bertrán, Pérez Pérez y Cortés. Sin eliminados.

Buesa Arena de Vitoria. Primera semifinal de la Supercopa.

Las seis nuevas incorporaciones del Barcelona se lucieron en Vitoria, en especial el esloveno Nachbar, letal en sus lanzamientos. Dorsey y Lampe refuerzan el interior de la pintura, aunque fue Tomic quien más se aprovechó de la superioridad de los gigantes azulgrana frente a Hamilton, Pleiss y un Nocioni al que Sergio Scariolo sitúa en la posición de cuatro. El argentino empezó muy bien, anotando y sacando faltas a Lampe y Todorovic, pero acabó desquiciado y abroncado en público por su entrenador, en un síntoma evidente del desbarajuste y la inferioridad en que se sumió el equipo de Vitoria.

En la primera semifinal, el Madrid partió como un bólido, como si precisara un golpe de efecto temprano y dejar hecho papilla a un Bilbao Basket, que zigzagueó entre la impotencia, la rendición antes del descanso y el papel de simple telonero. Afinadas las muñecas, desinhibido y vibrante su juego, fresco físicamente y con el mismo esqueleto que le permitió bailar en plan campeón en la Liga hace menos de cuatro meses, la escuadra de Pablo Laso arrolló al Bilbao Basket. El equipo del novel Rafael Pueyo resistió el primer cuarto. A partir de ahí, el aluvión de triples devastó el aro de los bilbaínos. Carroll, que por momentos pareció infalible y acertó en sus cuatro primeros disparos desde la máxima distancia, marcó un ritmo inaudito al que se sumaron Rudy Fernández, Mirotic, Llull, Sergio Rodríguez... Ganó el Madrid por 39, pero pudo hacerlo por 50 porque inevitablemente se destensó ligeramente al final dada la desaparición de su rival.

LABORAL KUTXA 73; BARCELONA 98

Parciales: 25-27 | 13-27 | 13-22 | 22-22

Laboral Kutxa: Hodge (6), San Emeterio (11), Jelinek (5), Nocioni (13), Hamilton (12) —equipo inicial—; Van Oostrum (5), Clark (4), Diop (0), Pleiss (10), Heurtel (1), Kelati (6) y Causeur (0).

Barcelona: Marcelinho (5), Oleson (10), Abrines (11), Lampe (2), Tomic (16) —equipo inicial—; Dorsey (7), Sada (5), Todorovic (0), Papanikolau (8), Hezonja (2), Nachbar (22) y PUllen (10).

Árbitros: Conde, Jiménez y Calatrava. Eliminados por faltas Dorsey y Papanikolau.

Buesa Arena. 9.538 espectadores.

El Bilbao resistió diez minutos, en los que dio incluso buena pinta, con un primer arreón autoritario de Mumbrú frente a Darden y Dani Díez y algunas acciones interesantes y rentables entre Raúl López y el lituano Kavaliuskas. Pero la defensa del Bilbao no consiguió ajustar los espacios y lo pagó muy caro. El Madrid se sintió cada vez más cómodo, con el ritmo propio del séptimo de caballería en el que tan bien se desenvuelve. Pilló todo el tiempo a contrapié a la defensa del Bilbao, con Llull, Draper y Sergio Rodríguez muy a gusto moviendo al equipo a discreción.

El Madrid dispuso de tantos espacios que apenas necesitó explotar su juego interior. Tal vez por eso apenas se dejaron ver sus nuevos fichajes, el griego Bourousis y el tunecino Mejri, y tampoco se prodigaron Slaughter y Felipe Reyes. Mirotic fue el único de los hombres grandes del Madrid que, gracias a su versatilidad, pudo añadirse a la fiesta que se dieron Carroll, y compañía desde el exterior.

Sergio Rodríguez, en su salsa, redondeó una actuación completísima y acabó con 14 puntos, 12 asistencias y cuatro robos de balón. Mirotic sumó 18 puntos y siete rebotes. El Madrid concluyó con un impresionante 19 de 35 en triples, un 54% de acierto, un récord en la Supercopa que rozó el de 20 triples que ostenta el Joventut en la Liga Endesa.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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