_
_
_
_
_

“Ahora, a disfrutar...”

Puyol reaparece después de siete meses fuera de los terrenos de juego

Puyol, durante su reaparición ante Osasuna.
Puyol, durante su reaparición ante Osasuna.Jesús Diges (EFE)

En El Sadar, Stoichkov, Laudrup, Romario y Ronaldinho dejaron huella, como lo hicieron, para mal, los hermanos De Boer o el llorado Enke, Rexach y Fuste. Pamplona es para el Barcelona un referente, así que era buena puerta para que Carles Puyol volviera a jugar después de siete meses encerrado en un gimnasio. “Lo peor ha pasado, ahora a disfrutar”, reconoció Puyol tras el partido.

Se cumplió el plan de Martino, y en el campo de Osasuna recuperó al central que el Barcelona no encontró en el mercado. Vestido con la zamarra que evoca la senyera, un símbolo vestido de símbolo, Puyol, 12 años capitaneando al Barcelona, reapareció en escena. Se le echaba de menos, en el equipo y entre la hinchada. “Me he encontrado bien, llevo días entrenándome con el equipo, y cada día mejor. Estoy contento por las sensaciones no por el resultado”, reconoció el central catalán.

La vida le ha cambiado mucho en este tiempo a Puyol, que espera un hijo y este sábado cuando miró a su lado, en el césped no vio ni Piqué —consecuencia de la política de rotaciones del nuevo entrenador, el rosarino Martino— ni a Mascherano, sentado en el banco, de vuelta de una lesión. Así, por vez primera en su vida, el central descubrió a Bartra, rompiendo la costumbre de los últimos tres años y de los últimos 64 partidos de Liga, en los que había marcado al menos un gol.

Lo intentamos, pero no estuvimos finos, faltó el último pase" Puyol

El Sadar, se llame como se llame, sigue siendo Pamplona, campo difícil donde siempre se ha dicho que se ganan las Ligas, pero el Barcelona no pasó del empate. “Lo intentamos, controlamos el partido, pero no pudo ser. Los últimos metros no estuvimos finos, faltó el último pase”, reconoció Puyol.

Impera últimamente una tradición: si Messi no marca, el Barça no gana. Y Messi apareció cuando se llevaban 20 minutos de la segunda parte.

De los 13 partidos con el Tata Martino en el banquillo del Barcelona, el delantero argentino había sido titular en nueve, en dos fue sustituido y otros tres se los perdió por estar de baja, lesionado.

Anoche, la alineación del técnico rosarino fue insólita, con nueve canteranos y dos brasileños. El partido arrancó tan espeso como manda la tradición después del parón que exigen los compromisos de selecciones reservados por la FIFA. Le faltó en el arranque al Barcelona algo de intensidad y soltura, en una medular en la que Busquets, Xavi, Iniesta y Cesc venían de clasificar a España para el Mundial de Brasil, como Pedro, compañero de Neymar en ataque. El brasileño, que había viajado con su selección por Asia, fue, sin duda, el más chispeante del equipo en la punta, por mucho que Osasuna le marcara de cerca y el árbitro, ciertamente permisivo, tardara casi 60 minutos de partido en señalarle una falta en su favor.

Camino del récord de nueve triunfos consecutivos en los nueve primeros partidos de Liga que firmó el Real Madrid de Miguel Muñoz la temporada 1968-69, el Barcelona cerró bien, porque no pasó apuros, muy cómodo en la retaguardia, donde no sufrió Bartra, que gana confianza cada vez que toca la pelota y Puyol, poco exigido en su regreso, marcó jerarquía. De la tranquilidad defensiva se beneficiaron los laterales, Montoya y Adriano, que llegaron al área contraria con peligro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_