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El Barça se para en El Sadar

Los azulgrana afrontan una exigente salida a Pamplona, donde en los últimos años han sufrido para llevarse los tres puntos

Ramon Besa
Neymar trata de rematar ante Andrés Fernández.
Neymar trata de rematar ante Andrés Fernández. Jesús Diges (EFE)

El Barcelona se paró en el Sadar cuando iba embalado camino del clásico en el Camp Nou. Los azulgrana desperdiciaron la oportunidad de recibir al Madrid en una situación excelente para marcar distancias en la Liga después de descontar dos puntos en el exigente cuadrilátero de El Sadar. Dejó de vencer el Barça en el peor momento, en la novena jornada, y el equipo de Ancelotti se ha puesto a tiro del de Martino. A Osasuna le alcanzó con un buen ejercicio defensivo ante el destensado y discontinuo Barcelona.

Los barcelonistas dejaron pasar el tiempo en exceso y cuando quisieron ganar el partido no pudieron porque Messi todavía anda fuera de forma después de su lesión, a Neymar le cuesta marcar goles y el equipo no tuvo frescura, ni chispa ni puntería, porque las mejores ocasiones fueron suyas y no encontraron portería. Andrés salió tan limpio del encuentro como Valdés. Al Barça no le sirvió de nada madurar el encuentro y el resultado aumentará el debate sobre el plan B y sobre el 9.

OSASUNA, 0; BARCELONA, 0

Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Loties, Arribas, Damià; Lolo, Silva; Sisi (Omwu, m. 5), Roberto Torres, De las Cuevas (Oier, m. 80); y Oriol Riera (Puñal, m. 68). No utilizados: Riesgo, Oriol, Miguel Flaño y Ariel Núñez.

Barcelona: Valdés; Montoya, Bartra, Puyol, Adriano; Xavi (Messi, m. 68), Busquets, Iniesta; Pedro (Tello, m. 76), Cesc y Neymar. No utilizados: Pinto, Mascherano, Song, Dos Santos y Sergi Roberto.

Árbitro: Pérez Montero. Mostró tarjeta amarilla a Cesc, Marc Bertrán, Adriano, Roberto Torres y Omwu.

El Sadar. 16.123 espectadores.

No es fácil cuadrar una alineación cuando se atienden a múltiples factores como ayer en Pamplona. Las lesiones (Alba), el virus Fifa (ni viajaron Piqué, Alexis y Alves), las rotaciones (Messi fue suplente por vez primera con Martino) y el calendario (aguardan el Milan y el Madrid) propiciaron el regreso de Puyol después de siete meses —el capitán se estrenó como pareja con Bartra— y también que se juntaran los cuatro medios (Xavi, Busquets, Iniesta y Cesc) con Neymar. No le dio resultado a Tata.

Al partido ya le costó arrancar, circunstancia que seguramente incidió en la grave lesión de ligamentos cruzados y menisco de Sisi. Los jugadores estuvieron un buen rato parados en la cancha a la espera de la señal del árbitro, que no pitó hasta que sonaron las ocho, el horario oficial. Y a la que se puso el balón en juego se rompió Sisi. No parecía estar a gusto Osasuna y se estiraba bien el Barça. Busquets tiró la línea de pase desde la posición de central y Neymar no paraba de acelerar ni de picar desmarques, siembre en cancha de Osasuna.

El brasileño se fue desplazando de la banda izquierda al centro del ataque en la misma medida que mejoraba la velocidad de balón del Barcelona. A uno y dos toques, el cuarteto de centrocampistas maduraba la jugada, bien apoyados por los laterales, y exigía defensivamente a Osasuna. A los azulgrana les faltaba en cambio profundidad y desequilibrio, cada vez más alejados del portal de Andrés desde que se desvencijó Neymar, incapaz de salir de la emboscada de Osasuna.

Incomodado y defendido al límite, no se agarraba al campo el brasileño, vencido por la rapidez del choque y por el juego físico de los chicos de Javi Gracia. A pesar de las llegadas de Montoya, no había manera de enganchar con Cesc, tampoco aparecía Pedro y ningún azulgrana conseguía armar el último pase ni tirar a gol, circunstancia que favoreció a Osasuna, cada vez más intenso y concentrado, peligroso en la estrategia. El árbitro dejó jugar, el encuentro se igualó y se divirtió la hinchada de El Sadar.

Impreciso e improductivo como andaba el Barcelona, el partido quedó que ni pintado para la salida de Messi. Necesitaba el equipo pegada y precisaba de ayuda Neymar. No le alcanzaba con el regate del brasileño ni con el pase de Iniesta ni tampoco sabían embocar Neymar ni Cesc. El volante marró dos tiros consecutivos cuando los azulgrana empezaron a pisar el área de Osasuna, ya más fatigado, menos convincente en su fútbol sin balón, incapaz de cerrar tanto campo y no ceder espacios al Barça.

La entrada de Messi supuso sorprendentemente la retirada de Xavi, puede que más cansado y también con menos gol que Cesc. El partido a fin de cuentas había pasado a jugarse en el área de Osasuna. Los cambios, sin embargo, le sentaron como un tiro al Barça. La sociedad Neymar-Messi no funcionó, seguramente, porque el argentino sale de una lesión, y sin Xavi no hubo manera de meter un buen pase interior para encarar a Andrés.

Menguaron las ocasiones del Barça y se magnificó la resistencia de Osasuna. No hubo más agitación que la de la afición de El Sadar. Previsibles y desenfocados, no despabilaron los azulgrana y se paró su racha de victorias cuando más necesitaban el triunfo: el sábado viaja el Madrid a Barcelona. Ya se sabía que a Osasuna le cuesta meter goles; no se contaba en cambio con que el Barça se quedara a cero, cosa que no ocurría desde hace 64 partidos. Falto de precisión y finura, eligió el peor día para dejar de marcar y ganar.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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