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Cristiano aumenta su producción

El atacante, que hoy amenaza a la defensa del Juventus, asume un nuevo papel de líder dentro del Madrid y multiplica el promedio de remates y goles por minuto

Diego Torres
Cristiano Ronaldo, ayer en Valdebebas
Cristiano Ronaldo, ayer en Valdebebasgerard julien (AFP)

Padoin, Barzagli, Bonucci y Buffon constituyen los puntos de la línea imaginaria que conduce al interior de la portería de la Juve. Es una línea debilitada por la baja de Lichtsteiner —sustituido por Padoin— y en la concentración italiana cunde la inquietud. Creen que los baches nunca son suficientes para bloquear el carril por el que esta noche avanzarán Marcelo y Cristiano, los dos futbolistas más desequilibrantes del Madrid, como un comando asimétrico de amigos en el que destaca la figura repeinada del nuevo líder de la plantilla. Desde que renovó por 20 millones de euros netos anuales Cristiano ha incrementado su producción. La temporada pasada disparó una vez cada 12 minutos y metió un gol cada 82; ahora remata a un promedio de un tiro cada 10 minutos y mete un gol cada 76.

Bale es un gran jugador, como Di María, Morata, Jesé o Karim”, dice el portugués

Cristiano es feliz. Se siente importante y seguro. Lejos ya de la sombra de José Mourinho, ayer compareció en la sala de conferencias de Valdebebas acompañado de Carlo Ancelotti, un entrenador que lo contempla genuinamente encantado de poder trabajar con él, admirándole sin complejos y cediéndole el protagonismo que merece. Cuando le preguntaron si, con la llegada de Bale, pensaba cambiar de posición a la estrella del equipo, Ancelotti echó risas a cuenta del personal.

“Cristiano”, dijo el italiano, con su habitual retranca, “empieza en la banda y después marca los goles en el centro porque es difícil meter goles desde la banda. Lo pondré donde se encuentre confortable. No estoy tan loco como para cambiar de posición a quien mete 50 goles por año”.

Ancelotti se mostraba serenísimo en la pretemporada de Hollywood y ahora parece más calmado todavía. Su caso es ejemplar y raro porque la tensión ambiental que impregnaba al Madrid en las últimas semanas era notable. El frenesí se extinguió en una hora: bastó un centro desviado que acabó en gol y un penalti. Así (2-0) le ganó el Madrid al Málaga el sábado, y el optimismo rebosa del club al entorno y del entorno al club, de la presidencia a los órganos de comunicación, y de los órganos de comunicación a la presidencia. La hinchada se contagia. Reina la alegría a pesar de que hace poco todos sufrían ante el Levante y el Elche, y esta noche el equipo se mide a un adversario poderoso que no se puede permitir la derrota si no quiere comprometer seriamente su presencia en Champions.

“Nos enfrentamos a un rival fuerte, un club que puede comprar por 100 millones y vender por 50”, anunció el técnico juventino, Antonio Conte, sin que se le ocurriese un modo más gráfico de definir a este Madrid, todo exhibición de músculo financiero.

No hay equipos más peligrosos que los viejos equipos italianos cuando se sienten amenazados por una fuerza superior. Conte se lo sabe de memoria. Entiende que después de haber encajado 13 goles en los últimos 11 partidos su tropa necesita convalidar su pericia defensiva —aquello que la distingue— como quien hace un ejercicio de supervivencia.

Cristiano supone la mayor amenaza visible para esta Juve de emergencia. En un Madrid que comenzó la temporada con dudas de todo tipo, el portugués siempre actuó como estimulante. Se acerca noviembre y el goleador se aproxima a su apogeo en un equipo que parece haber encontrado la línea de juego. Dentro del campo, donde sus compañeros le muestran más aprecio que nunca, y fuera, en donde articula un discurso casi lisonjero después de años de ansiedad. Solo se puso un poco nervioso cuando le sugirieron que él y Bale se parecían demasiado como para compartir un mismo ataque, hasta el punto de que el galés le copiaba su estilo. “¿Quién dice que los jugadores buenos no se juntan?”, rebrincó. “¡Eso no tiene ningún sentido! Todos los jugadores buenos se tienen que juntar porque solo así se hacen mejores equipos. A nivel de faltas yo no veo que él me copie el modo de lanzar. Él tiene su técnica y yo la mía. Si me pide consejos se los daré seguro porque me gusta Bale, siento una gran simpatía por él, es humilde y quiere aprender. Pero ni veo que me copie ni veo que no podamos jugar juntos. Yo quiero jugar con él porque es un gran jugador, como Di María, Jesé o Morata y Benzema”.

Cristiano reflexionó que la agitación que percibe en el club a propósito de la décima es nociva. “A lo mejor”, dijo, “para la gente la Champions es la más importante de las competiciones y a lo mejor para mí también. Pero la gente a veces puede obsesionarse y eso puede afectar al rendimiento del equipo. Hay que pensar partido a partido. Y después cuando vengan los partidos más importantes ya veremos. Ahora la prioridad es ganar a la Juve para ir con más confianza al Camp Nou y poder ganar allí”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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